Lamento no hacer honor al vencedor de la cita que supuso el regreso de la IndyCar Series a Watkins Glen, pero a estas alturas de la temporada toma prioridad la lucha por el campeonato. En la penúltima carrera de la temporada se frenó en seco la utópica remontada de Will Power, quien tras toparse con Charlie Kimball tuvo que abandonar y además vio cómo le volvían a detectar síntomas de conmoción, como en St. Petersburg al inicio del año. Sin embargo podrá correr en Sonoma.
El fin de semana en el histórico trazado rutero estuvo dominado por Scott Dixon, que batió de forma reiterada el récord de la pista para hacerse con la pole. Y el domingo, por si no hubiéramos tenido suficiente, la victoria dependió de la gestión del consumo. Como ya sabemos todos los que seguimos los monoplazas estadounidenses, a ese juego Dixon es imbatible y consecuentemente se hizo con el triunfo.
La parrilla daba a entender que Will Power volvía a tener una ocasión de oro para reducir diferencias con Simon Pagenaud, que salía séptimo. Pero como decíamos, el australiano se topó con Charlie Kimball, que en Watkins Glen estuvo metido en prácticamente todos líos. Sin ir más lejos también se había tocado vueltas antes con Graham Rahal. El accidente de Power, unido al séptimo puesto final de Pagenaud deja la diferencia entre ambos en 43 puntos a falta de la cita de Sonoma, que puntúa doble. Con un Top Ten Pagenaud tendría prácticamente asegurado el título.
En el podio de Watkins Glen acompañaron a Dixon Josef Newgarden, cuyo fichaje por un equipo grande para la próxima temporada parece inminente, y Helio Castroneves. No fue una gran cita para los colombianos, con Carlos Muñoz 11º y Juan Pablo Montoya 13º tras verse envuelto en el accidente de la salida y terminar cometiendo un trompo que arruinó gran parte de sus opciones de un buen resultado.
El desenlace de la temporada 2016 de la IndyCar Series se producirá la próxima semana.
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