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Ateca, Barcelona, Martorell... ¡nos vamos de roadtrip con el SEAT Ateca!

El SEAT Ateca es sin duda uno de los grandes lanzamientos comerciales de 2016, un producto que esperábamos ansiosos, que huele a superventas, con una enorme relevancia para SEAT. Bautizado como un pequeño municipio de Calatayud, de Zaragoza, hemos decidido poner rumbo con el SEAT Ateca hasta, precisamente, Ateca, antes de poner rumbo a Barcelona, con una parada obligatoria en Martorell, la casa de la firma española. ¿Nos habrá conquistado en viaje el primer SUV de SEAT? La competencia en el segmento es atroz pero creedme, al SEAT Ateca le sobran armas para enfrentarse al Nissan Qashqai, al nuevo Peugeot 3008, al Hyundai Tucson y compañía.

Desde los primeros kilómetros el SEAT Ateca sorprende ya con una buena calidad de rodadura

Lunes, primera hora de la mañana. Un par de nuevos artículos salen a la portada de Diariomotor mientras parpadean los cargadores de las cámaras. Trípode, un par de camisetas a la bolsa y un mensaje a Juanma… “¿Preparado? Voy bajando al coche”.

No, aún no tenemos al SEAT Ateca con nosotros y de hecho deberíamos estar ya en camino. El tiempo apremia y todavía hay que recoger las llaves del SUV en las oficinas de SEAT. “Te llevas el gasolina con desactivación de cilindros y el acabado Xcellence” apunta Pablo, antes de que, pocos minutos después, me tope con una unidad en un sobrio tono plateado que, dicho sea de paso, le sienta fenomenal al SEAT Ateca.

Este acabado, el acabado XCellence, es una línea de equipamiento que se sitúa en lo alto de la gama del SEAT Ateca, ahora más compleja y que te detallamos en artículo “SEAT Ateca, todos los precios, acabados y motores: disponible desde 18.390 euros”. Incluye elementos como la tapicería mixta, barras sobre el techo, llantas de aleación, el sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas, entrada y arranque sin llave, cámara de visión trasera…

La idea, como estaréis imaginando, es salir nada más recogerlo rumbo a Ateca e intentar aprovechar el atardecer en los alrededores de Barcelona, aunque el reloj va totalmente en nuestra cuenta. Rápidamente trasladamos todos los enseres desde mi coche al SEAT Ateca y mientras Juanma fija en el navegador el destino enfilo los últimos metros de la Castellana para lanzarnos, una vez más, a la carretera.

El SEAT Ateca cuenta con un habitáculo amplio, confortable y bien aislado.

Desde los primeros compases hay que reconocerle al SEAT Ateca un gran calidad de rodadura. Confortable, con un suave rodar, bien aislado y con una grata habitabilidad. A nuestro alrededor no hay ningún sobresalto estilístico, todo el diseño del salpicadero, de su interior, es clásico y fácilmente asociable al grupo Volkswagen, todo está en su sitio y tienes esa sensación de que va a envejecer bien, con un aspecto que no se verá rápidamente anticuado.

Además los ajustes están muy bien resueltos y aunque no hay grandes alardes en lo que a materiales se refiere, salvo por la tapicería de los asientos, todo se siente agradable a la vista y al tacto.

Su habitabilidad es muy buena y todo luce, en general, con un buen aspecto y bien acabado. No podía empezar mejor mi primer encuentro con este nuevo SEAT.

¿Cómo será Ateca, el pueblo que da nombre a este SUV?

Nuestro viaje con el SEAT Ateca nos lleva hasta Martorell, pasando por Ateca y Barcelona

La costumbre de traspasar la frontera, ya sera para ir a Portugal (“Audi R8 LMX: ¡roadtrip a Lisboa!”) o para ir a Francia (“Peugeot 308 GTI a prueba: roadtrip a Biarritz con el “anti Cupra” de Peugeot”) hace que el trayecto hasta Ateca se nos pase en un breve suspiro. El sol de Madrid ha dejado paso a un cielo gris, encapotado y acompañado por una densa niebla. Apacible, sin cruzarnos prácticamente con nadie por sus calles, nos recibe Ateca.

Un pueblo pequeño, de algo menos de 2.000 habitantes, nos recibe y sin perder ni un instante cruzamos sus calles para hacernos un mapa mental de la localidad, atravesada por el río Jalón y Manubles, buscando las primeras localizaciones de la sesión.

