Master Masters vs Team Rocketman. Estos dos grupos se baten en duelo en un programa de televisión (aparentemente americano, casi no es una sorpresa) para ver quien es el que más lejos llega lanzando un pobre “Mini Cooper” a reacción. La forma de lanzamiento es sencilla: se le añade un cohete a la trasera del utilitario y se le “dispara” a través de una rampa. Al menos debe de pasar de una portería de rugby. Interesante y normal, ¿verdad?
Para empezar la prueba parece segura del todo, los lanzamientos se controlan a bastante distancia de la “zona peligrosa” y el “campo de tiro” está bastante despejado. Pues bien, los primeros intentos son de lo más divertidos puesto que todos fallan en lo mismo: el coche empieza a girar como un loco cuando sale de la rampa. A partir de ese momento, a uno de los equipos se les ocurre que deberían poner un estabilizador en la “cola” del coche para encauzar la fuerza del reactor. Pero a ver, no es trivial llegar a esta solución con poca experiencia en este campo de la física.
Dicho y hecho. Una vez instalados los paneles de guía la distancia que cubre con cada ejemplar “sin futuro” del Mini Cooper comienza a aumentar. Le han dado al “coco” para conseguir cubrir mayor longitud de disparo pero no se les ocurrió la manera de frenar el vehículo para mantener al menos alguna parte entera, con un paracaídas o algo así. ¿Y unas alas? Igual no podían seguir la norma de “todo vale” pero aún así podrían haberse esmerado un poco más. Pobre Mini.
No sé por qué estas cosas me recuerdan a alguna otra “cafrada” de Top Gear, exactamente otro “vuelo” a reacción de un Mini. En esta siguiente prueba en lugar de lanzamiento hacia arriba, se lanza hacia abajo. La clásica rampa de salto de en nieve sirve de canal para que un Mini Morris del 70 se propulse a reacción y pegue el gran brinco como si fuera un esquiador. Parece un milagro que aterrice y se mantenga prácticamente recto en su llegada al suelo (tiene trampa, es por los esquís). La parada, contra una “suave” barrera, también es de lo más “tranquilo”.
Exactamente igual de normal que enfrentar un Citroën 2CV contra un Boeing 747.
Vía: wtf microsiervos
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