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Miguel Molina: el trabajador silencioso

Dentro de la internacionalización del automovilismo, siguen existiendo países con más pilotos que otros. La cantera británica mantiene un espectacular ritmo alto, hasta el punto de que hay muy pocas categorías internacionales sin pilotos del Reino Unido. Las marcas suelen potenciar a pilotos nacionales, como hacen Mercedes, Audi y BMW con promesas alemanas o Ferrari con algunos italianos. Incluso Oreca permite la introducción de muchos franceses, guiados a su vez por el atractivo de Le Mans. España no tiene el placer de disfrutar del alcance de estos países, aunque la tarea de SEAT en el mundo de los turismos es encomiable.

Eso deja al piloto de otro país en busca de oportunidades que no siempre llegan, hecho que no se reproduce en el caso del cuarto integrante español en Daytona. Miguel Molina ha disfrutado de ciertas ocasiones en vinculación a las marcas y ha aprovechado las oportunidades en mayor medida dentro de un papel más anónimo. El gerundense también ha encontrado su lugar en la Blancpain GT Series y en los GT en general, submundo automovilístico en el que es cada vez más complicado entrar y en el que Molina ha obtenido buenos resultados que le mantendrán en el automovilismo de élite.

La carrera deportiva de Miguel Molina González empezó en unos monoplazas que le vieron empezar bien en la Fórmula 3 española y consolidar una buena posición en la Fórmula Renault 3.5, dónde acabó tres temporadas entre los diez primeros clasificados. La marcha de Ultimate Motorsport a falta de dos citas para el final de la temporada 2009 dejó al de Lloret de Mar sin asiento provisionalmente hasta que llegó Audi para hacerle piloto oficial del DTM. Siete años progresivamente menos regulares vieron mejores actuaciones en su parte final, en la que obtuvo tres triunfos, incluyendo uno en su fin de semana de despedida en Hockenheim. Audi le empezó a dar volantes en GTs, con carreras en la Blancpain y en el particular campeonato australiano, tarea que realizó a tiempo completo en 2017 con Ferrari en el WEC y en la Endurance Cup de la Blancpain.

Molina debutó el año pasado en Le Mans como compañero de Sam Bird y Davide Rigon en el AF Corse oficial, así que el viaje del catalán será tan solo su debut en el circuito estadounidense, y no en carreras de 24 horas. Desgraciadamente, Molina y el irlandés Matt Griffin tendrán que imponer su ritmo en un quinteto desnivelado con el Ferrari de Risi Competizione en la competidísima categoría de GT Daytona. Sus compañeros serán tres mexicanos: Santiago Creel, piloto de zona baja de la Porsche Supercup, Martín Fuentes, ex campeón de categoría en la Pirelli World Challenge y conocedor del Ferrari 488, y Ricardo Pérez de Lara, veterano financiado por Telmex con experiencia en NASCAR mexicanos, turismos y GT.

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