En los últimos días se ha generado bastante controversia al respecto de los coches que utiliza el autoproclamado Estado Islámico en la guerra que libran en Siria e Irak. Hasta el punto en que la sección encargada de perseguir la financiación de grupos terroristas de los Estados Unidos llegó a pedir explicaciones a Toyota (ABC News). La preocupación de Estados Unidos no era otra que ver imágenes de convoyes de milicias compuestos en su mayoría por Toyota Hilux y Land Cruiser. Así, sin buscarlo, Toyota se había convertido en el centro de atención de una polémica indeseable para un fabricante. ¿Cómo han llegado a manos de daesh todos esos coches?
La respuesta de Toyota no tardaría en llegar. La marca japonesa reconoció su colaboración con los Estados Unidos para desentrañar el origen de todos aquellos Hilux y Land Cruiser al servicio del Estado Islámico en Siria e Irak. Empezando por reconocer algo muy obvio, es imposible que un fabricante pueda controlar lo que sucede en las segundas y terceras vidas de los millones de coches que producen cada año. Ni Toyota, ni cualquier otra marca, puede evitar que sus coches acaben dedicándose a actividades ilegales tras su venta en el mercado de ocasión, o tras el mercado negro de los vehículos robados.
Cualquier acusación a Toyota en ese aspecto sería ridícula, en tanto ellos son los primeros afectados al ver su imagen asociada a las acciones terribles que se están produciendo en Oriente Próximo.
Para entender por qué hay tantos Toyota Hilux y Land Cruiser en poder del Estado Islámico primero hay que reconocer que estos modelos son especialmente populares en la zona, y en muchos mercados emergentes. ¿Por qué? Sencillamente porque son coches robustos, versátiles, duraderos y muy ágiles en terrenos muy escarpados. Los Toyota Hilux y Land Cruiser son especialmente demandados por cuerpos militares de todo el mundo, incluso son los preferidos de la Organización de las Naciones Unidas para sus misiones en regiones muy complicadas de África. Una de las razones por las cuales hay tantos Hilux y Land Cruiser en manos del Estado Islámico es, sobre todo, que haya una gran disponibilidad en los países ocupados.
Esa disponibilidad hace que el acceso a los suministros sea relativamente sencillo. Hace años un servidor estaba planificando una aventura intercontinental, el famoso Rally Mongol. Y entre los modelos y marcas que estábamos considerando como candidatos para cruzar Europa y Asia en coche, habíamos pensado dar la máxima prioridad a modelos de Toyota. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que Toyota es probablemente la marca que goza de una mayor expansión mundial, y de una de las mayores redes de talleres y suministros en todo el mundo. De manera que, incluso en el peor de los casos, en una incidencia grave, fuéramos capaces de encontrar el suministro que necesitábamos, aunque estuviéramos en medio de la estepa de Mongolia.
Y esa es también una de las razones por las cuales la imagen de los todoterreno de Toyota ha quedado unida históricamente a grupos insurgentes de Oriente Próximo y África, su disponibilidad, la abundancia de repuestos, y sus cualidades. Buena prueba de este hecho la tenemos en un sketch bastante loco del programa de humor Saturday Night Live, el que puedes ver a continuación.
En Daily Mail han encontrado una nueva explicación a este hecho. Según parece, los Toyota Hilux se han convertido en el principal objetivo de los ladrones en Sydney, donde habrían desaparecido un total de 834 coches entre 2014 y 2015. La preocupación de las autoridades habría llegado a recomendar a los propietarios de un Hilux a extremar la vigilancia de su coche, ante el elevado riesgo de que estos fueran robados.
La teoría principal de los que piensan que el suministro del Estado Islámico proviene de coches robados en Australia, es la de que estos vehículos viajarían en contenedores hasta Turquía, para cruzar más tarde la frontera con Siria. Es una teoría un tanto rebuscada, pero plausible.
Un pick-up americano de una empresa de fontanería de Texas al servicio del Estado Islámico
De hecho la globalización en ocasiones nos deja anécdotas increíbles. Hace tiempo, por ejemplo, nos encontrábamos con el caso de un fontanero de Texas. El propietario de la compañía se encontró con la desagradable sorpresa de que su antigua pick-up apareciera en un vídeo promocional de las acciones del Estado Islámico. Y no solo eso, también se encontró con que las milicias que utilizan su vehículo no se habían preocupado ni siquiera de borrar los adhesivos publicitarios del coche, ni el número de teléfono para requerir sus servicios de fontanería.
En Diariomotor:
Toyota Land Cruiser 
