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Así se destripa un Bugatti para hacer un simple cambio de aceite y filtros

Mantener un Bugatti no es, ni mucho menos, sencillo, o barato. Hace tiempo os hablábamos del mantenimiento de un Bugatti Veyron, de cómo se recomendaba una revisión anual cuya factura asciende a unos 27.000 euros, y un cambio de aceite puede costar alrededor de unos 18.000 euros. Imagina por un momento que tienes un Bugatti Veyron y que, en vez de recurrir al servicio oficial, quieres hacerlo por tu cuenta. Eso es precisamente lo que se propuso una empresa de alquiler de coches exóticos de Las Vegas, destripar un Bugatti Veyron para hacer una tarea de mantenimiento tan simple como un cambio de aceite y filtros, y mostrárnoslo en vídeo.

El complejo mantenimiento de un Bugatti

Aunque en los coches más modernos haya tareas básicas de mantenimiento que se han complicado cada vez más, al menos para un propietario manitas con un juego de herramientas, y sin el instrumental de un taller, en general, cualquier coche ha sido pensado para que tareas como un cambio de aceite o de filtros sea relativamente sencillo.

En un Bugatti la máxima prioridad de los ingenieros era crear un deportivo eficaz, con unas prestaciones soberbias. De manera que, entre las manos de un mecánico, y los depósitos de aceite, o los filtros, se interponen multitud de elementos aerodinámicos, y piezas de fibra de carbono de los paneles de la carrocería, que han de retirarse cuidadosamente.

Este vídeo nos muestra el tedioso proceso de mantenimiento de un Bugatti Veyron, pero sobre todo por qué un Bugatti es una pieza de ingeniería única y apasionante para cualquier amante de los coches y la tecnología

Mención aparte requieren los circuitos de aceite. A diferencia de cualquier otro coche, e incluso cualquier otro superdeportivo, el Bugatti Veyron emplea un complejo sistema de refrigeración que está dividido en varios circuitos independientes y en el que cualquier espacio es susceptible de ser aprovechado para instalar un radiador. Un Bugatti Veyron cuenta con al menos tres radiadores frontales, tres intercambiadores sobre el motor, y radiadores independientes para transmisión y diferencial central. Dicen que, en el proceso de desarrollo del Bugatti Veyron, las mulas y prototipos iniciales vieron cómo sus aletas traseras iban creciendo más y más para acoger radiadores cada vez más grandes, lo suficiente para mantener la temperatura de la mecánica y alcanzar las prestaciones deseadas.

Ver artículo sobre las mareantes cifras del mantenimiento de un Bugatti Veyron y una visita a la fábrica de Bugatti, foto a foto.

Más imágenes de la fábrica de Bugatti:

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