Muy cerca se quedó Carlos Sainz de redondear un fin de semana muy complicado en Sochi, pero finalmente no pudo ser. El piloto de la Scuderia Toro Rosso se vio abocado a la retirada tras rodar buena parte de la carrera en zona de puntos después de que su STR10 se quedase sin frenos, motivo por el cual protagonizó dos trompos, el segundo de ellos eliminatorio al impactar contra las barreras.
El madrileño aprovechó el lío de la primera vuelta, con no menos de seis coches perjudicados de una u otra manera, para colocarse desde el primer momento en la lucha por los puntos y pese a un error al pisar una línea blanca cuando le tocó pasar por boxes, lo cual le acarreó una sanción de cinco segundos, rodó de forma consistente en séptima posición hasta que sus frenos comenzaron a desfallecer. Un primer trompo le hizo caer al noveno puesto y, ya bajo presión de Felipe Nasr los frenos le volvieron a dejar vendido en el mismo punto en el que se accidentó el sábado. Game over.
Carlos Sainz no ocultó ante los micrófonos de las televisiones hispanoparlantes que las primeras vueltas de carrera no fueron fáciles a nivel físico, llegando a sentirse mareado bajo régimen de Safety Car, y precisó que por radio le pidieron que cuidara de los frenos desde la vuelta 20. El desenlace por lo tanto se veía venir, lo cual tampoco resta mérito a una actuación tremendamente meritoria tras los sucesos del sábado.
Por cierto, una vez más el Toro Rosso que salía más retrasado fue el más competitivo en carrera, con Max Verstappen fuera de ritmo tras su toque con Nico Hülkenberg en la primera vuelta. Aún así el neerlandés cazó un punto por sanción post-carrera a Fernando Alonso al exceder los límites de la pista.
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