Sólo fue un susto. Afortunadamente, la fuerte salida de Carlos Sainz durante los terceros entrenamientos libres se ha quedado en eso, un susto, mucha fibra de carbono rota, una visita al hospital y de nuevo la seguridad de las protecciones del gran circo en entredicho. Y es que una vez más, lejos del accidente de Bianchi (el cual podemos calificar de negligencia al sacar a pista una grúa con los coches rodando y en dichas condiciones de visibilidad/agarre) las protecciones y los choques frontales están demostrando ser el principal quebradero de cabeza en cuanto a la seguridad en el Mundial de Fórmula 1.
Con la promesa de que se revisarán dichos elementos que ya en accidente como el de Max Verstappen es te año o en el de Heikki Kovalainen en 2008 en el Gran Premio de España a punto estuvieron de darnos un disgusto (al meterse el monoplaza por debajo), Carlos Sainz ha querido hace unos minutos tranquilizar a los aficionados desde el hospital con un mensaje en el que se le ve plenamente consciente y sin ningún signo de conmoción después de este brutal golpe frontal.
Por el momento, Sainz asegura tener alguna magulladura por el cuerpo, pero nada grave que no se pueda solucionar con antiinflamatorio. Deberá esperar a mañana para recibir el OK por parte de los médicos de la FIA ya que el de los comisarios ya lo tienen y en Toro Rosso ya se encuentran tratando de tener su monoplaza listo (al parecer con el chasis de repuesto) para la carrera de mañana. Ahora queda por esclarecer qué problema ha tenido el STR10 del madrileño para haber perdido el control de esa manera.
