No es algo que resulte extraño conociendo la complicada situación que está atravesando Mazda en estos momentos. Tras la crisis que asoló al Grupo Ford obligando a que Mazda desapareciera de sus planes, la marca de Hiroshima ha visto como su vida depende de sus propios productos sin el respaldo de ninguna marca que pueda aportar repartición de costes, tecnología en según que aspectos o tan siquiera un atisbo de tranquilidad cuando las cosas no van tan bien como se espera.
Ante este panorama, y enfrascados en una competición a nivel mundial por la mejora a contrarreloj de la eficiencia en cada nuevo vehículo, la marca ha decidido prescindir de su gama de vehículos comerciales para centrarse de lleno en el desarrollo de su concepto SKYACTIV, que comprende a propulsores y a estructuras. Con este anuncio la marca afirma que los modelos actuales de comerciales continuarán su vida útil, solo que se paralizarán la evolución y el desarrollo del futuro de dichos vehículos.
A simple vista se puede entender que todo finalmente comprende un aspecto claramente económico, sobre todo sabiendo que Mazda no se trata de una marca superventas en cómputos globales. Es entonces cuando se vuelve a la cuestión que se pone en duda una y otra vez al analizar la estrategia de la marca japonesa, haciendo referencia a la política de mejora de la eficiencia que están llevando a cabo. La duda que se cierne sobre la tecnología SKYACTIV es si este desarrollo es suficiente para competir en el reñido mercado actual.
Recorriendo el panorama entre los fabricantes con presencia en el mercado, la práctica totalidad de las marcas que pueden competir con Mazda cuentan, y en cada vez mayor medida, con una opción híbrida o eléctrica en algunas de sus gamas. Pero además de ello, cuentan con una mejora de sus propulsores llevada a cabo en la actualidad, o que pretende realizarse en un breve espacio de tiempo.
Los consumos y emisiones mandan hoy en día, y parece que Mazda tiene muy bien hechos los deberes en este aspecto. Sin embargo el futuro se hace cada vez más presente y la propulsión alternativa reclama un hueco en cada segmento dentro de la automoción. Es por ello que Mazda deberá de pensar en algo más allá de la tecnología SKYACTIV y buscar un nuevo aliado. Sin querer parecer fanático, no puedo dejar de pensar en la posibilidad de asociar un motor Wankel a un pequeño urbano eléctrico de autonomía extendida, Mazda puede y debe; ¿Quién mejor? y quizás ahí encontrar el filón que mantenga a la marca a flote durante un largo periodo de tiempo.
Fuente: GreenCarCongress
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