A finales de los noventa, la empresa Protomotors, una carrocera que había empezado colocando kits de carrocería al entonces reciente Hyundai Coupé de primera generación diseñado por Pininfarina y llegó incluso a contar con encargos del gobierno surcoreano. Pronto su éxito y sus ambiciones fueron a más y quisieron construir su primer coche. No uno cualquiera, sino un superdeportivo: el Protomotors Spirra.
Al principio, el Protomotors Spirra llevaba el motor del Ford Mustang SVT Cobra
Este superdeportivo, en su creación, se gestó como un coche de motor central y tracción trasera, sin casi ninguna ayuda electrónica y con el Ford V8 proveniente del Ford Mustang SVT Cobra, el motor modular 4.6 que daba algo más de 300 caballos en un conjunto muy ligero gracias al uso de fibra de carbono y un chasis tubular. El prototipo mostrado ya a principios del nuevo milenio prometía, pero se encontró con su primer obstáculo: las leyes de homologación.
Corea del Sur no hacía distinciones entre grandes y pequeños fabricantes, de modo que Protomotors tuvo que hacer frente a los mismos costes que la principal marca del país, Hyundai, lo que complicó y atrasó los planes de homologación, necesitando capital para poder seguir adelante con el proyecto, que incluía además del V8 unas versiones más pequeñas con un V6 y con un cuatro en línea turboalimentado.
Otro de los puntos en contra para la viabilidad comercial del Protomotors Spirra era su precio, calculándose que equivaldría a cerca de 100.000 euros – hablamos, en definitiva, de un coche de construcción artesanal, un coche de autor como los que aún perduran y se pueden ver en Reino Unido. Tanto fue así que Protomotors fue comprada por Oullim Network, renombrándose como Oullim Motors.
Esta Oullim Motors tomó el proyecto, cambió las opciones del motor por el 2.7 V6 procedente del Hyundai Coupé de tercera generación – pudiendo ser un motor atmosférico, con un turbo o una configuración biturbo ‘apretada’ hasta unos brutales 600 caballos. Incluso se desarrolló una versión de carreras que corrió…contra los Coupé de la copa monomarca. Consiguió vender algunas unidades, pero a cuentagotas.
El final del proyecto de un precioso supercoche coreano
El proyecto no terminaba de ser viable y Oullim Motors no sólo no despegaba sino que comenzaba a acumular deudas, hasta el punto de deber dinero a sus empleados. Para salir del paso, Oullim decidió sacar otro modelo…una versión de cuatro puertas del Spirra, que se quedó solo como prototipo. Pese a que hubo planes de sacar una versión eléctrica, que rivalizaría con el Tesla Roadster, así como un Spirra de segunda generación, el Spirra jamás llegaría a mostrar su potencial y Oullim Motors acabaría desapareciendo.
En este vídeo a continuación puedes encontrar más información acerca del Oullim/Protomotors Spirra, cuyo precioso aspecto exterior prometía y más sus prestaciones, tanto con el Ford V8 original como con las versiones turboalimentadas del motor V6 Delta de Hyundai. Una de tantas historias poco conocidas de pequeños fabricantes artesanales que tuvieron la valentía u osadía de hacer realidad el sueño del que, años atrás, era un simple ex empleado de SsangYong.
