Hay preparaciones de motor racionales y hay preparaciones de motor menos racionales. Sin embargo, lo que Switzer ha hecho con el Nissan GT-R podría calificarse como peligroso. Si los 480 CV del superdeportivo oriental ya están más que bien aprovechados, imaginad casi duplicar la salida de su 3.8 V6 biturbo. Como quien no quiere la cosa, le han sacado nada menos que 800 CV de potencia y 815 Nm de par máximo. Así nace el Switzer GT-R P800, la preparación más bruta sobre un GT-R hasta la fecha.
La magia es obra de dos nuevos turbocompresores, unos intercoolers de tamaño XXL y un refuerzo de los órganos internos del propulsor. Se suprimen los catalizadores y se decora ligeramente el exterior del coche con unas llantas de gran tamaño. Podrá pasar desapercibido entre otros GT-R, pero en cuanto su conductor pisa el acelerador el mundo parece detenerse. Sus prestaciones brutas desafían a las leyes de la física, como muestra un botón: 2.9 segundos es lo que necesita para romper los 100 km/h.
Esperemos que la transmisión digiera convenientemente esta potencia, sabemos que son unidades delicadas y que no se debe abusar del Launch Control. El paquete de modificaciones cuesta al menos 16.000$ e invalida la garantía de fábrica de Nissan. Aunque dudo que le importe demasiado al dueño, sabiendo que puede alcanzar los 200 km/h en 8.4 segundos o los 300 km/h en 19.8 segundos. Estas cifras rivalizan con las de hiper-deportivos del calibre del Bugatti Veyron, por una fracción de su coste.
Como un vídeo vale más que mis palabras, aquí tenéis la demostración empírica. El 0-300 km/h ha sido tomado en las autopistas de Rusia, en plena noche y con poco tráfico, pero con evidente peligro para la seguridad vial.
En este segundo vídeo, el Switzer se mide las fuerzas con un Corvette ZR1 retocado hasta los 750 CV. Escuchar sus sonidos es todo un placer, pero ver lo igualados que van no tiene precio.
Vía: Autoblog.nl, Jalopnik
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