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Control Stop. Un Tour de Corse de antaño que se quedó en un ‘quiero y no puedo’

Se esperaba mucho de este Tour de Corse tras 8 años de ausencia, sin embargo, la presión de los equipos y de la Federación Internacional les cortó la intención de hacer un rally de los de antes. Sólo nueve tramos, con poco más de 300 kilómetros cronometrados que al final no dejaron a nadie contento, pero de los que aún se atrevieron a quejarse los mismos equipos que hace unos meses montaron en cólera cuando se empezó a hablar de hacer una prueba distinta.

Lamentablemente, los organizadores de Córcega han firmado su sentencia de muerte. No porque la prueba no sea apta para el WRC. Estamos hablando posiblemente del rally de asfalto más bonito de los que hay actualmente tanto en el Mundial como en el Campeonato de Europa con sus tramos costeros y que recorren las intrincadas carreteras montañosas del interior. Sin embargo, el parque de asistencia no es ni tan accesible ni lujoso como el de Alsacia y ese parece ser el único interés de los fabricantes.

La miel nunca se hizo para la boca del asno, y en este caso, las marcas están demostrando cumplir perfectamente con el papel de ‘burros’ cuando en lugar de respaldar una prueba con tanta historia como la de la isla mediterránea se decide meter a la fuerza una en territorio chino, de la que lo poco que se conoce es que es sobre asfalto y además que tuvo graves problemas de seguridad con los espectadores/civiles. El dinero manda, y en este caso a los fabricantes no les importará gastarse 1 millón de euros extras en sus ‘apretados’ presupuestos en lugar de mantener una cita que lleva escrito en su nombre el del WRC con letras de oro.

Nadie le puede echar la culpa a los organizadores que el temporal de lluvia que azotaba entre semana a Cerdeña terminara subiendo hacia el norte y provocase la cancelación de dos tramos. La diosa naturaleza es sabia e impredecible y la organización del Rallye de las 10.000 curvas supo salir del paso. Tal vez el recorrido no fue el mejor en este nuevo WRC y faltó por lo menos otro tramo en las etapas del viernes y del sábado en lugar de tantos kilómetros de enlace y ratos muertos, pero nadie les puede culpar por traer algo de originalidad a un campeonato que está demasiado encorsetado.

La eclosión de Elfyn Evans en el momento menos esperado:

Centrándonos sólo en la competición, nos quedamos demasiado pronto sin dos de los que podían haber sido los otros animadores de la prueba junto a Jari-Matti Latvala y Elfyn Evans. Los abandonos de Robert Kubica y Sébastien Ogier dejaron herida de muerte la lucha por la victoria. El Ford Fiesta RS WRC sigue estando algo verde. Tan sólo con el asfalto mojado y con Evans y Kubica en modo ‘inspirado’ les vimos capaces de enfrentarse a los Volkswagen, algo que ni Hyundai, ni Citroën estuvieron en disposición de hacerlo en todo el rally (sólo Dani Sordo logró un scratch ya en la última etapa).

Latvala sacó su lado más Markku Alén para homenajear a Henri Toivonen, 29 años después de que el finlandés de Lancia perdiera su vida junto a la de su copiloto en estos mismos tramos. Su segunda victoria sobre asfalto era más que merecida y el tercer triunfo de la temporada es una recompensa a su incansable moral. Sin embargo, fue el galés de M-Sport el que se llevó el premio a hombre del rally. Su exhibición en la tercera especial nos dejaba ver a esa promesa de futuro que algunos como Armin Schwarz han destacado junto a la revelación de la temporada, Hayden Paddon.

El neozelandés hizo un rallye de menos a más, amoldándose al ritmo en una prueba sobre asfalto tan difícil como esta. Ser una vez más el mejor Hyundai le da alas a la hora de negociar por una temporada completa en 2016, aunque lamentablemente para Hyundai, Paddon no retenía puntos para el Campeonato de Marcas, algo que sumado a los rallyes a la defensiva de Meeke y Ostberg, ha permitido que Citroën vuelva a la segunda posición de la general a falta de los últimos dos rallyes de la temporada. Ninguno de los dos pupilos de Yves Matton dio sensación de salir a buscar la victoria, y a falta de más errores por delante, tuvieron que conformarse con ser cuarto y sexto, justo detrás de un Mikkelsen al que no le valió la experiencia en Córcega para llegar al último día con opciones de estrenar su casillero de victorias.

En Hyundai lejos del buen resultado de Paddon y el scratch de Sordo, no había buenas caras. A pesar de tener dos especialistas sobre asfalto y ampliamente conocedores de la isla corsa, siguen sin encontrar resultados. El toque de Neuville contra un puente en los dos primeros kilómetros del rally dejaban en una situación muy delicada al equipo coreano, algo que empeoraba cuando un pinchazo lento de Dani Sordo le dejaba fuera de cualquier opción a luchar por el podio y quizás algo más. Aun así, no sólo el belga parecía frustrado, también el cántabro demostraba su rabia en varias ocasiones, golpeando el techo del i20 WRC e incluso maldiciendo. Sabía que había perdido una gran oportunidad.

François Delecour, un campeón sin corona:

Con Lefebvre, la nueva gran esperanza de los dos chevrones, lejos de los puestos de cabeza, Sarrazin y Bouffier defendieron la tricolor gala que además vio como François Delecour se proclamaba campeón de la Copa FIA R-GT de forma matemática… Con trampa. La Federación puso como condición que para que hubiera ganador de esta categoría, debía haber al menos cinco inscritos. Tan sólo ha habido cuatro, con Delecour y Dumas como los más habituales, por lo que el experimentado piloto francés deberá esperar un nuevo inscrito entre los R-GT en Valais para ser el primer ganador de una Copa que prometía mucho y que finalmente no ha terminado de despegar. El que sí lo consiguió fue Quentin Gilbert, que ha arrasado en la JWRC y que el año que viene disfrutará del premio de pilotar un poco fiable Citroën DS3 R5 en el WRC2.

En WRC2, cuando todo parecía que los Skoda Fabia R5 iban a poder ser batidos en igualdad de condiciones, Craig Breen no aguantaba el tipo, haciéndose Esapekka Lappi con un segundo puesto, justo por detrás de Julien Maurin, que le da alas en su lucha por el campeonato. Precisamente el irlandés de Peugeot protagonizaba una de las anécdotas del fin de semana al robarle de uno de sus camiones de asistencia una caja de cambios y tener que echar mano del otro integrante del equipo junior para poder continuar. Las otras notas curiosas eran para Sébastien Ogier y Julien Ingrassia, a los cuales se les olvidaba pulsar el botón de ‘OK’ cuando se detuvieron a cambiar el neumático pinchado en el TC3 (cayéndoles una multa de 8.000€) y Molly Taylor, ouvrier de Kevin Abbring, la cual se veía atrapada por las crecidas y tenía que ser rescatada del BMW Serie 1 que utiliza el equipo Hyundai para los reconocimientos por un bombero. Al menos consiguió salir con las zapatillas secas y un buen susto.

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