Cuando hay un duelo entre compañeros de equipo en algún momento tiene que llegar el encontronazo. Casi tres años han tardado, pero lo inevitable se produjo al fin este domingo en el Gran Premio de España de Fórmula 1. Y al final me da igual a quién terminen sancionando los comisarios esta tarde o lo que digan unos u otros. El más listo de la clase me parece una vez más Toto Wolff al decir ante la prensa que los dos pilotos tienen su parte de culpa. Dos no se pelean si uno no quiere.
Nico Rosberg acató el papel de segundón durante buena parte de los dos primeros años de dominio Mercedes. Vale, los más perspicaces recordarán lances como el «error» en clasificación que provocó bandera amarilla y le dio una pole en Mónaco u otros lances bastante ‘light’. Pero cada vez que el alemán decía que ya no iba a dejar pasar una más, nadie le tomaba muy en serio. Para bien o para mal, por fin ha cumplido. ¿Es lo que queremos, no?
Por su parte Lewis Hamilton hizo lo que tenía que hacer. Es tres veces campeón del mundo y una vez cometido el fallo en la salida, ¿qué se supone que debía hacer? ¿Escoltar a Rosberg hasta la bandera a cuadros, apretando tras cada parada en boxes en la que el alemán elegiría cuándo entrar? Pudo pecar de agresivo, pero prefiero esto a otras muestras de pasotismo.
Además, es exactamente aquello por lo que Mercedes le fichó, lo cual convierte en aún más ridícula la atribución de culpas de Niki Lauda, quien no dudó en atribuírsela toda al británico. ¡Por supuesto que si Hamilton no mete morro Mercedes logra el doblete! ¿Y qué? Por eso sólo puedo elogiar a Toto Wolff. El austriaco fue elegante ante la prensa y se limitó a justificar a Lauda, diciendo que ha sido piloto y sólo ve blanco o negro.
Wolff sabe mejor que nadie que Mercedes también necesita de estas situaciones. Él más que nadie ha defendido la libertad entre sus pilotos, él más que nadie sabe que hoy Mercedes ha logrado mayor repercusión que en las tres carreras anteriores y él mejor que nadie sacará tajada a nivel de imagen de este incidente. Porque el enésimo triunfo consecutivo de Rosberg no le servía ya a Mercedes. Ni Hamilton, ni Rosberg, ni Lauda. El jugón de la marca de la estrella es Toto.
Foto | Mercedes AMG F1