Su plaza, a las puertas del ayuntamiento, ese puente metálico que lleva hasta la fábrica de “Huesitos”, las vías del tren a las afueras… todo envuelto en un invernal manto gris que nos hiela cada vez que abandonamos la comodidad del habitáculo para un nuevo disparo.

Hablamos con un par de habitantes que nos señalan localizaciones por donde días atrás ha desfilado la gente de SEAT en presentaciones y producciones propias antes de curiosear el coche, de preguntarnos por su precio, por su comportamiento…

El motor 1.4 TSI de 150 caballos me ha convencido. Es suave, elástico y unas prestaciones más que óptimas para el tipo de vehículo al que nos enfrentamos.

Hace tiempo que hemos sobrepasado la hora lógica de comer, hace ya tiempo que deberíamos haber salido dirección a Barcelona e inevitablemente y con la ayuda del maldito horario invernal, el atardecer nos empieza a sorprender cuando sólo han transcurrido unas pocas decenas de kilómetros de Ateca.

“¿Qué hacemos?” Le pregunto a Juanma. “¿Intentamos aprovechar el atardecer por aquí?”…

Desde hace unos minutos discurre a nuestro lado una carretera aparentemente abandonada y tras un par de salidas erróneas, intentando localizar el acceso hasta esa antigua y deteriorada carretera, decidimos retroceder sobre nuestros pasos y probar con alguno de los desvíos previos. Ya no hay vuelta atrás, las fotos al atardecer tienen que ser aquí.

El SEAT Ateca posa bajo los últimos rayos, bajo los últimos parpadeos del sol… y reconozco, mientras Juanma prepara el trípode y aprieta el gatillo, que me gusta y mucho el diseño del SEAT Ateca.

El nervio lateral, la sobriedad de su silueta, la firma lumínica de sus luces, Full LED y el acabado plateado de su carrocería me transmite un toque sofisticado que de hecho no me quitaré de la cabeza en la semana que pasé a su lado. Debe ser culpa de la cantidad de perfiles de Tumblr relacionados con el diseño nórdico y con el diseño germano que sigo.

Su cuidado porte queda además matizado con cierta capa “offroad” de la mano de los protectores frontales, de las barras sobre el techo…

Sí, dentro del mundo de los SUV el SEAT Ateca me parece atractivo. Sus trazos rectos me gustan infinitamente más que esos diseños de nervios redondeados y volúmenes más marcados que ya conocemos de crossovers como el KIA Sportage, el Nissan Qashqai o el Renault Kadjar. La influencia alemana es evidente.

Colocamos el coche en nuevo ángulo, un abandonado túnel nos brinda una toma nueva más, preparamos alguna que otra foto para la cuenta de Instagram de Diariomotor…

El motor de nuestro SEAT Ateca cuenta con el sistema de desactivación de cilindros, un sistema capaz de convertir a este SUV en un bicilíndrico:

La puesta a punto de este SUV es uno de sus principales fuertes. Estable, ágil… casi no te das cuenta de que estas ante un coche sobrelevado, ¡parece un compacto!

Durante estos primeros cientos de kilómetros que llevamos ya a nuestras espaldas el SEAT Ateca nos ha deleitado con una gran estabilidad rodando a un ritmo alto, con un buen aplomo bien acompañado por un ya mencionado agradable confort y una mecánica de 150 caballos, gasolina, que cada poco tiempo cambia de cuatro a dos cilindros sin inmutarnos lo más mínimo en su habitáculo.

Es sorprendente como actúa este sistema, evidentemente destinado a reducir su consumo, nos deja con transiciones entre el modo de dos y cuatro cilindros que sólo sabemos que ocurren por el indicativo del ordenador de a bordo. Este sistema actúa en aquellos momentos en los que nuestra carga sobre el acelerador y es fácil encontrarnos con este modo “bicilíndrico” llaneando a 120 km/h.

Su consumo durante la prueba osciló alrededor de los 7 l/100 km, aunque llevando a cabo una conducción más eficiente, que no más real, bien se podría bajar alguna que otra décima de este total.

