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4 días viviendo la experiencia de conducción definitiva, sobre el hielo de Suecia y a los mandos del Volkswagen Golf R

Aún no lo sabes, pero si te gusta conducir y sigues leyendo esta prueba, vas a adquirir una nueva necesidad vital. Existen multitud de formas de divertirse conduciendo, sin embargo, ninguna se equipara a lo que ofrece un lago helado como el que hemos conocido durante cuatro días participando en la R Experience Ice que organiza Volkswagen en Suecia.

Conducir sobre un lago helado como experiencia de conducción

Formación y diversión al volante pueden ir de la mano, y de hecho es algo que he aprendido gracias a esta profesión y los cursos de conducción a los que he asistido, que ya son unos cuantos a estas alturas. Gracias a esas vivencias he aprendido que me gusta pilotar en circuito, que me encanta hacer off-road en Ocaña, pero que sin embargo, lo que de verdad me vuelve loco, es correr sobre nieve y hielo.

Tras más de veinte años en funcionamiento, la escuela de conducción Volkswagen se ha consagrado como una de las referencias en este tipo de experiencias. En su catálogo encontramos una gran variedad de tipos de cursos y escenarios, disponibles para todos los públicos, seas o no cliente de la marca, pero que tiene en esta R Experience Ice en Suecia a su buque insignia.

Ni circuito de velocidad, ni rally, ni 4×4… no hay nada más divertido que derrapar sobre un lago helado

Viajando hasta la localidad de Arvidsjaur, al norte de Suecia, la escuela de formación de Volkswagen emplea como pista de pruebas un extenso lago helado en donde sobre él cobran vida diferentes circuitos. Los hay de alta velocidad, de tipo slalom, de precisión, de perfeccionamiento, etc. Y es que el objetivo de esta experiencia no es otro que el de pulir nuestras habilidades al volante sobre superficies deslizantes, haciéndolo además con pilotos profesionales que nos acompañan en todo momento y elevando el nivel de cada prueba conforme adquirimos destreza a la hora de manejar nuestra montura.

Y precisamente la montura que Volkswagen emplea para esta experiencia es uno de sus grandes atractivos, pues se trata del Volkswagen Golf R en su última evolución (20 aniversario o R333). Todo un lobo con piel de cordero, y es que bajo esa apariencia sobria, nos encontramos con una receta de auténtico Hot Hatch al contar con un motor 2.0 TSI capaz de desarrollar 333 CV y 420 Nm, una transmisión DSG de 7 relaciones, tracción total con diferencial trasero controlado, frenos de alto rendimiento, suspensión adaptativa DCC y modos de conducción realmente deportivos donde podemos olvidarnos por completo de las niñeras (ESC Sport o ESC Off), hacer Drift como si no hubiese un mañana o disfrutar de un setup especialmente puesto a punto para asaltar el circuito de Nürburgring.

Conducir sobre hielo enseña mucho sobre el coche, pero también sobre ti mismo y tus defectos

De hecho, también quiero resaltar el hecho de que, durante estos días en Suecia también pudimos dar cuenta de otros modelos de la marca como el ID.3 o el nuevo ID.7. Y sí, de primeras quizá pueda no encajaros a muchos el uso de eléctricos para vivir parte de esta experiencia, pero sólo hace falta subirse a cualquiera de ellos y enfrentarse al circuito más técnico para descubrir que, pese a que requieren de cierto periodo de adaptación, esconden mucha diversión y son incluso mejores para pulir nuestros defectos como conductores. Todo un descubrimiento.

La experiencia como tal está diseñada para que los participantes vayan siempre de menos a más, comenzando por un circuito tipo slalom. En esta primera fase conseguimos conocer el coche, sus límites, pero también los nuestros. Es una prueba que te enseña tanto del coche como de ti mismo, permitiéndote así establecer un punto de partida y evolucionar a partir de él. Todo ello además se produce en un escenario que aporta mucha seguridad y control, pues los errores que nos llevan fuera de la pista no sólo son comunes, sino que son obligados, pues sólo buscando nuestros límites, es cuando conocemos nuestros defectos y aprendemos qué hay que hacer para corregirlos.

Con 333 CV y el nuevo sistema de tracción total, el Golf R se convierte durante 4 días en nuestro coche de pruebas

Por su puesto hay máximas que se aprenden desde la primera prueba y que tendrás que grabarte a fuego para el resto de la experiencia. En primer lugar está algo tan esencial y olvidado en nuestro día a día, como es el mirar lo más lejos posible, pues la anticipación es clave en la gestión de cada trazada, descubriendo además que lo más importante de todo a la hora de negociar curvas sobre hielo está en mirar a donde quieres ir y no donde estás yendo, pues para girar hay que derrapar sí o sí.

Tampoco podemos obviar la importancia de una buena postura de conducción, que nos permita conducir de forma cómoda, pero también con todos lo mandos al alcance y garantizando el máximo control del vehículo y todo cuanto nos rodea. Terminando por supuesto por algo clave en este tipo de conducción, que no es otra cosa que la progresividad en el uso de dirección, gas o freno, pues las brusquedades son nuestro peor enemigo, y aunque tendremos que actuar con decisión en cada maniobra, todas deben producirse de forma que el coche se sienta cómodo transfiriendo pesos de un eje a otro, sobrevirando o buscando la salida de una curva cuyo vértice lo hemos cruzado completamente de lado y a más de 120 Km/h.

Cada prueba es más exigente que la anterior, lo que tras completar esta experiencia te convierte en mucho mejor conductor

Completada la primera jornada de pruebas, los días siguientes tienen como objetivo subir el nivel escalonadamente con circuitos de diferente dificultad, longitud y velocidad, llegando a disfrutar de trazados donde yendo muy rápido podemos emplear hasta 7 minutos para completar una sola vuelta, lo que demuestra perfectamente la inmensidad de estas instalaciones.

Por ello, puedo decir sin tapujos que, tras estos cuatro días a temperaturas de hasta -15ºC y recorriendo más de 300 Km yendo de lado con un Golf R, efectivamente me lo he pasado en grande, aunque también he aprendido mucho. Desde el primer metro recorrido adquieres nuevas percepciones, una visión diferente del coche y las físicas que le afectan, lo que en tu día a día, incluso de forma inconsciente, te llevarán a ser mucho mejor conductor.

En activo durante los meses de invierno, lo único malo que se le puede achacar a esta experiencia es que su coste asciende a los 4.000 euros por persona con todos los gastos incluidos y vuelos desde Munich. Y sí, efectivamente no es un precio bajo y por lo tanto está fuera del alcance de muchos bolsillos, pero tras vivir la R Experience Ice en Suecia de primera mano, conocer qué ofrece a cambio de ese dinero y compararla además con otros cursos similares, os confieso que me parece una de las mejores inversiones que puede hacer en la vida alguien que disfrute de la conducción y/o quiera mejorarla.

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El Volkswagen Golf es un compacto que se renovó por completo recientemente y está disponible únicamente con carrocería de cinco puertas, contando con una oferta mecánica muy amplia que incluye, por primera vez, motores microhíbridos MHEV, con los que recibe la etiqueta ECO de la DGT.

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