En estos momentos se está jugando el Mundial de Rubgy, y Rolls-Royce no podría haber escogido un mejor momento para presentar su nueva edición especial del Wraith. Parece que Rolls-Royce quiere producir tantas ediciones especiales del Wraith como Bugatti hizo en su momento con el Veyron, pero dejemos esa reflexión para otro momento. El Rolls-Royce Wraith History of Rugby conmemora la creación del rugby en 1823 por William Webb Ellis, así como la fundación de Rolls-Royce. Dos instituciones inglesas, juntas en un vehículo.
Ya sabéis que a los británicos nadie les gana en patriotismo cuando se ponen en plan celebración. Cuando William Webb Ellis «alteró» las reglas del fútbol y comenzó a correr con la pelota en sus manos nadie esperaba que el rugby se fuera a convertir en uno de los deportes de equipo más apasionantes y seguidos en medio mundo – al menos en los países de la Commonwealth. En Rolls-Royce han decidido personalizar este Wraith en homenaje al rugby. Comienza con un tono English White para su carrocería, color muy asociado a la ropa de rugby.
En los vanos de las puertas y en los asientos, así como en las aletas laterales del coche está presente una rosa roja. Esta rosa es el símbolo de la Rugby School de Warwickshire, una histórica institución británica del deporte. La rosa roja estaba bordada en cada una de las camisas con las que se jugaba a rugby. Realmente era el emblema personal de la reina Isabel I, que la escuela bordaba en las prendas deportivas con permiso de su majestad. Un ligero vinilo verde oscuro recorre la cintura lateral del coche.
En el interior del Wraith nos encontramos un interior con molduras en Piano Black, con una rosa plateada grabada sobre la cubierta de la pantalla del sistema de infoentretenimiento. Los asientos están forrados en cuero blanco y el resto de tapizados están acabados en un tono Blue Navy. Gilbert – el más conocido fabricante de pelotas de rugby – ha creado una serie limitada de pelotas que complementan la decoración interior del coche. Un accesorio imprescindible, sin duda alguna. Sólo para los más adinerados adictos al rugby.
Fuente: Rolls-Royce
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