Sin duda algo que me ha sorprendido muy gratamente del SEAT Ateca es su comportamiento en tramos revirados, topándome con una puesta a punto (recordemos que está articulado sobre la plataforma MQB) que le brinda a este SUV un gran paso por curva, sin balanceos e incluso percibiendo cierto atractivo desde sus mandos, con una agradable dirección, un buen tacto del cambio…

SEAT nos ofrece esta motorización con el cambio DSG y con tracción total, pero nuestro Ateca apuesta por una configuración más modesta de cambio manual y tracción 4X2. Durante la prueba hicimos alguna que otra incursión fuera del asfalto con un buen resultado al enfrentarse sobre un firme roto y bacheado, con unas suspensiones que nuevamente vuelven a mostrarnos un bien resuelto desempeño. Obviamente no abordamos zonas offroad de complicada ejecución, no es su cometido, pero no tendrá pega alguna en abordar algún que otro camino esporádico sin miedo a rozar sus bajos y paragolpes, siempre que la lógica nos acompañe y sin percibir un excesivo traqueteo en su interior.

Los de Martorell han hecho un gran trabajo con la puesta a punto de su chasis, un chasis que responde dócilmente a nuestras órdenes y que mecánicamente se ve correspondida por un propulsor bien elástico que si bien no sorprende con contundentes aceleraciones (¿alguien las esperaba?) se muestra ideal como acompañante para aquellos que vean en el SEAT Ateca a un fiel compañero para la batalla diaria, con algún que otro viaje ocasional (escapada de fin de semana, vacaciones…).

Me gusta este binomio que conforman el SEAT Ateca y el 1.4 TSI de 150 caballos a pesar de no destacar este ni por prestaciones ni por consumos. Pero sí, me ha convencido.

Durante nuestra prueba el SEAT Ateca nos brindó un consumo de unos 7 l/100 km:

En ciudad es digno de elogiar la agradable atmósfera interior. Además cuenta con un buen maletero de 510 litros.

El resto del trayecto hasta Barcelona se salda por una cara autopista de peaje, cruzando la península prestos en busca de una ducha reconfortante y un buen plato de comida en la ciudad condal. Un Lancia Delta HF Integrale nos sorprende poco antes de llegar a Barcelona y nos acompaña durante los últimos kilómetros.

Check-in en el hotel, arrojamos las maletas en la habitación, ponemos las cámaras y móviles a cargar, una ducha rápida y directos a Bar Lobo a dar buena cuenta de una merecida cena. El cansancio empieza a hacer mella pero no podemos evitar dar un breve paseo por La Rambla, hasta un solitario puerto, antes de ponernos manos a la obra de nuevo con alguna que otra foto nocturna.

Barcelona ronronea. Sus amplias avenidas están desiertas y a los pies del Vela, superada la media noche, decidimos que ya hemos tenido suficiente por hoy. Es hora de buscar un parking donde dejar descansando al SEAT Ateca e irnos a dormir. Desde sus retrovisores se proyecta al salir un “Ateca” seguido de la silueta del SUV. Ya vimos este detalle en otro SUV que resultó ser un superventas, el Range Rover Evoque.

El cansancio acumulado nos impide luchar con el amanecer y el terrible tráfico de primera hora de la mañana nos hace desistir con Barcelona. Probamos en los alrededores de la Sagrada Familia, volvemos al puerto… la placida Barcelona de anoche ha desaparecido, no hay rastro de ella y debemos seguir nuestro camino. La siguiente parada es Martorell.

Durante el caótico tráfico barcelonés, caigo aún más rendido al comportamiento del Ateca. Ha demostrado una gran dinámica enlazando curvas rápidas, donde parece querer ser más un compacto que un SUV, en autopista el confort es realmente bueno, con una muy buena atmósfera en su habitáculo y no, en ciudad no nos iba a defraudar, con unas suspensiones que trabajan bien frente a baches y calles adoquinadas, con una dirección cómoda… el puesto de conducción no se siente especialmente alto y a nuestra disposición tenemos un excelente gadget para escurrirnos por las calles más estrechas: un sistema de cámaras perimetral que facilita ayuda, con una vista cenital, eso de resguardar nuestras llantas y carrocería de bordillos y bolardos.

El 1.4 TSI es silencioso, no transmite vibraciones al habitáculo y su desempeño en el ámbito urbano está fuera de toda duda. También es digno de elogio su maletero, de 510 litros, cómodo acceso y con un portón eléctrico acompañado, en el caso de nuestra unidad, por el sistema de apertura manos libres, un sistema que, reconozco, no me gusta demasiado. No sé si os pasará a vosotros también pero siempre que necesito que se abra “sin manos” termino desistiendo ante el irregular funcionamiento. Y no, no hablo de SEAT en particular, me ha ocurrido con multitud de marcas, con toda clase y condición de modelos.

