Si hay en esta edición el Salón de Barcelona una tendencia transversal dominante a las marcas presentes, sorprendentemente por encima de los SUV, son los híbridos y eléctricos. Desde hace al menos un lustro los fabricantes han entrado en la dinámica de lanzar (o anunciar el “próximo” lanzamiento de) nuevos modelos eléctricos o híbridos que, en muchas ocasiones, se encuentran en la gama alta del mercado. En Barcelona en esta semana todavía se puede ver una oferta de híbridos y eléctricos más cercana (aunque no tanto como querríamos) a la parte más popular del mercado. Una oferta que, sumada a los aniversarios de Mini y Citroën, deja un futuro rico en lanzamientos pero plagado de preguntas.
Subaru Forester
Si te va bien en la vida o quieres soñar con algunos eléctricos o híbridos, el Salón de Barcelona tiene una buena oferta. Al hiperlujoso Hispano Suiza Carmen (del que te hablaremos con más detalle mañana) le acompañan otros modelos eléctricos o híbridos muy innovadores de la zona más alta del mercado, como el Audi e-Tron, el Porsche Misson E Cross Turismo, el escultural Jaguar i-Pace, el Mercedes EQC o los Tesla Model 3, S y X. Con plantas motrices alternativas hay ofertas atractivas pero que apuntan a precios altos como el Hyundai Nexo, la versión híbrida enchufable de los Range Rover y BMW Serie 7 y también el deseado Honda NSX, astutamente escoltado por el Insight de 1999, ese pequeño híbrido en el que se paseaba el mafioso Chili Palmer de la película “Be Cool!”. Incluso en el campo de lo deseable pero poco realista, aunque por razones diferentes, se encuentra una adorable versión “camper” de la Nissan EV200 que a pesar de su inspirador equipamiento de camping y su acertado estilismo, con sus escasos 200 km de autonomía ofrece tan poco recorrido figurado como real.
Pero la oferta de híbridos y eléctricos en esta edición es más amplia en segmentos del mercado y del precio que se acercan más al mundo real. Al margen de futuros como el Cupra Formentor o el Seat Minimó estan presentes los ya conocidos Zoe o Leaf, los recientes Ioniq, Kona o Niro y el próximo El-born, este último presentado en Barcelona en una unidad con aspecto de coche de producción. En cuanto a híbridos, sin haber novedades mundiales, la oferta también es amplia, desde el despliegue de Toyota con el nuevo Corolla, RAV-4 y C-HR, la de sus hermanos de Lexus, pasando por los ya conocidos Hyundai Ioniq y Kia Niro en sus respectivas versiones híbrida convencional y enchufable, así como el superventas Outlander PHEV, hasta la versión híbrida del nuevo Clío y los microhíbridos de Suzuki.
Entre las novedades en el campo de las propulsiones mixtas destaca la nueva gama e-Boxer de Subaru, con el XV y Forester. En una excelente presentación que se detuvo en aspectos clave del apartado técnico, conocimos más detalles de los nuevos híbridos de la marca, que llegarán al mercado en otoño. Por ejemplo el hecho de que los e-Boxer emplean tecnología propia de Subaru, y no un préstamo de Toyota como en el apresurado Crosstrek PHEV del mercado estadounidense. O que el acople del motor híbrido y térmico permite que el coche funcione siempre en modo 4×4 con independencia del tipo de energía con la que se esté moviendo en cada momento. O incluso, y esto nos hace albergar esperanzas sobre futuros modelos, que la plataforma global estrenada por el XV está diseñada para acoger modelos térmicos, híbridos y eléctricos.
Identidades y aniversarios
En esta edición además del centenario del Salón se celebraban otros dos aniversarios importantes en la historia del automóvil.
Citroën cumple 100 años en 2019, y ello permite analizar la posición actual de una marca que en el siglo pasado abarcó desde la funcionalidad a ultranza del 2CV (1948) hasta la sofisticación máxima del DS (1955). El stand de la marca en el Salón presenta una oferta sin turismos, salvo por el C-Elysee, y repartida entre el aire crossover de los C4-Cactus y el nuevo C3, y las interpretaciones SUV de la gama Aircross. Una buena representación del espíritu polivalente del 2CV que, en la ausencia de DS, deja a la mitad el legado de 100 años de historia (y su principal apuesta eléctrica de momento).
El Mini pertenece, como el 2CV, al selecto grupo de coches cuya silueta es reconocible en cualquier lugar del mundo y cuya imagen es ya patrimonio de la cultura popular. Nacido sólo dos años después que el Fiat 500 (1957), la creación de Alex Issigonis ofrecía una interpretación del concepto de minicoche más actual y su variedad de carrocerías le dio mucho recorrido durante décadas. La moderna Mini, resucitada en 2000 por el grupo BMW (bajo dirección del actual CEO de Rolls-Royce, Thorsten Müller-Otvos) ha adoptado los rasgos de estilo del Mini original y su influjo en la cultura popular para construir una marca con mucho estilo y muy deseable pero quizá no tan distinta del resto como lo fue hace 60 años. ¿Queda espacio para los minicoches en la atribulada movilidad actual? Quizá no, ya que el concepto de «vehículo mínimo» ha cambiado tanto que hasta el Seat Minimó parece grande, pero el próximo lanzamiento del primer Mini 100% eléctrico tendrá que ser un punto de inflexión en la redefinición de la marca.
Al igual que Mini y Citroën, casi todas las marcas presentes en este Salón se enfrentan a un problema aún mayor que el coste de las baterías: encontrar su identidad en el escenario de la nueva movilidad. Y la respuesta varía según la aproximación de cada compañía. En la presentación de los e-Boxer el director de Subaru para Europa, David Dello Stritto Manager General de Ventas y Marketing para Europa, dejó una contundente frase: “Somos conocidos por hacer coches azules con llantas doradas y alerones muy grandes. Pero eso ya es el pasado”. En Subaru el aspecto deportivo y el legado de competición pasan, por ahora, a ser un recuerdo, salvo en el mercado estadounidense donde, por ahora, las medidas ambientales menos restrictivas permiten existir al WRX STI. El nuevo foco de la marca está en destacar otros aspectos de su cultura corporativa, como la seguridad activa y pasiva (con su tracción 4×4 simétrica como pilar fundamental), la fiabilidad y un sentido lúdico del uso de sus coches que depende de su versatilidad y no del alto rendimiento.
En otras marcas, como en Mercedes, la aproximación puede ser diferente. En un evento en la cúpula del Centro Comercial de Las Arenas en la víspera de la inauguración del Salón, el presidente de Mercedes Benz España, Roland Schell, presentaba en nuestro país el EQC, primer coche 100% eléctrico de la marca. O más bien el segundo, porque en los dossieres de prensa Mercedes recordaba el “Electrique” un modelo movido a baterías y producido en pequeñas cantidades para los taxistas en 1906. Para la marca de Stuttgart el EQC supone el inicio de una nueva etapa, como también indicaba el eslogan escogido para la presentación “Electric sunrise”, pero el mensaje de Schell también era contundente en cuanto a la continuidad de los valores de la marca: “el EQC es el Mercedes de los eléctricos”. El EQC es un SUV de tamaño considerable pero proporciones acertadas que promete más de 400 km de autonomía y que, en su interior, se sigue leyendo como uno de los Mercedes que han consolidado la leyenda de la marca: confortable, resistente y con calidad. Cómo se integrará ese espíritu en la futura gama eléctrica en los modelos de su gama de acceso es una incógnita que quizá aún tengamos que esperar varios años para resolver.
En Diariomotor: El Mercedes EQC ya tiene precio en España