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James Hinchcliffe gana un simulacro de carrera en Nueva Orleans

El título quizá sea agresivo, pero difícilmente falta a la realidad. La segunda cita de la IndyCar Series 2015, que corría por primera vez en el NOLA Motorsports Park situado en las cercanías de Nuevas Orleans, fue una broma pesada por culpa de la lluvia casi omnipresente a lo largo de todo el fin de semana. El que más brilló fue James Hinchcliffe, que logró su primer triunfo con Sam Schmidt y el primero para Honda este año.

Como ya os contó mi compañero Humberto, la sesión de clasificación se vio interrumpida por las lluvias torrenciales pese a que llegó a iniciarse y la carrera no se libró tampoco de su presencia, cambiándose en varias ocasiones el horario previsto para la bandera verde de salida.

El mejor resumen de la carrera es que se dieron más vueltas bajo bandera amarilla que en competición, terminando la carrera por tiempo y no por kilometraje. Todos empezaron la carrera con neumáticos de lluvia, pero tras una decena de vueltas empezaron a montar slicks y ahí empezó la pantomima en la que se convirtió la carrera al encadenar ‘cautions’, una tras otra. La pista podía estar demasiado seca para neumáticos de lluvia, pero los slicks blandos (con tira roja) no eran el compuesto idóneo ni de lejos.

Sin ser el primero en entrar pero sí uno de ellos, James Hinchcliffe aprovechó el cambio de neumáticos para cargar su monoplaza hasta las trancas de carburante con el objetivo de retrasar tanto como le fuera posible una segunda parada que jamás llegó. Porque la sucesión de banderas amarillas apenas dio para vaciar los tanques. Entre los protagonistas, Chaves, Jakes y Hawksworth, Coletti, Karam (dos veces más un toque inicial con Kimball, en un inicio de temporada horripilante del joven estadounidense), Huertas al rodar en posiciones de podio, el especial de Dracone con atropello en boxes, o la traca final de Hunter-Reay, Pagenaud y Bourdais.

Por mucho que el excampeón se empeñara en explicar a la televisión que se quedó sin sitio, la realidad es que echó de pista a Simon Pagenaud y el francés sólo pudo ver cómo su coche deslizaba sobre la hierba mojada hasta impactar contra los de Hunter-Reay y Bourdais, que sin comerlo ni beberlo se llevó la peor parte. Game over y triunfo para James Hinchcliffe, quien agradeció no tener que defenderse de Helio Castroneves en los últimos minutos de carrera, siendo segundo el brasileño a pesar de un cambio de alerón.

Inexplicable tercero fue James Jakes pese al trompo que protagonizó mediada la carrera, seguido de Simona de Silvestro, que con un cuarto puesto se resarció de su actuación en St. Petersburg a la espera de que ser confirmada para más carrera. Por lo pronto estará en las 500 Millas al volante del quinto coche de Andretti, mientras que el cuarto será para Justin Wilson en las dos carreras de Indianápolis.

Juan Pablo Montoya, que optó por una estrategia conservadora, hubo de conformarse con la quinta posición final, que no le impide seguir líder del campeonato por delante de sus compañeros Castroneves y Power, séptimo en NOLA tras Tony Kanaan, que se recuperó de un trompo. Octavo fue Graham Rahal, que parece mucho mejor piloto en cuanto aparece la lluvia (recordemos que su primer triunfo, en St. Petersburg hace ya siete años, llegó en condiciones similares), cerrando el Top Ten Josef Newgarden y Luca Filippi. Los colombianos Carlos Muñoz, Gabby Chaves y Carlos Huertas se clasificaron 12º, 15º y 16º respectivamente.

La próxima cita de la IndyCar Series tendrá lugar en Long Beach esta misma semana.

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