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Nueva polémica a la vista en el Nacional de Rallyes: objetivo capar Porsches

Parece que llegamos a esta última recta del año y ya se comienza a preparar la polémica anual del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto. Si en 2014 fueron los roces entre los dos primeros candidatos al título y posteriormente, la inesperada e injusta salida del Rallye del Bierzo del calendario de 2015, este año el motivo de discusión será la nueva limitación de potencia para los Porsche que se está gestando dentro de la RFEdA.

Presumiblemente, dicha reducción de potencia será aplicada a los Porsche 997 GT3 Cup versión 2010, los cuales actualmente tienen aproximadamente unos 450 CV. La Real Federación Española de Automovilismo se reunió en el pasado Rallye de Llanes para discutir la posibilidad de disminuir el caballaje y aproximarlo al que actualmente tienen los R-GT que compiten en la Copa creada por la FIA, o incluso bajarlos aún más.

Concretamente, dichos modelos rondan los 420 CV de potencia (3.8L, brida de 39mm y 1270 kg de peso en el Porsche 911 de Tuthill Motorsport), similar a la del Porsche GT Rallye versión 2008 que utilizan hombres como Iago Caamaño o que en el pasado ya llevaron el propio Fuster y los hermanos Vallejo. Es de esperar por tanto que este modelo también reciba algún tipo de recorte, sobre todo si tenemos en cuenta que los R-GT son un poco más pesados que los GT’s españoles (1.250 kg el V.2008 con los lastres y 1.270 kg el V.2010).

De nuevo ‘guerra’ entre los gallos del Nacional:

Roberto Méndez, propietario de RMC, confirmaba el otro día a los micrófonos de Vuelta Rápida GT que le parecía poca dicha penalización y dejó entrever que en 2016 el futuro del preparado de Caboalles de Abajo ira por otro camino. Concretamente, la unidad con la que el pasado sábado Miguel Fuster logró su quinto título de Campeón de España de Rallyes de Asfalto fue vendida al propietario de Auto-Laca, el cual se quiere quedar con el Porsche 2010 de recuerdo.

En el mismo programa, Sergio Vallejo defendía el rendimiento del coche del que él fue precursor y aseguraba que si quieren bajar las prestaciones lo adecuado no sería por medio de la potencia máxima y si tal vez con la cifra de par, ya que lo primero podría crear incertidumbre/inestabilidad. Aun así, los gallegos no creen que haya la diferencia entre los GT’s y los R5 que se están poniendo sobre la mesa y que tal y como se pudo ver en Llanes con el espectacular rally de Jonathan Pérez, los R5 están en condiciones de pelear por las victorias en pruebas que tradicionalmente han sido coto privado de los Porsche.

En primer lugar, Sergio cree que sería oportuno que dos pilotos objetivos (sin intereses en el CERA) y contrastados, como Carlos Sainz o Dani Sordo probaran ambos coches en diferentes tipos de tramos y determinara si es cierta la diferencia de rendimiento de la que se habla. El bicampeón habla de 100 CV menos o incluso 50 CV, tal vez unas cifras demasiado si tenemos en cuenta que en el WRC, los R5 de primer nivel están siendo constantemente superiores a los R-GT (vehículos 30 CV menos potentes que los GT Rallye y con mismo peso), hecho que ha quedado más patente con la llegada del Skoda Fabia R5, un modelo con el que también se podría hacer Miguel Fuster.

La llegada del R5 ‘definitivo’ puede ser peor:

Recordemos que en España, los vehículos R5 no sujetos a la norma FIA (entre ellos el Fiesta R5 de RMC con el que ha corrido Fuster estas dos últimas temporadas) no están obligados a montar la válvula de descarga de la presión del turbo, algo que se estima que le permite ganar unos 15 CV extra. Ahora a este hecho sumémosle la ventaja que actualmente tiene el modelo checo sobre el resto de R5.

Pongámonos en la situación de la llegada de un Skoda Fabia R5 a nuestro campeonato y además se reduce la potencia del Porsche 2010. Volveremos a estar en la tesitura de claro desequilibrio como ya menciona el mayor de los hermanos Vallejo. De nuevo la bola está en el campo de la Federación y es hora de que Carlos Gracia y los responsables de los reglamentos técnicos mediten dicha decisión, una decisión que una vez más promete llegar tarde y afectando a unos equipos para los que cada día cuenta a la hora de buscar un presupuesto para la temporada 2016.

A parte quedan las diferencias de precio. Un R5 ‘top’ se habla que estaría por encima de los 230.000-240.000 €, el doble de lo que cuestan los Porsche que rondan los 80.000 en su versión 2008 y 110.000 el 997 GT3 Cup 2010. Demasiado salto de nuevo si pensamos en tener un campeonato competido con varios pilotos luchando por las victorias. Tal vez es el momento de sondear un sistema como los Maxi Rally con motor 1.6 Turbo en lugar de los sofisticados y sobre el papel ‘baratos’ R5.

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