Cada vez menos posibilidades de que se lleve a cabo el formato que los organizadores del Rallye de Córcega tenían pensado para la edición de este año. Tras la salida de Alsacia como sede de la cita francesa del Mundial de Rallyes, el Tour de Corse tomaba la alternativa, abandonando el Campeonato de Europa y aceptando el reto de recoger el testigo de una cita que no ha terminado de encajar. Para ello, propusieron un formato distinto y alternativo al que estamos acostumbrados.
En lugar de hacer 20 tramos de 10 a 30 kilómetros, los corsos ponían sobre la mesa la posibilidad de disputar sólo cinco tramos, cuatro de ellos de 70 kilómetros y una Power Stage de 20 (máxima distancia por reglamento para estas especiales). Sin embargo, ni los fabricantes, ni los constructores de neumáticos parecen estar muy por la labor de aceptar este tipo de prueba que comenzaría el viernes con una larga especial nocturna tal y como ocurría en el pasado.
Con M-Sport y Volkswagen mostrando su preocupación y el no de los proveedores de neumáticos, la situación se pone cuesta arriba para “el rally de las 1.000 curvas” que a buen seguro deberá adoptar un formato normal. Si además de la negativa de los fabricantes, le sumamos que será valedero para el Nacional Francés, después de la salida del Rallye du Limousin, parece todo apuntar hacia el mismo final. Se les acaba el tiempo.
