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Control Stop. No me llames Seb II, llámame Sébastien Ogier

Durante los próximos días veréis cientos de comparativas (nosotros mismo estamos preparando una) pero lo cierto es que hay que empezar a tratar a Sébastien Ogier por lo que es, un gran piloto de rallyes y el único tricampeón de la historia del WRC. Algo que promete cambiar dentro de un año, en el que el galo saldrá a tratar de unir su nombre al de Juha Kankkunen y Tommi Mäkinen, dos leyendas y miembros del exclusivo club de los flying finns.

La forma con la que se hizo el piloto de Volkswagen no da lugar a discusión alguna. Ogier aguantó el golpe, supo correr a pesar de tener una gran desventaja al abrir pista y aprovechó su ritmo y la ventaja del Polo R WRC sobre el resto (Paddon la cifraba en 4 décimas por kilómetro en algunos terrenos) para recuperar tiempo en las segundas pasadas y asestar el golpe definitivo el domingo, cuando ya no salía por delante de sus rivales. Mientras que otros rivales se apuntaban los scratchs del inicio, el de la firma de Wolfsburgo se anotó de manera consecutiva las últimos siete especiales. También es cierto que el abandono de Stéphane Lefebvre le ayudó, pero la actuación de Sébastien no tuvo fisura alguna y se apuntó una vez más la victoria en la Power Stage, octava de la temporada. Sólo no loas ha conseguido en Monte-Carlo y Alemania.

31 triunfos en el World Rally Championship ni más ni menos, de los cuales siete en este 2015 y tres títulos de Campeón. No podemos ocultar que Ogier está un paso por encima, no sólo es el coche, es él. El de Gap ha mostrado su rapidez y solidez mental sobre todo tipo de terreno y de no ser por el problema mecánico que acosó a Volkswagen en Argentina, a buen seguro Sébastien estaría en disposición de terminar la temporada sin bajarse del podio.

Con Ogier determinado a ser campeón ganando y con la tranquilidad que le daba la ventaja de puntos en la general, poco pudo hacer Jari-Matti Latvala para discutirle el triunfo a su compañero de equipo. Sin ningún error de bulto, el finlandés ayudaba a Volkswagen con un doblete el mismo fin de semana en el que los de Jost Capito también se anotaban su tercer título de marcas consecutivo. Lástima que la penalización de Andreas Mikkelsen impidiera el poder optar a su tercer triplete.

Sin embargo, la perdida de segundos puede haber salvado el asiento para Kris Meeke. El norirlandés realizó un muy buen rally durante las dos primeras etapas, mientras que para la del domingo, el de Citroën trató de soportar la presión, pero estaba cantado que el DS3 WRC iba a ser como un juguete ante la velocidad, estabilidad y ritmo que tienen los Polo R WRC. Esos 10 segundos de penalización a Mikkelsen puede significar una oportunidad más para el ingeniero pelirrojo, veremos si sabe aprovecharla.

Hyundai jugó un papel protagonista en el inicio del rally. Ver a Dani Sordo marcando tres scratchs consecutivos y siendo el primer líder fue casi un mejor estimulo que un café en medio de la madrugada. Los problemas de frenos y la llegada de tramos más rápidos hundieron al cántabro que mantuvo una lucha un tanto desigual (Sordo no tenía la última evolución al ser relegado al segundo equipo para Australia) hasta la llegada de las órdenes de equipo con Thierry Neuville. El enfado del belga pareció fuera de lugar e incluso la decisión de Nandan de aplicarlas cuando el Neuville no tenía posibilidades de título fue un tanto innecesaria. Finalmente lo que consiguió es que Sordo se fuera frustrado por no demostrar que puede batir a Thierry y que el primer piloto del equipo tuviera una sensación parecida al ver tan cerca a un piloto que muchos dicen estar un paso por detrás en tierra.

La actuación de Hayden Paddon no hizo más que echar gasolina a la hoguera. El neozelandés cumplió con las expectativas y con la confianza que depositó en él el equipo. Dos scratchs y quinta posición a menos de un minuto del ganador final dejan ver a un auténtico obús sobre tierra. Veremos si en asfalto también cumple tal y como nos comentaba Luis Moya en Finlandia. El coruñés tiene muchas confianzas depositadas Paddon, ¿quién soy yo para rebatirle a un copiloto bicampeón del Mundo de Rallyes? Tampoco podemos despreciar el rally de Ott Tänak. El Ford Fiesta RS WRC Mk.II sigue teniendo problemas de sobreviraje, pero el estonio está madurando a su volante y a pesar de que una sexta posición puede parecer poco, el piloto de Malcolm Wilson está sabiendo afrontar de una forma distinta a la de o podio o accidente. Algo que a buen seguro que el británico le agradecerá confiando en él la próxima temporada. Más oscuro veo el futuro de Elfyn Evans…

En WRC2, lo cierto es que a pesar de que se esperaba una victoria aplastante por parte de Nasser Al-Attiyah, Yurii Protasov fue un rival mucho más incómodo de los que parecía sobre el papel. El ucraniano es muy rápido y consistente y únicamente el error de saltarse la salida a falta de dos especiales para el final le impidió dejarnos un final de rally de órdago junto al qatarí. La FIA tampoco tuvo un rally sencillo, además de los graves problemas de visibilidad en la especial nocturna del sábado (grandes cantidades de polvo en suspensión y oscuridad no son buenos compañeros) que tanto han criticado los pilotos, la colocación de muchos aficionados y la aparente pasividad de algunos comisarios nos dejaron situaciones tan delicadas como la siguiente:

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