Nico Rosberg se lleva la victoria en el Gran Premio de México

Nico Rosberg pedía en mitad de la carrera que no le dijesen nada más sobre la distancia a la que estaba Lewis Hamilton: la concentración era hoy máxima y la victoria no se le debía escapar bajo ningún concepto. Veintitrés años después de que Nigel Mansell venciese el último Gran Premio de México de la antigua época, Nico Rosberg vencía sin oposición y con el carácter que le denegábamos en otras pruebas. Completaban el podium Lewis Hamilton y un exultante (o eso pensamos) Valtteri Bottas.

Salvo la salida, quizás, y el caso de Alonso abandonando tras una vuelta que dieron «por respeto a los fans», no parecía que hubiese mucha acción en esta carrera. Los dos Mercedes por delante, los Red Bull bien posicionados, los Williams prometiendo, Sainz en los puntos y Verstappen estelar en las primeras posiciones. El momento de la salida fue el toque entre Ricciardo y Vettel, un toque de los de «cosas que pasan» que no tuvo más trascendencia que un pinchazo para Vettel, que marcaría el futuro inmediato del alemán.

La carrera de Sebastian Vettel fue horrenda, y seguramente el buen humor de la rueda de prensa de ayer se ha esfumado. Desde el inicio hasta el abandono por impacto en la curva 7, el accidente que causó la salida del Safety Car y que nos proporcionó las últimas vueltas épicas de carrera lo tuvo todo en contra, hasta a sí mismo. La salida no fue mala, pero un error de bulto (estoy convencido que fue error de Vettel) al aproximarse a la curva 1 y cerrarse cuando Ricciardo estaba sin posibilidades de ceder espacio, le llevó a sufrir un pinchazo. Este pinchazo ya le dejaría último al cambiar esos neumáticos, y a partir de ahí todo ha ido cuesta abajo: trompo cuando iba a toda pastilla para recuperar terreno, frenos sobrecalentados, una pasada de frenada demasiado exagerada en su lucha con Maldonado, e impacto final.

Aciago fin de semana para Ferrari si sumamos la falta de acierto de Kimi Raikkonen en su lucha con Bottas, que tampoco dejó mucho espacio al finlandés de Williams y terminó «coceado» y fuera de carrera, con la suspensión trasera derecha destrozada.

En cuanto a los Mercedes, nueva «polémica», si se puede calificar así al momento del segundo cambio de neumáticos de Nico Rosberg pasado el ecuador de la carrera, que forzaría a Lewis Hamilton a entrar dos vueltas después sin capacidad de réplica por parte del inglés: el equipo le dio una orden, algo que no solemos escuchar, mientras que el campeón del mundo pretendía mantenerse fuera hasta el final. el desgaste de los neumáticos no dejaba lugar a dudas y nadie podría apostar sobre seguro a que saliese el Safety Car a propósito del accidente de Vettel. A posteriori todo es liso y llano.

Con todo esto, a Hamilton se le envenenaba el alma y se ponía el cuchillo entre los dientes para lo que restaría de carrera, 14 vueltas. Por detrás, y tras marcharse el Safety Car, Valtteri Bottas sacaba jugo a su motor Mercedes y adelantaba a Kvyat para colocarse tercero. Más atrás aun, Max Verstappen caía al noveno puesto y a Carlos Sainz se le hacía cuesta arriba contener a un Marcus Ericsson que terminaría por adelantarle. Vibraciones en el tren delantero, y falta de agarre en el tren trasero condicionaban esta última parte de la carrera para el madrileño.

Finalmente, Carlos terminaría décimo tercero y Max Verstappen noveno, con los dos Lotus por detrás. En cuanto al héroe local, octavo tras una buena carrera, pero en la que perdió la posición con su compañero de equipo, Hulkenberg, séptimo finalmente en su regreso a las carreras sin incidentes. Bravo, también, por los dos Red Bull con una carrera impecable (salvo el incidente inicial de Ricciardo con Vettel, que ya digo que fue más culpa del de Ferrari).

Como nota final, creo que el Gran Premio de México se merece un premio en sí mismo. Toda la pasión de los espectadores y los fans, un trazado muy interesante, el regreso de un clásico… ¡Gracias, México!

Resultados del Gran Premio de México 2015