Antes de hablarte del Ford Mustang Mach I, vamos con una pregunta. Si supieras que los dinosaurios se van a extinguir justo antes de que cayera el meteorito ¿no intentarías salvar al menos uno? ¿cuál sería?. Esta es una pregunta de actualidad porque sabemos que los “dinosaurios” se van a extinguir. De hecho, ya quedan muy pocos.
El Ford Mustang Mach I es la cúspide de la gama Mustang en Europa. Cuenta con un motor 5.0 V8 atmosférico asociado a un cambio manual que ya es único en el mercado (opción automática, mejor evitar), con una estética demoledora que tiene pinta de soportar el paso del tiempo como los buenos vinos y una calidad de construcción que, siendo bastante floja, parece suficiente para no convertirlo en un trasto demasiado viejo demasiado rápido.
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Por encima de todo, creo que tiene dos cualidades: es el último de una larga estirpe (60 años nos contemplan) y conserva todo el sabor de un producto genuinamente americano y fiel a sí mismo. Es un Mustang puro.
Si juntamos todos estos ingredientes y un precio de 65.000 € ¿cuántos coches similares están a este nivel ahora mismo en el mercado? Estoy hablando de exclusividad, belleza, carácter, historia y una extinción inminente. La respuesta es… ¿ninguno?
Probablemente existan otros coches que se conviertan en “clásicos” en unas décadas, como cualquier Porsche 911 o ciertos deportivos de alta gama, pero todos ellos están bien por encima de los 100.000 €, muy lejos del alcance de los mortales. No es que el Mustang sea barato, pero cuesta la mitad que cualquier cosa comparable.
Fuera del espectro de los deportivos es mucho más difícil aventurar un futuro clásico en el mercado actual. Para mí es imposible. No veo utilitarios, familiares, berlinas y mucho menos SUV con el carisma o la exclusividad suficientes para ser piezas con cierto valor dentro de 30 años.
El mundo del automóvil se dirige al declive de la diversidad, con grupos automovilísticos cada vez más grandes exprimiendo las economías de escala hasta el límite y fabricando coches idénticos con distinta carrocería. Ninguno de ellos parece un futuro clásico a día de hoy, ni siquiera hay casi ejemplos de coches con un carácter bien definido.
Por su parte, los coches eléctricos a día de hoy no dan la sensación de que se vayan a convertir en clásicos nunca. Es posible que algún día salga una genialidad con baterías y motores eléctricos que se convierta en clásico, pero un coche que no respira ni ruge, con todas sus ventajas, creo que carece del alma suficiente para sostener su valor en el tiempo de la misma manera que un lavavajillas es difícil que pase a la historia.
Finalmente, tengo serias dudas de que un Ford Mustang de 2022 se revalorice a futuro, por no decir que lo veo casi imposible, pero sí creo que puede ser un vehículo que aguante su vigencia y un valor razonable que, al menos, no caiga en picado cuando coches así ya no se puedan comprar en un concesionario, es decir, mañana mismo.
Ford Mustang 
