La presentación del nuevo Jaguar E-PACE fue todo un acontecimiento. Primero, por el hecho de que estemos ante el primer todocamino de dimensiones compactas de Jaguar y en un producto que, salvo sorpresa mayúscula, se convertirá en el Jaguar más vendido de la historia. Segundo, porque Jaguar así lo quiso y preparó una nueva hazaña, la de realizar un tirabuzón con el Jaguar E-PACE, que haría que el looping del Jaguar F-PACE pareciera poco menos que un juego de niños. ¿Pero cómo se preparó este récord? ¿Cuántos Jaguar E-PACE tuvieron que morir en las pruebas iniciales hasta que consiguieron hacer que girase y aterrizase con la suavidad que vimos en el vídeo de la voltereta del Jaguar E-PACE?
Jaguar ha querido mostrarnos en un vídeo que en su récord, más allá de lo artístico, y del valor del piloto que condujo este Jaguar E-PACE para practicar un tirabuzón, hubo mucha ciencia, pruebas, errores, y las pertinentes correcciones para conseguir perfeccionar el salto.
Los responsables de este récord reconocen que hubo muchos días de trabajo detrás, cálculos minuciosos, prototipos del Jaguar E-PACE que acabaron irremediablemente destrozados y noches de insomnio.
El reto que se propuso Jaguar se planificó mucho antes de que se iniciasen las pruebas de campo. Con avanzados simuladores se realizaron las primeras pruebas virtuales para calcular aspectos tan importantes como la velocidad, la inclinación de la rampa y las distancias que serían necesarias para que un vehículo, cuyas dimensiones, y distribución de los pesos estaban perfectamente calculados, pudiera realizar ese giro en el aire.
Tras las simulaciones, llegarían las primeras pruebas de campo, en Inglaterra, en la pista de Santa Pod. Jaguar instaló en una explanada una rampa y un colchón hinchable gigante, sobre el que caería el Jaguar E-PACE durante las pruebas. En estas primeras pruebas, Jaguar emplearía un robot que ocuparía el puesto del conductor. Basta echar un vistazo a la carrocería, aún con camuflaje, del E-PACE con el que realizaron estas pruebas, para comprobar que cada caída iba pasando factura en este SUV.
Finalmente, Terry Grant se pondría a los mandos del Jaguar E-PACE para experimentar el salto prescindiendo del robot. Y seguir con un proceso muy minucioso de análisis, cálculos muy precisos, y recopilación de datos, para garantizar que en el intento final, el que se llevaría a cabo en el ExCeL de Londres, todo saliera a la perfección.
Y así llegó un intento final, con un Jaguar E-PACE de serie y ya por fin sin camuflaje, con una pista real y sin un enorme castillo hinchable que amortiguara la caída.
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