Pensar en la filosofia original de los compactos deportivos, de los más conocidos como hot hatchbacks, es pensar en diversión por poco precio. Y es que ese era el objetivo de un segmento que, con el paso de los años, se ha ido no solo aburguesando, sino también dejando de ser asequible. Así, miramos con nostalgia y pena al Renault Sandero R.S -Sí, Renault-, variante deportiva que se vendió en Brasil hasta el año 2021, costaba 17.000 euros y con él ha muerto toda esperanza de un compacto deportivo barato.
Y aunque bien es cierto que no estábamos ni ante el hot hatchback más potente ni el más deportivo, era el único que hacía alusión a esa época en la que comprar un coche con ciertos toques picante no era solo apto para los más pudientes. Además, el Sandero R.S no solo evocaba a la razón de ser de sus antepasados por precio, sino también por peso y potencia.
Renault Sandero R.S, así era el último compacto deportivo moderno asequible
Estéticamente nos encontrábamos con un frontal gobernado por una parrilla de índole agresiva con elementos cromados. El lateral se ensalzaba con taloneras específicas y llantas de 17 pulgadas, elementos que auguraban una zaga donde la firma gala puso la carne sobre el asador. Y es que en esta zona destacaban un sugerente alerón y un difusor encargado de dar cobijo a una doble salida de escape lateral.
El habitáculo no es que fuese la panacea de la deportividad, pero por el precio que pedía Renault por el Sandero R.S nos encontramos con elementos más que dignos. Y es que rápidamente nos llama la atención pedales en aluminio, asientos de corte deportivo y una pantalla de 7 pulgadas con conexión con Apple CarPlay y Android Auto.
Sea como fuere, el mercado está actualmente copado por vehículos que recurren a paquetes exteriores interiores a través de los cuales ofrecen una falsa deportividad por cortesía de una llamativa ornamentación. Y teniendo en cuenta eso, donde residía la deportividad del Renault Sandero R.S era en su apartado mecánico.
No, el utilitario galo no era ni el más potente ni el más rápido, pero luchaba, fundamentalmente, por ofrecer una buena relación peso-potencia, aspecto de vital importancia a la hora de gestar un buen deportivo. Así, el Sandero R.S recurría a un propulsor de cuatro cilindros atmosférico capaz de producir 150 CV y 204 Nm de par.
Dichas cifras se gestionaban por medio de una caja manual de seis relaciones, y permitían que el Sandero RS cubriese el 0 a 100 en 8,5 segundos. A ello debemos añadirle una altura libre al suelo que se rebajaba 26 mm respecto al Sandero convencional, así como unas barras de torsión un 17% más rígidas en el eje delantero y un 65% detrás. ¿Lo mejor de todo? Que el Renault Sandero R.S tan solo pesaba 1.190 kilos.
Pero el verdadero punto álgido del Renault Sandero R.S se encontraba en su precio, estando disponible en el mercado brasileño por 99.290 reales, o lo que es lo mismo, 17.700 euros al cambio actual. Y es que aunque bien es cierto que el Sandero R.S no era el compacto deportivo más exclusivo o eficaz, sí que era el más fidedigno al concepto original de este segmento.
Porque si intentamos hoy en día comprar ya no un compacto, sino un utilitario de altas prestaciones, el presupuesto debe estirarse hasta, por lo menos, los 30.000 euros. Así lo dejan patentes modelos como el Hyundai i20 N, el Ford Fiesta ST o el Volkswagen Polo GTI, siendo el Abarth 500 con sus 26.374 euros de precio de partida el más cercano a nuestro protagonista junto al Suzuki Swift Sport, que implica un desembolso de 23.506 euros.
Dacia Sandero 
