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Toyota se da el gustazo del doblete en las 1.000 Millas de Sebring ante todos sus rivales

Uno de los momentos más esperados en la temporada del Motorsport. El Campeonato del Mundo de Resistencia se ponía este viernes en marcha con la disputa de las 1.000 Millas de Sebring, las cuales una vez más no han logrado completar el kilometraje total y se han ceñido por tanto al tiempo límite de ocho horas de duración. La carrera estadounidense, primer plato de un fin de semana en el que también se celebran las 12h de Sebring, dejó el primer duelo de la historia entre los LMDh y los Le Mans Hypercar.

Aunque la pole position había sido para el Ferrari 499P LMH, parecía claro que por experiencia y conocimiento de la categoría serían los dos Toyota GR010 Hybrid LMH oficiales los que estaban llamados a comandar el grupo. Sin embargo, en una carrera repleta de trampas como esta, los pronósticos tienden habitualmente a no cumplirse tal y como estuvo a punto de suceder en 2022 y esa carrera marcada por el accidente de Pechito y por la tormenta que puso punto y final a la competición antes de tiempo.

Este año era la oportunidad precisamente para que Pechito López se redimiera. El cálido abrazo que se daba con familia y amigos al ver la meta demostraba lo importante que era para el argentino quitarse la espinita de lo sucedido hace un año. El Toyota número #7 (con Kobayashi y Conway) se había impuesto en la primera cita del 2023, comandando un doblete de la marca nipona que no dio ningún tipo de oportunidad a sus rivales en una carrera que estuvo acompañada de la emoción, los dramas mecánicos y los sobresaltos prácticamente desde la primera hora.

Accidente en GTE-Am nada más comenzar:

Y es que la acción ya comenzó con uno de los Peugeot 9X8 entrando a boxes incluso antes de recibir el banderazo de salida y con uno de los competidores de GTE-Am, concretamente uno de los Ferrari candidatos a la victoria, pilotado en esos momentos por Luis Pérez Companc, yéndose contra las protecciones a gran velocidad después de perder la trasera y activando el modo de estrategia alternativa por parte de los responsables de los 499P con una parada temprana.

Mientras tanto para Peugeot la carrera fue toda una pesadilla desde el primero hasta el último minuto, con sus dos prototipos afectados en este caso por problemas de fiabilidad que no se vieron ni aliviados con ese periodo temprano de neutralización mientras se recogían los restos dejados por el Ferrari y se recomponían las barreras protectoras.

El desarrollo de las ‘8h de Sebring’ fue de los más cruel posible para la firma del león, ya que el #94 estuvo durante mucho tiempo en boxes, mientras que el #93 tuvo de todo un poco, desde un trompo tras tocarse con el Vanwall, además de un fallo con la caja de cambios que nos llevó a ver a Paul di Resta hacer un doloroso y claro gesto a sus mecánicos de que el selector de cambios no funcionaba ya en el pit-lane. Se dedicaron a probar, e incluso se pudo ver cómo le cambiaban el capó frontal del #94 y se lo ponían al #93 con el consiguiente cambio de dorsal en plena calle de boxes que se convirtió en una de las imágenes de la carrera.

Los Ferrari tuvieron que recuperar posiciones, primero por unas penalizaciones que afectaron al 499P con el número #50, con actuación espectacular por parte de Fuoco (también responsable del error de adelantar antes de la línea del Safety Car que le reportó la sanción del Drive Trough), y después con la desafortunada unidad #51 que también tuvo que entrar a boxes para reparar los daños que tenía en la parte trasera después de un toque con el Ferrari de AF Corse pilotado por Francesco Castelacci que derivó tanto en un pinchazo como en problemas en la parte frontal.

Aun así, los prototipos italianos mostraron gran velocidad y un buen ritmo en la comparación directa con el resto de rivales salvo Toyota, en una buena piedra de toque para los de Maranello a la hora de seguir trabajando en adquirir esa experiencia con la que sí cuentan en el equipo dirigido por Pascal Vasselon y Kamui Kobayashi.

De esta forma, nada pudo evitar el doblete de Toyota, en cabeza de la carrera incluso antes de llegar al ecuador de la misma, mientras que Ferrari peleó para recuperar a buen ritmo plazas y meter al #50 entre los tres primeros, con Miguel Molina subiendo por tanto a su primer podio absoluto en el WEC junto Antonio Fouco y Nicklas Nielsen, seguido en este caso del Cadillac (Alex Lynn/Earl Bamber/Richard Westbrook) y de los dos Porsche. Por el camino hubo grandes duelos en pista, posiciones peleadas al centímetro y un bonito espectacular como aperitivo de lo que puede ser esta nueva era dorada de la resistencia… por mucho que el primero del resto se quedara a dos vueltas del mejor Toyota.

Tampoco le fue bien a Glickenhaus, completamente devorado por la situación de no verse competitivo en la carrera de casa y siendo testigos de la fuerte irrupción no sólo del LMH de Ferrari, sino de la competitividad de los LMDh y de un inicio cuanto menos satisfactorio del equipo Vanwall a pesar de que vimos a Jacques Villeneuve sufrir a su volante por problemas de suspensión.

El único SCG 007 LMH se quedaba parado en la curva previa a la entrada a meta con sólo 62 vueltas en carrera y el abandono fue de los que duelen. Los Porsche volvieron a aquejar falta de velocidad, por lo que habrá que ver cómo se desarrollan los siguientes eventos y los posibles ajustes en el BoP. La próxima cita del WEC 2023 será en el circuito luso de Portimao, en menos de un mes, para entonces habrá que ver si una pista menos dura como la europea puede ayudar a los fabricantes que se han mostrado aquí más lejos del rendimiento.

Hertz y Jota ganan incluso antes del Porsche 963:

En cuanto al resto de categorías, el equipo Hertz Team Jota, que en el futuro contará con un Porsche 963 LMDh, optaba aquí por tener dos LMP2 en carrera, siendo precisamente el #48 de Yifei Ye-Will Stevens-David Beckmann (piloto reserva de Porsche en la Fórmula E), los que se llevaron el triunfo por delante del #22 de United Autosports.

La otra unidad del equipo de los de Zak Brown tuvo que abandonar a pesar de que salía desde la Pole. En el tercer escalón del podio, encontramos al #63 de Prema Racing de Daniil Kvyat, Mirko Bortolotti y Doriane Pin, esta última haciendo una buena demostración del buen ritmo de carrera que tiene y la fiabilidad a la hora de seguir a los coches que le precedían entre el tráfico. Albert Costa terminó cuarto con el LMP2 de Inter Europol Compétition, junto a Fabio Scherer y Jakub Smiechovski, mientras que el WRT de Louis Delétraz/Robert Kubica/Rui Andrade terminó quinto.

GTE-Am fue la categoría más accidentada y con menos historia, con el Corvette C8.R #33 alzándose con la victoria con los pilotos Nicky Catsburg/Nicolas Varrone/Ben Keating, mientras que en segunda posición llegó el Porsche 911 RSR-19 #77 Dempsey-Proton Racing deJulien Andlauer-Christian Ried-Mikkel Pedersen y el Ferrari 488 GTE #57 inscrito por Kessel Racing para Daniel Serra/Takeshi Kimura/Scott Huffaker.

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