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Control Stop. Kalle Rovanperä se gradúa como 'finlandés volador'

Apenas era su 14ª prueba al volante de un WRC, el momento perfecto para quitarse esa presión del primer triunfo dentro de la categoría absoluta. Kalle Rovanperä ha ido quemando etapas a una velocidad pasmosa, hasta al punto de que apenas un lustro después de hablar de sus primeros pasos al volante de un S2000, el finlandés ya ha conseguido su primera muesca en el revolver. Y lo hizo con estilo. No necesitó una prueba con numerosos abandonos y una criba entre los grandes candidatos. Se puso el traje de ‘flying finn‘ y se propuso ganar en su segunda casa.

Arrasó. No sólo porque Ott Tänak tuviera que abandonar por los tres pinchazos sufridos en su Hyundai i20 Coupé WRC, poniendo una losa más a su ya aciaga temporada, sino porque también se convirtió en el piloto que más scratchs sumó en las dos primeras etapas, siendo especialmente determinante el logrado en la primera especial del sábado, el que no sólo triplicó su ventaja al frente de la general, sino que también fue el responsable de que Breen terminara por bajar los brazos.

Decía al principio que era el 14º rally del Mundial al volante de un WRC para Kalle Rovanperä, pero lo cierto es que todo parece estar asociado a ese número 4 en la familia del finés, ya que este triunfo ha llegado en su participación número 34 en el campeonato intercontinental desde que realizara su debut en Gales 2017 con el Ford Fiesta R5, mientras que su padre consiguió también estrenar su casillero en su prueba 44 dentro del Campeonato del Mundo, momento en el que consiguió ganar el Rally de Suecia 2001 con el Peugeot 206 WRC.

Aunque sé que todos no tenemos la deformación profesional de fijarnos en los números de forma compulsiva, es cierto que en el caso de Kalle es inevitable fijarse en esa marca de 20 años, 9 meses y 17 días que dejó fijada el pasado domingo y que si Oliver Solberg, Fabio Schwarz, Max McRae o Matthys Delecour lo remedian, seguramente se mantenga durante unos cuantos años vigente, no sabemos si tanto cómo ha permanecido el de Jari-Matti Latvala. Ogier consiguió su primer triunfo con 26 años y 164 días, Loeb hizo lo propio con 28 años y 180 días, mientras que Sainz ganó el Acrópolis de 1990 con 28 años y 55 días. Todos ellos han tenido fructíferas y longevas carreras deportivas… Imagina lo que puede hacer Rovanperä hasta llegar a las edades en que estas tres leyendas del WRC lograron su primer triunfo.

Lo hemos visto crecer al volante de su Toyota Starlet de rallyes, pasar de asustar a copilotos de un R2 a un S2000 y competir en Letonia con una licencia especial. Ha hecho la mili ante nuestros ojos, se ha sacado el carnet de conducir e incluso hemos visto sus malabarismos con el noble arte del drift. Su primer gran accidente en Argentina 2019 con el Skoda, el debut en Monte-Carlo con el Yaris y su primer scratch y podio en Suecia 2020. No es el Verstappen del WRC, es él, Kalle Rovanperä. Si no lo conocías, recuerda su nombre.

Digno de estudiar también la capacidad demostrada una vez más por parte de Craig Breen de rendir de forma sobresaliente en este tipo de pruebas que hasta hace unos años parecían únicamente reservadas para pilotos nórdicos. El irlandés se quedó a las puertas de la victoria y esa frustración quedó patente en la cantidad de veces que repitió que no podía igualar el ritmo de Kalle por no tener un programa completo. Es el papel que le ha tocado jugar en esta ocasión, y lo bordó hasta el punto que hubiera sido muy injusto el haberle despojado de esa plaza para permitir que Neuville subiera una plaza que seguramente no vaya a cambiar el desenlace del campeonato.

Al propio Tänak seguramente le traicionó el subconsciente cuando se le preguntó acerca de sus opciones para lo que restaba de año, con el estonio asegurando que iba a ser muy difícil con apenas cuatro pruebas por delante (oficialmente son cinco; Ypres, Acrópolis, Finlandia, España y Japón), seguramente siendo consciente de que la ronda asiática tiene muy pocas opciones de llevarse adelante. La realidad es que, a estas alturas de la temporada, Ogier dobla en puntos al piloto estonio, mientras que a Neuville le saca 52 puntos, lo que trasladado a las cuentas del WRC, se convierten prácticamente en dos rallyes de ventaja. Misión casi imposible.

Thierry Neuville fue cazado a 190 km/h en una velocidad del enlace limitada a únicamente 90 km/h. Puede quedarse en casa un rally

En el grupo de atrás, M-Sport tuvo muchos quebraderos de cabeza con la fiabilidad y cuando no los tuvieron, Teemu Suninen tampoco tuvo su mejor día en cuanto a pilotaje. Tras haber abandonado en Monte-Carlo y Cerdeña a las primeras de cambio, el finlandés no podía tropezar otra vez en la misma piedra, por lo que se dedicó a asegurar su plaza por delante de Pierre-Louis Loubet después de sufrir los mismos problemas con la bomba del agua que había tenido Greensmith kilómetros antes.

La próxima cita del Mundial, el Ypres Rallye belga, contará de nuevo con los mismos pilotos titulares, Greensmith y Suninen, después de que los cronos del Ford Fiesta WRC hayan estado lejos una vez más de los de cabeza en una prueba considerada de alta velocidad, algo que también sucedió en el pasado Arctic Rally. Nos quedamos sin ver de lo que hubiera sido capaz Takamoto Katsuta en una prueba en la que ya en 2020 se sintió muy cómodo. Lo importante sin duda es que Daniel Barritt aproveche estas semanas para su recuperación y que pueda estar presente en el también rapidísimo rally de asfalto a mediados de agosto.

Mano blanda de la FIA contra las infracciones de tráfico:

En casa tendrá que tener mucho cuidado Neuville, al cual le caía una cuantiosa multa de 2.500 euros después de ser cazado en un enlace a 190 km/h en una zona limitada a 90 km/h, en lo que en muchos países es considerado como una infracción muy grave (en España es delito exceder los límites de velocidad cuando se superan en 60 kilómetros por hora en vías urbanas u 80 kilómetros por hora en interurbanas). Quizás lo más preocupante para el piloto belga es que sobre el pasa a estar presente la amenaza de la suspensión por un rally en el caso de que vuelva a ser ‘cazado’ en lo que queda de temporada 2021 superando en un 30% la velocidad límite de la vía por la que se encuentre circulando entre tramos.

Esta situación no deja de reflejar que quizás el campeonato y en especial la FIA deberá tomar medidas más duras respecto a las infracciones o acciones potencialmente peligrosas cuando los competidores se encuentran circulando en carreteras abiertas al tráfico. Son ya tres sucesos en lo que llevamos de año que han implicado a pilotos de la primera categoría, desde Ott Tänak rodando con un neumático pinchado hasta el parque de asistencia en Monte-Carlos, hasta la colisión de Sébastien Ogier en Croacia. Ya que parece que el apartado económico no es lo que más importe para los pilotos Top Class, quizás habrá que empezar a pensar sanciones más duras en lo deportivo que unas penalizaciones en diferido para reincidentes.

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