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Astor Cup, el curioso trofeo para el campeón de la IndyCar

La historia de las copas y trofeos entregados a los ganadores en el mundo de los monoplazas estadounidenses tiene su miga. Con el bombardeo mediático que os lanzamos el pasado mes de mayo estoy seguro de que quien no conociera ya el Borg-Warner Trophy de las 500 Millas de Indianápolis ahora no lo podrá olvidar. Pero el campeón de la IndyCar Series se lleva otro trofeo de historia bastante más curiosa, la Astor Cup.

Con la reunificación de los monoplazas en EEUU, la IndyCar Series reflexionó mucho sobre qué trofeo podía dar esa imagen de unidad del campeonato. La ChampCar tenía una copa de mucho mayor pedigrí, la Vanderbilt Cup heredada de carreras celebradas tanto a principios de siglo como en los años treinta, cuando los ases europeos de la era Grand Prix decidieron incluso visitar EEUU. De ahí que en su palmarés aparezcan Tazio Nuvolari y Bernd Rosemeyer. Pero su uso como premio al ganador de la U.S. 500 (la carrera que la CART decidió organizar en el mismo fin de semana que las 500 Millas de Indianápolis durante los inicios del cisma) no invitaba a su uso por parte de la IndyCar.

Así que decidieron rebuscar en los albores del automovilismo estadounidense y terminaron encontrando otro trofeo de similares características. La Astor Cup original se entregaba al vencedor de una carrera en el circuito de Sheepshead Bay, en Nueva York. Pero tras un par de ediciones en 1915 y 1916 cayó en el olvido. 95 años después, en 2011, La IndyCar recuperó el trofeo y desde entonces es el premio al campeón de la IndyCar Series. Este fin de semana en Sonoma caerá bien del lado de Scott Dixon, que ya lo alzó en dos ocasiones anteriores, bien de alguno de los pilotos de Penske.

Foto | IndyCar Series

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