Para muchos, el movimiento que han hecho algunas de las marcas más exclusivas del mercado es un sacrilegio. Hace tiempo costaba imaginar un SUV en las gamas de los fabricantes de lujo y las firmas más deportivas, pero manda el mercado y, sobre todo, las ventas que traen la inyección económica necesaria para seguir desarrollando prestacionales modelos. Y el mejor ejemplo de ellos son estas cuatro marcas ‘herejes’ a las que la jugada de los SUV les ha salido redonda.
Lamborghini, Porsche, Bentley y Aston Martin han demostrado que los SUV pueden ser tan buen negocio como para ser responsables buena parte de sus ganancias y, en algunos casos, suponen la mayoría de las mismas. Ferrari espera, ahora, cosechar un éxito similar con el Ferrari Purosangue.
Porsche Cayenne
El mundo del motor puso el grito en el cielo cuando, hace veinte años, Porsche presentó el Porsche Cayenne. Hoy en día es la marca más rentable del Grupo Volkswagen, pero por aquel entonces las alarmas sonaban en Stuttgart.
Con todos los costes que ahorraron gracias al Porsche Boxster, los alemanes pudieron desarrollar un exitoso SUV que se convertiría en su tabla de salvación. En sus previsiones esperaban vender 10.000 unidades: fueron 35.000. Diez años después ya eran 270.000 ejemplares y, en 2021, un año de récord para la marca, el Porsche Cayenne fue responsable de 83.071 matriculaciones.
Junto a las cifras del Porsche Macan (79.536 unidades en la primera mitad de 2022), las ventas de los SUV de Porsche son 3,5 veces superiores a las del Porsche 911 (21.616). Cifras que representan la demanda insaciable que existe en el mercado por los SUV.
Lamborghini Urus
Podríamos decir que el Lamborghini Urus es el más exitoso de los SUV con origen premium: así lo confirman las cifras del modelo italiano. No sólo es el vehículo más producido en Sant’Agata Bolognese con más de 20.000 unidades, también es el responsable de casi dos tercios de las ventas anuales de la marca: en la primera mitad de 2022 representó el 61% de las 5.090 entregas mundiales de la compañía.
Bentley Bentayga
El Bentley Bentayga no es un SUV al uso, es el lujo convertido en un todocamino y rematando con un excepcional rendimiento. Corría el año 2016 cuando la firma británica sorprendió a propios y extraños con el lanzamiento de un modelo que se convirtió, casi instantáneamente, en un éxito.
Un año después ya representaba el 39,5% de las ventas internacionales de Bentley. En 2022, los británicos han batido su récord anual de ganancias en la primera mitad: uno de los responsables es el Bentley Bentayga con 2.960 ventas, que representan el 40% del total (7.398) y supera las del Bentley Continental GT (2.441) y las del Bentley Flying Spur (1.997).
Aston Martin DBX
A pesar de las pérdidas registradas por la marca en lo que va de año, el Aston Martin DBX vive en una realidad paralela donde el éxito es su compañero de viaje. En la primera mitad de 2022, Aston Martin entregó 2.676 vehículos: 1.083 eran un DBX, es decir, el 40% de la cifra global. Con la llegada del Aston Martin DBX707 (cuya producción ha sido víctima de la escasez de semiconductores) esperan que esta cifra llegue al 60%.
¿Y el Ferrari Purosangue?
Sólo el tiempo dirá si la de Maranello es una apuesta ganadora, pero, de momento, parece que el libro de pedidos está a punto de cerrarse. Es importante destacar que el SUV de Maranello es una propuesta más exclusiva que la de sus rivales: no sólo cuesta 390.000 euros, también limitarán su producción para que represente, como máximo, el 20% de la total. Las previsiones de Ferrari apuntan a un volumen total de 12.000 vehículos en 2022 así que estaríamos hablando de unas 2.500 unidades del Purosangue.