El sábado 6 de junio iniciará oficialmente la temporada de la IndyCar en el circuito de Texas Motor Speedway. Sin la presencia de público en las tribunas, con un recorrido de 200 vueltas y con la particularidad de realizar práctica, calificación y carrera el mismo día, los organizadores del evento estiman que, tras aplicar una serie de medidas sanitarias, podrán garantizar la primera cita de la IndyCar luego de aplazar ocho fechas por causa del COVID-19.
Jay Frye, presidente de la IndyCar, manifestó que desde hace varias semanas ha estado coordinando, junto a los responsables del circuito y autoridades sanitarias, un plan orientado a preservar la salud de quienes estarán presentes para así poder realizar la carrera con normalidad, para ello se limitará el número de personas en el circuito, se utilizarán sistemas de detección del COVID-19, se entregarán dispositivos preventivos y se aplicará el protocolo de distanciamiento individual establecido.
También Frye enfatizó que una vez iniciado el campeonato en Texas, el resto del calendario anunciado el pasado seis de abril seguirá adelante puesto que consideran que Estados Unidos necesita iniciar sus deportes en vivo para reactivar su economía. Agregó que el inicio de las acciones representará una especie de válvula de escape tras las frustraciones y ansiedades que vienen arrastrando pilotos y equipos a causa de la paralización de las actividades, inclusive la pausa ha afectado el cronograma de aquellos que solamente compiten en Indianápolis porque en lugar de prepararse para el 24 de mayo deberán esperar hasta el próximo 23 de agosto.
En palabras de Jay Frye:
Estamos entusiasmados y listos para comenzar la temporada de la IndyCar Series en el Texas Motor Speedway. Hemos trabajado en un plan de acción que garantizará la seguridad de los participantes del evento que será un emocionante regreso para nuestros pilotos y equipos. Seguramente tendremos muchos espectadores a nivel mundial.
Vía | RACER
