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La fantástica historia del motor de agua de 1974, ¿ridículo, inviable o medio siglo por delante de la industria?

antástico. Adjetivo. Quimérico, fingido, que no tiene realidad y consiste solo en la imaginación (RAE).

El motor de agua de Rouen de 1974

Un precioso Citroën DS circula frente a la catedral de Ruan (en francés Rouen), capital de la región de Normandía, en Francia. Así comienza un vídeo de poco más de un minuto, en blanco y negro, grabado en 1974, en el que se afirma que el coche puede circular hasta 70 mph (113 km/h) con agua (60%) y alcohol (40%). Un vídeo en el que se lanzan argumentos tan potentes, como el hecho de que exista un motor que no solo puede propulsar este coche, sino también servir como generador o caldera, para producir electricidad y calentar agua, todo ello sin emisiones contaminantes.

En los últimos años ya hemos hablado en numerosas ocasiones del motor de agua patrio, de Arturo Estévez, y de cómo detrás de estas historias, que avivan las teorías conspirativas, suele existir una explicación que se nos escapa, o sencillamente un fraude.

En 1974 los medios franceses se hacían eco de un motor construido en la ciudad de Ruan, que supuestamente funcionaba con agua y alcohol

¿Era realmente un motor de agua?

La de avivar esas teorías conspirativas ha sido precisamente la utilidad más reciente de este vídeo de archivo, omitiendo a menudo la solución de alcohol empleada. Las referencias a las grandes petroleras, por ser muy políticamente correctos, que aluden a este vídeo son habitualees. Si existiera un motor que pudiera funcionar simplemente con agua que, como el de Estévez, o el de Ruan, ya fueron inventados hace cincuenta años, ¿por qué llevamos medio siglo extrayendo combustibles fósiles de la corteza terrestre, y contaminando la atmósfera, para movernos en coche?

Efectivamente Ruan fue el escenario en el que en 1974 se presentó una suerte de motor de agua, que como narra este vídeo funcionaba realmente con una solución de alcohol al 40%. Se trataba del motor de Jean-Pierre Chambrin, y su socio Jack Jojon (Agence France-Presse), bautizado erróneamente como motor de agua.

En publicaciones de la época ya se apuntaba a la capacidad energética de las moléculas de hidrógeno y oxígeno que conforman el agua, con explicaciones que a menudo carecían de base científica y que redundan en mitos que se han perpetuado hasta nuestros tiempos. Porque, por desgracia, se necesita más energía para descomponer una molécula de agua que la que obtendríamos del hidrógeno resultante.

El motor de agua de Ruan funcionaba realmente con una solución de alcohol

Agua, alcohol y un secreto

En estas publicaciones se hablaba de las pruebas de Chambrin con un motor Dodge de seis cilindros en línea y 23 CV de potencia, adaptado para funcionar con esta solución alcohólica y conseguir generar 300 A a 60 Voltios, o que el Citroën DS alcanzase 130 km/h y pudiera recorrer más de 1.500 kilómetros sin parar a repostar.

Las explicaciones más recientes apuntan al hecho de que, como muestra la evidencia, la clave del funcionamiento de este motor no estuviera en el hidrógeno del agua empleado, sino en la energía del alcohol. De alguna forma podría tratarse de una solución, salvando todas las distancias, similar a los combustibles que hoy en día podemos repostar en una estación de servicio, en los que la gasolina se combina con bioetanol.

Por otro lado, y como ya sucediera con el motor de agua de Estévez, y otras historias similares que han surgido a lo largo de los años, este motor no estaba exento de un ingrediente o un sistema secreto. En este caso se trataba de un intercambiador de calor, apodado como la caja negra (Econology). Una de las explicaciones más extendidas explica que la clave del funcionamiento de este motor podría residir precisamente en lo que sucedía, o lo que incorporaba a la mezcla, este intercambiador de calor, que también podría consistir en un sistema de tipo Pantone, con un pretratamiento del combustible recuperando el calor de los gases de escape.

El alcohol y, probablemente, un sistema o un combustible secreto, serían los responsables del funcionamiento de este motor

Jean-Pierre Chambrin y Jack Jojon

Del motor de agua, al motor de hidrógeno

Sea como fuere, la única certeza que tenemos es que este motor no funcionaba únicamente con agua. Y que, como el motor de Estévez, el de Chambrin, y otros similares, nunca llegaría a recibir aplicaciones prácticas y no tanto por las presiones de las compañías que explotan los hidrocarburos, sino porque el secreto que escondían sencillamente los hacía inviables.

Ya han pasado casi cincuenta años desde que surgieran estos ingenios. Y aún no hemos conseguido movernos, e iluminar y climatizar nuestros hogares gracias al motor de agua. En cualquier caso, sí estamos cada vez más cerca de conseguir que el agua, de alguna forma, sea uno de los grandes protagonistas del modelo energético mundial.

Y esa solución llegará con la economía del hidrógeno.

De alguna forma, la humanidad sí que ha conseguido que el agua o, mejor dicho, el hidrógeno de la molécula del agua, se convierta en un vector energético y en un elemento clave de la transición hacia una economía libre de combustibles fósiles

Toyota Gr Yaris H2 04GR Yaris de Toyota, adaptado para funcionar mediante combustión de hidrógeno

No tendremos motores de agua, pero sí hidrógeno

Por fin hemos visto el surgimiento de proyectos que sí pretenden extraer energía del agua, y la clave de que este proceso sea viable se llama energía renovable. España puede convertirse en una de las grandes potencias en la producción de hidrógeno, sencillamente obteniendo hidrógeno del agua mediante procesos que tan solo requieren, por supuesto además de agua, energía renovable.

El hidrógeno por su parte sí es un provechoso vector energético. Aunque no sea sencillo, barato, ni esté exento de retos, el hidrógeno puede almacenarse, transportarse, y en última instancia emplearse, en procesos industriales, en sistemas de generación, y también en nuestros coches, para alimentar una pila de combustible (generar electricidad que mueve un motor eléctrico), o para su combustión en un motor (generar movimiento).

Aunque el vehículo eléctrico más popular en estos momentos es el de baterías, realmente ya es posible comprar coches de hidrógeno con sistema de pila de combustible. También se está investigando la viabilidad de coches, o vehículos en general, que funcionen con motores de combustión de hidrógeno, siendo esta una de las alternativas más complejas y que más dudas generan.

Lo de llenar el depósito de combustible de nuestro coche con agua, de momento, se lo dejaremos a la ciencia ficción.

Lexus Rov Concept 21ROV, prototipo de UTV de hidrógeno de Lexus

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