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Gyro-X: El coche torpedo de 2 ruedas que se mantenía solo en equilibrio

Alex Tremulis fue un famoso diseñador y miembro del Salón de la Fama del Automóvil que formó parte del proyecto que más tarde daría luz a las naves espaciales Discovery o Atlantis.

Ingeniería sin límites

Este señor fue el padre del primer coche con faros escamoteables en 1936 (Cord 810). También diseñó varios prototipos de coches con un marcadisimo carácter futurista antes de los años 60, como el Ford X-2000.

De manera que ya no sería sorprendente que en 1967 uniera fuerzas con el experto en giroscopios Thomas Summers para dar vida al protagonista de este artículo: El Gyro-X.

Alex Tremulis y Thomas Summers unieron fuerzas en 1967 para dar vida al Gyro-X

La revolución del transporte

¿Por qué complicarlo con solo 2 ruedas? Tremulis y Summers se basaban en la evidencia de que un coche de dos ruedas sería más eficiente que su homólogo más grande de 4 ruedas. Un menor peso y tamaño se traduce en poder utilizar un motor más pequeño.

Es por eso que el Gyro-X contaba con un motor de Mini Cooper S de 80cv en la rueda trasera que, unido a un buen trabajo aerodinámico, menor rozamiento con la carretera y bajo peso, permitía al coche giroscopio alcanzar la velocidad de 201 km/h. Nada mal para un automóvil cuyo objetivo era moverse por la gran ciudad.

A primera vista podría parecer un vehículo inseguro e inestable por contar con solo 2 puntos de apoyo. Sin embargo, el tener 2 ruedas como una moto le otorgaba una gran maniobrabilidad. Por supuesto, como indica el nombre del prototipo, estos señores tenían el tema de la estabilidad bien atado.

Con un motor de Mini Cooper S de 80cv el coche giroscopio alcanzar la velocidad de 201 km/h

¿Cómo se mantenía recto en parado sin caerse?

En este apartado es cuando entraban en juego los conocimientos de Summers. El Gyro-X contaba con un giroscopio de unos 56cm accionado hidráulicamente que permitía pasar por curvas con peralte de 40º sin volcar.

El disco interno del giroscopio alcanzaba las 6.000 revoluciones por minuto, llegando a los 1.764 Newton de fuerza. El sistema hidráulico accionaba este disco, que se encontraba en el interior de una balona bajo el capó, en función de la inclinación del coche. Por supuesto, el Gyro-X contaba con unas ruedas auxiliares que se desplegaban automáticamente cuando se estacionaba parando el motor.

En cuanto a pensamiento futuro, la energía cinética del giroscopio se almacenaría para ser una fuente de energía adicional. No obstante, eso sería algo que no llegaría a ocurrir, pues alrededor de 1970, la empresa Gyro Transport Systems Inc. quebró, imposibilitando la entrada a producción de este coche giroscópico.

Un giroscopio de unos 56cm accionado hidráulicamente que permitía pasar por curvas con peralte de 40º sin volcar

El viaje del Gyro-X durante 50 años

Tenemos un coche-motocicleta de 2 ruedas, un asiento, techo desmontable y faro escamoteable. Un diseño en forma de torpedo futurista con una mecánica aún rompedora incluso en 2024. Con razón su creador expuso en una carta su preocupación tras la finalización del proyecto. Tremulis comunicó en ella a la empresa matriz de la que dependían en un principio, que el coche había quedado aparcado en exterior, descubierto y expuesto a los elementos y el vandalismo.

En 1975 el Gyro-X reaparece en un artículo del News Chronicles de Thousand Oaks, California, donde Tom Summers lo presentaba como un vehículo giroscópico de 3 ruedas. Los automóviles de más de 680kg no podían considerarse motocicletas por ley. Para poder circular fue necesaria esa tercera rueda.
Con renovada fuerza, Summers parecía que iba a encontrar la manera de potenciar una nueva era giroscópica en la industria del automóvil. Incluso se conoce que Tremulis le escribía cartas dándole sus mejores deseos, con la esperanza de ver cómo el Gyro se convertía en la gran contribución del siglo.

No obstante, tras 1981, el prototipo va danzando por diferentes manos que añaden y quitan ruedas e incluso llegan a remover su sentido principal: El giroscopio.
Por suerte para el mundo del motor, en 2011 el Lane Motor Museum de Nashville adquirió el maltratado Gyro-X y lo devolvió a su esplendor original tras un arduo trabajo de años de investigación.

Tras 1981, el Gyro-X va danzando por diferentes manos que añaden y quitan ruedas e incluso llegan a remover su sentido principal: El giroscopio

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