Corrían los primeros meses de 2021, con el planeta todavía amoldándose a ‘la nueva normalidad’ después de haber superado el primer año de la pandemia de COVID-19. Los fabricantes de automóviles, al igual que el resto de compañías, reevaluaban sus respectivas hojas de ruta para una década que evidentemente ya había quedado significativamente marcada por las circunstancias.
MINI fue uno de los primeros fabricantes europeos en anunciar que a finales de esta década la compañía únicamente iba a fabricar automóviles 100% eléctricos. Esta confirmación se realizó en marzo de 2021 y de nuevo, desde entonces, han sido muchas las cosas que han pasado recientemente en la industria automotriz, entre ellas la moratoria de las sanciones para aquellos fabricantes que superaran el techo de emisiones contaminantes o la falta de acuerdo con China en cuanto a la importación de vehículos eléctricos al continente europeo.
Pero también se han actualizado las previsiones en cuanto a la electrificación, con una presencia de los modelos eléctricos puros en el mercado mucho menor de la que se esperaba a estas alturas. Es por ello que algunas compañías están variando ligeramente sus cálculos para los próximos años, algo que por ejemplo ha quedado patente en las decisiones de MINI de vender únicamente coches eléctricos de cara al año 2030.
Ha sido el propio vicepresidente de MINI para América, Michael Peyton, el que ha confirmado recientemente en una entrevista a Automotive News que esos planes para finales de la década han sido revisados y previsiblemente el motor térmico tendrá mucho que decir todavía en las propuestas de la firma británica: “Seguimos avanzando en esa dirección, pero hemos visto, sobre todo en Norteamérica, que los motores de combustión siguen siendo muy importantes y lo serán en el futuro próximo. Por eso, hemos cambiado un poco nuestro enfoque como marca y seguiremos fabricando coches con motores de gasolina durante más tiempo del previsto”.
Desde el verano pasado, MINI no es la única marca que ha ajustado sus planes en materia de electrificación. La más reciente ha sido sin ir más lejos Maserati, la cual decidía cancelar el lanzamiento de su MC20 eléctrico y retrasaba los tempos hacia una electrificación completa para centrarse en su gama actual. Un año antes era Lamborghini la que hacía una declaración similar, siendo conscientes las marcas más deportivas que todavía era demasiado pronto para que este tipo de productos de altas prestaciones desbancaran a los modelos con propulsor térmico.
Aston Martin, Bentley y Rolls Royce parecen estar en la misma ruta, siendo especialmente determinante esa frase de Mate Rimac en la que decía que: «la gente rica quiere coches de gasolina». No son los únicos los automóviles de lujo los que han visto reconducir su estrategia. Firmas como Volvo o Volkswagen, pioneras en la electrificación completa, anunciaron recientemente ajustes en sus previsiones, mientras que otras marcas como Toyota, Ford o Renault también han cambiado su enfoque.
