Hasta la fecha, la práctica totalidad de preparaciones para SUV de alta gama están encaminadas a aumentar su exclusividad y mejorar su eficacia, pero siempre sin abandonar el asfalto. En muchos casos, como por el ejemplo los BMW X5 de G-Power, salir del asfalto supondría una sentencia de muerte para los neumáticos de perfil bajo. Apenas hay preparadores que se atrevan a incrementar sus capacidades 4×4, y es precisamente lo que han hecho los chicos de Fluid Motor Union con su Project X.
Está basado en un BMW X5 4.4i V8 de primera generación. El coche había sufrido un accidente y el cliente se quiso deshacer del vehículo, que acabó en manos de FMU. En primer lugar, decidieron aumentar su altura al suelo con una nueva suspensión, y dotarlo de enormes neumáticos todoterreno. Tras reparar el frontal y colocar nuevas ópticas, no se reemplazó el paragolpes: en su sitio se montó una enorme defensa metálica, agresiva, pesada y cuajada de enormes luces antiniebla.
En el techo se ha colocado una baca de metal, donde se aloja una rueda de repuesto del mismo tamaño que el resto. La pintura del coche es de color gris mate, y es el mismo tono del que se pintan los cañones de artillería alemanes. Por ello, no extraña ver la cruz de la Wehrmacht pintada en la zaga del coche. No son connotaciones nazis, hablamos del actual ejército alemán. Por último, la línea de escape es también nueva, produce un rugido atronador y emite enormes llamaradas.
Es un vehículo más eficaz fuera del campo, pero sigue sin tener reductora, lleva la caja automática de serie. Sea como sea, es un coche ideal para desmarcarse del tráfico, lo queramos o no, vamos a llamar la atención. Por último, una curiosidad. En la foto donde aparece montado sobre un BMW E39, se trata de un coche que FMU usa para piezas, cuya zaga está destrozada. Os dejamos un par de imágenes adicionales de esta bestia y un vídeo donde se puede comprobar el sonido del escape.
Fuente: StanceWorks
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