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Scott Dixon repite y rompe el dominio de Penske en el Indy GP

En lo que respecta a la IndyCar al menos la nueva normalidad se parece sospechosamente a la vieja. Scott Dixon ganó en la cita inaugural de Texas, hace ya un mes. Y Scott Dixon ganó la segunda prueba de la temporada de IndyCar Series 2020, el Gran Premio de Indianápolis en el trazado rutero del Brickyard. Cierto es que no partía como el gran favorito en un evento donde sólo Penske había triunfado desde su creación y con uno de sus pilotos en la pole (Will Power), pero como de costumbre estrategia y suerte se aliaron a favor del neozelandés de Ganassi.

No parecía evidente, pues el líder del campeonato partía séptimo tras quedarse en la jornada del viernes fuera del un Fast Six tremendamente competido. Will Power se hizo con la pole por delante de un sorprendente Jack Harvey, Colton Herta, Graham Rahal, Oliver Askew y Josef Newgarden. La sesión de clasificación anticipaba un fin de semana complicado para Álex Palou, que cayó en el primer corte y se quedó con el 21º puesto en parrilla.

Y tras una salida limpia y un primer sector de la prueba totalmente tranquilo todo iba encaminado hacia el cuarto triunfo de Will Power en esta prueba, a la prolongación de una increíble hegemonía de Penske. La única incógnita debía ser comprobar si aquellos que apostaban a las dos paradas en lugar de tres lograban inmiscuirse en los primeros puestos… hasta que Oliver Askew perdió el control de su monoplaza entrando en recta de meta y dando contra el muro. ¿Y quién era el primero con dos paradas ya hechas en pista y neumáticos frescos? El de siempre, Scott Dixon.

Por delante tenían dos opciones. Parar y reintegrarse al fondo del pelotón o tratar de aguantar en pista, en muchos casos debiendo ahorrar combustible. El panorama fue un festín para Dixon, que fue remontando hasta arrancar las pegatinas a Graham Rahal, el mejor de quienes iban a dos paradas. Y si la bandera amarilla ya había dado al traste con sus opciones de triunfo, Will Power además caló su monoplaza en la última parada en boxes. Otro clásico de la IndyCar que le mandó al 20º puesto final.

Camino expedito por lo tanto para Scott Dixon hacia el segundo triunfo de la temporada, por delante de un Graham Rahal que aguantó segundo a cierta distancia a pesar de tener que levantar el pie en su segundo relevo. Completó el podio el vencedor de 2019, Simon Pagenaud, por delante de Colton Herta, quien protagonizó una escapada por el óvalo sin consecuencias antes de reincorporarse a pista tras una pasada de frenada. La sorpresa de la jornada vino de parte de Rinus VeeKay, pues el debutante neerlandés se reenganchó después de su desastroso debut en Texas con un quinto puesto, conteniendo a Marcus Ericsson en los compases finales. Cerraron el ‘top ten’ Newgarden, O’Ward (protagonista de un bonito adelantamiento por el exterior a su compañero Askew saliendo de boxes), Ferrucci (que se sobrepuso de una mala parada) y Sato.

No fue un buen fin de semana para Alex Palou, quien pese a dejar su huella con un precioso adelantamiento a Simon Pagenaud en el inicio de carrera, en ningún momento pareció encontrar ritmo en su coche y acabó cruzando meta en 19ª posición. En todo caso, mejores sensaciones que en Texas, donde abandonó sin comerlo ni beberlo. Y desde luego mejores que para Alexander Rossi, quien volvió a sufrir problemas mecánicos y debió abandonar, en lo que está siendo un inicio de campeonato para olvidar.

Foto | IndyCar Series

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