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Toyota, la tierra prometida del Mundial de Resistencia

Con una parrilla del Mundial de Fórmula 1 casi inaccesible si no dispones de al menos 10 millones de euros, una IndyCar donde ya escasean los asientos y sin nombre del otro lado del charco también te exigen aportación económica y un DTM camino de los 18 coches en parrilla en lugar de los 24 actuales, el Mundial de Resistencia y concretamente su categoría LMP1 se han convertido en la gran aspiración de numerosos pilotos de talento. Vale, siempre quedan por ahí la Fórmula E y los GT, pero por unas u otras razones no a todos los pilotos les llenan esas categorías.

Lo cierto es que no todo lo que reluce en el WEC es oro. Ahí está la marcha de Rebellion de la subcategoría LMP1-L o la reducción de tres a dos vehículos en Le Mans para Audi y Porsche, acuerdo fraternal mediante. Por ello Toyota es la gran esperanza de todos aquellos que buscan un asiento de fábrica, pagado y competitivo. Sí, con la retirada de Mark Webber en Porsche queda una vacante, pero también tienen mucho donde elegir en casa. En lenguaje de calle: hay tortas por conseguir uno de los pocos volantes del fabricante japonés en Le Mans.

Y tampoco hay tantos. En el fondo todo depende de que el fabricante japonés se anime de una vez por todas a llevar tres coches a Le Mans. Siempre puede caer alguna pieza del equipo actual, como es el caso del veterano Stéphane Sarrazin, pero al fin y al cabo hablamos del fichaje de tres o cuatro pilotos más. Y no son pocos los aspirantes, empezando por José María López, pues no es ningún secreto que Pechito probó el actual TS040 la pasada pretemporada.

Como bien contó mi compañero Sergio Martínez en el artículo sobre el test de rookies que el Mundial de Resistencia organiza en Bahréin, al argentino hay que sumar a Pipo Derani tras su sorprendente actuación en las carreras largas del certamen IMSA, un muy bien posicionado Alex Lynn dado que su mánager es Alex Wurz, aún con peso en el equipo japonés, y Giedo van der Garde. Y yo añadiría quizá a Mathias Beche. Su participación con Manor en China, al igual que Lynn, me parece sospechosísima en un piloto que ya probó en el pasado con Toyota.

En todo caso lo que ocurra con Toyota en los próximos meses será clave para todo el Mundial de Resistencia. No tanto porque un LMP1 de fábrica más o menos en Le Mans vaya a cambiar el panorama como porque la promoción de pilotos que destaquen en LMP2, como puede ser el caso de Derani, Lynn o van der Garde, permitirá que la segunda categoría siga atrayendo a jóvenes pilotos de monoplazas con maletines que permitan mantener el tinglado en pie. Y es que al final esto también es un negocio por mucho que unos privilegiados vivan de ello.

Foto | Michelin

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