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Las carreteras españolas, cada vez más deterioradas y con mayor déficit de conservación

¿Hasta cuándo va a continuar deteriorándose la red viaria española? Nuestros dirigentes hablan de recuperación de empleo y crecimiento económico, pero la inversión en la conservación de las arterias de nuestro país lleva años en caída libre. La Asociación Española de la Carretera (AEC) ha presentado recientemente su último informe sobre «Necesidades de Inversión en Conservación», y los resultados no son nada alentadores. Califican de suspenso el estado de nuestras carreteras, cuyo déficit en conservación aumenta un 7% desde 2013.

De seguir la tendencia al deterioro de la red viaria, en 2020 habrá que reconstruir una buena parte de la misma.

Desde 1985, la AEC ha llevado a cabo campañas anuales de inspección visual de la red viaria, así como un análisis económico de las necesidades de inversión en conservación – independiente a la inversión en nuevas carreteras. En 2005 el estado general de las carreteras era de aprobado, pero en 2015 ya nos acercamos al límite del «muy deficiente». Haría falta una inversión de 6.617 millones de euros para devolver a la red viaria a un estado aceptable. Este déficit en conservación es principalmente autonómico.

La Red de Carreteras del Estado (25.974 kilómetros) necesita 2.035 millones de euros (6.617 euros por kilómetro) para volver a un buen estado, pero es la Red Autonómica (75.446 kilómetros) la más perjudicada, necesitando 4.582 millones de euros en inversión, o 66.244 euros por kilómetro. Para llegar a esta conclusión, un equipo de 10 técnicos de la AEC han examinado 3.000 tramos interurbanos de carretera de 100 metros de longitud, escogidos al azar – excluyendo ciudades y autopistas de peaje.

Además, se han examinado 3.000 señales verticales de código, 900 kilómetros de marcas viales, 175 kilómetros de barreras metálicas y 25.000 elementos de balizamiento. Las conclusiones a las que han llegado se recogen a continuación.

Firmes: la eterna asignatura pendiente, aún más suspensa

En 2009 se invirtieron 4.054 millones en conservación del firme, en 2016 se han presupuestado sólo 2.383 millones – 189 más que en 2015.

El 94% del déficit total en inversión en conservación corresponde exclusivamente al firme. De nuevo, es el estado de las carreteras autonómicas el más deteriorado: su nota ha empeorado un 11,5% desde 2013, mientras que las carreteras estatales han empeorado su nota en un 4%. Por Comunidades Autónomas, no todo son sombras: País Vasco, la Comunidad Valenciana y Extremadura aún obtienen una buena nota. Sólo Cantabria, Galicia y Aragón mejoran su nota. Aragón, La Rioja y Asturias se llevan las peores notas del país en estado del firme.

Según la AEC, de haberse mantenido la inversión en firmes en unos 3.000 millones de euros anuales, no se habría llegado a esta situación. “Cada euro no invertido a tiempo se transforma en 5 € a los tres años y en 25 € a los cinco”, recogen en Coches.net, citando a la AEC. Veamos a continuación un mapa en el que se recoge el estado medio de los firmes, repartido por Comunidades Autónomas. Para más detalles, os insto a consultar el PDF con las conclusiones del informe publicado por la Asociación Española de la Carretera.

Somos los usuarios de la carretera los que terminamos pagando el mal estado del firme, en forma de un desgaste acelerado de nuestros vehículos (amortiguadores, neumáticos) y a futuro, en la forma de una mayor carga impositiva – las reparaciones necesarias alcanzan más magnitud. El estudio no tiene en cuenta el perjuicio para la seguridad vial, muy difícil de cuantificar. Reconocen que un firme en buen estado perdona en mayor medida los errores humanos, y evita que se produzcan accidentes que con un mal firme ocurrirán.

Mientras tanto, se instalan badenes en plena M-40 madrileña, de forma un tanto inexplicable.

Señalización vertical y horizontal: aún conservamos el aprobado

Aunque obtiene una calificación que raspa el aprobado (4,8 en carreteras estatales y 4,5 en autonómicas) se ha apreciado una ligera mejora en la señalización vertical. AEC estima que se deberían reemplazar unas 390.000 señales, demasiado desgastadas y poco visible. La señalización horizontal – las marcas viales pintadas – también ha mejorado en ambas competencias, llegando incluso al aprobado alto. Su mantenimiento es por fortuna mucho más asequible y sencillo que el de los firmes, la verdadera asignatura pendiente.

El balizamiento está en buen estado, pero no los quitamiedos

No todo son puntos oscuros en el informe de la AEC sobre nuestras carreteras. El balizamiento de nuestra red de carreteras – que delimita las carreteras con puntos reflectantes – se adentra en el notable alto para la red estatal y roza el notable en la red autonómica, mejorando de forma notable con respecto a 2013. No se puede decir lo mismo de los quitamiedos metálicos, cuyo estado empeora y se adentra aún más en el suspenso, sin llegar a superar el 4,6 en la red estatal. Sería necesaria una inversión de 229 millones en este punto.

Iluminación: sólo el 11% de las luminarias alumbran correctamente

Hace años, muchas carreteras y nudos gozaban de una excelente iluminación. Hoy en día, son todo sombras – figurada y literalmente.

Recuerdo conducir hace ya años por las arterias de circunvalación de Madrid. Todo estaba iluminado, y era realmente cómodo y seguro circular por ellas. En mi última visita – aunque la tendencia viene de años atrás – recuerdo conducir en completa oscuridad en su gran mayoría. Algunos nudos de carreteras estaban en completa oscuridad, generando en mi opinión un grave perjuicio para la seguridad vial. Según la AEC, este es uno de los puntos más negros de nuestras carreteras, y uno de los que más ha empeorado.

Sólo el 11% de las luminarias de nuestras carreteras alumbran correctamente, ya sea por potencia de iluminación o dirección de la luz. No se tiene en cuenta la multitud de farolas que ya no se encienden. Del 89% restante, se registra una enorme disparidad de rangos de iluminancia: el 11% alumbra de forma excesiva – generando problemas de claroscuro cuando salimos de su zona de influencia – y un aplastante 78% ilumina menos de lo que debería, buscando un menor gasto eléctrico. En 2012 sólo el 36% iluminaban menos de la cuenta.

Fuente: AEC
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