Soleada, nos despedimos de Barcelona, dejamos atrás la ciudad condal y apuntamos nuestro rumbo en dirección a Martorell.

Martorell es una localidad de tamaño medio, 30.000 habitantes reza la Wikipedia, que da cobijo a las instalaciones centrales de SEAT. Aquí no se fabrica el SEAT Ateca, este hace lo propio en la planta de Kvasiny, en República Checa. Una planta, de Skoda, que también se encarga de producir el nuevo Skoda Kodiaq, el primo, con acento raro, de nuestro SUV.

El SEAT Ateca se fabrica en la planta de Kvasiny, en República Checa.

El SEAT Ibiza, el SEAT León y el Audi Q3 se fabrican en el seno de estas instalaciones aunque próximamente el Audi Q3 será sustituido por el próximo Audi A1. Además el SEAT Arona, el próximo SUV de SEAT, emplazado un peldaño por debajo de nuestro Ateca, también se fabricará en estas instalaciones.

Los alrededores de Martorell nos sirven para preparar un nuevo vídeo del SEAT Ateca y antes de que el día se nos eche aún más encima abandonamos la sucesión de valles en los que se emplaza Martorell y las localidades aledañas ya sí con Madrid, como destino final.

Aún nos queda un largo trayecto por delante, aún nos quedan más fotos por hacer y la tarde, a medida que nos adentramos en los entresijos de la península, va dejándonos con una espesa niebla que pronto cubre nuestra visión y cualquier atisbo de atardecer.

Intuyendo las últimas luces del día entre un oscurecido cielo, sin rayo de sol alguno, sin tonos dorados a la vista, llenamos el depósito y nos adentramos en un camino para dar cuenta de las últimas fotos. Los faros Full LED, con una iluminación que a mi juicio está muy bien conseguida, intentan romper los densos bancos de niebla. Último click.

300 km, 200 km… la cuenta atrás para entrar en Madrid ha comenzado y llega la reflexión de rigor sobre el SEAT Ateca.

No me cabe la menor duda de que SEAT ha hecho un gran coche con el SEAT Ateca, un superventas realmente bien construido, bien diseñado, con un chasis que trabaja muy bien y con un buen habitáculo, tanto por espacio como por ajustes y diseño, como elementos más destacados.

Reconozco que me ha gustado incluso su diseño. Sí, dentro del mundo de los SUV, quedándonos en el segmento de los SUV compactos, veo el diseño del SEAT Ateca mucho más “solido” que el de sus rivales, veo incluso cierta sofisticación en la combinación de sus rectos y sencillos nervios junto al tono plateado de nuestra unidad. Me parece un buen acierto este color.

Esperaba un consumo ligeramente inferior, unas décimas, pero el 1.4 TSI de 150 caballos me gusta como opción lógica para el SEAT Ateca. El tacto de los mandos, del volante, del cambio, de los pedales… es bueno, la dirección cuenta con un buen tarado, transmite más que suficiente para ser un coche de este segmento…

No cabe la menor duda de que SEAT ha hecho un gran coche con el Ateca.

Sí, hay que darle la enhorabuena a SEAT por el producto que han creado. El “coche del pueblo” de hoy es un SUV y SEAT ha creado un modelo al que es fácil colocar como referencia en el segmento.

Las luces de Madrid, la A4 desierta… es la hora de descargar todo el material, hacer acopio de todos los bártulos dispersos por el interior del Ateca y descansar tras 1.800 km de viaje, un buen lote de fotos, la siempre grata visita a Barcelona y la experiencia de un roadtrip más.

Fotos por Juanma. G. Cámara.

Vídeo destacado del SEAT Ateca

Imagen para el vídeo destacado del SEAT Ateca Botón de play
Seat Ateca 2020 016
Logo de la marca seat SEAT Ateca
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El Ateca es una alternativa al Nissan Qashqai. Puede tener mucho equipamiento y una gama de motores que oscila entre los 115 y 190 CV de potencia. La tracción total es una opción, algo extensible a la estupenda caja de cambios de doble embrague DSG.

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