Pensar hoy en día en un coche utilitario es casi sinónimo de pensar en un coche eléctrico. Algo que, analizándolo tranquilamente, tiene su lógica, ya que al fin de cuentas es en el mundo urbano donde más sentido tiene un eléctrico ahora mismo. Sin embargo, son muchos los que echan en falta cierto picante en el segmento, y claro ejemplo de ello es el dueño de este Skoda Citigo, unidad que ha dejado de lado todo lo que implica un utilitario para convertirse en una bestia diésel de 360 CV.
Y como no podría ser de otra manera, la transformación ha tenido lugar en Inglaterra, paraíso para los más petrolheads gracias a que las MOT -las ITV inglesas- son infinitamente menos restrictivas. Así, el que había sido concebido como un pequeño coche checo para ciudad se ha terminado convirtiendo en la peor pesadilla de algunos de los más ilustres deportivos.
El Skoda Citigo que se ha convertido en un devorador de deportivos de la mano de un motor diésel de 360 CV
Ya a nivel estético nos encontramos con una serie de rasgos que nos adelantan que no estamos ante un Citigo normal y corriente. Por una parte se han instalado unas llantas de 17 pulgadas procedentes de un Octavia, defensas más agresivas por las que asoma un intercooler poco común en los Citigo que todos conocemos, ventanillas de metacrilato, toma de aire en el capó y un sugerente alerón.
Pero lógicamente la verdadera miga la descubrimos en sus entrañas. Y es que lejos de mantener su motor gasolina de tres cilindros, el utilitario checo hace gala de un propulsor de 2.0 litros TDI y cuatro cilindros más que conocido. ¿La diferencia en esta ocasión? Que no desarrolla 150 o 190 CV tal y como nos tiene acostumbrados este corazón del Grupo Volkswagen, sino que emana la friolera de 360 CV en un pequeño Skoda Citigo.
Todo ello es posible gracias a un turbo Garret, un sistema de escape personalizado, un kit de nitroso -sí, nitroso-, radiador específico, mapeado de la centralita, frenos Brembo con pinzas Porsche y un sinfín de elementos para hacer del utilitario de Skoda un sleeper con todas las de la ley. Y aunque bien es cierto que en banco ha declarado los 360 CV, su propietario ha decidido caparlo hasta unos más «comedidos» 270 CV, una potencia suficiente para hacer que los 1.160 kilos que declara sobre la báscula se muevan con soltura.
Y conseguir dicho peso ha sido posible gracias a un exhaustivo vaciado del interior, dejando lo imprescindible para conducirlo. Pero para que la relación peso-potencia sea perfecta y que todo ocurra como debe ocurrir, su dueño instaló también un sistema de tracción total Haldex y un diferencial Quaife de deslizamiento limitado.
¿Lo mejor de todo? Que este pequeño pero matón Skoda Citigo ha estado a la venta en eBay, aunque ya tiene nuevo hogar. Y es que alguien ha pagado cerca de 16.000 euros por el utilitario checo, un precio aparentemente justo dado no solo el nivel de modificaciones que esconde este, sino también porque no es mucho más caro que opciones equivalentes nuevas.
Skoda Citigo iV 
