El Toyota Hilux es un todoterreno pick-up fabricado por Toyota desde 1968. Actualmente se comercializa la octava generación, presentada en 2015 y actualizada en 2020. A finales de 2025 se ha presentado una nueva generación, la novena, a la que esta ficha hace referencia. El Toyota Hilux es uno de los vehículos más duros y resistentes que se pueden comprar y se caracteriza por una larga trayectoria comercial, una fiabilidad legendaria y una gran capacidad para soportar el maltrato continuado, tal y como atestigua su historial. Las unidades destinadas al mercado europeo se fabrican principalmente en la factoría de Toyota en Durban (Sudáfrica), si bien también se reciben unidades procedentes de la fábrica de Chachoengsao (Tailandia).
Los rivales directos del Toyota Hilux en el mercado son el Ford Ranger, el KGM Musso Sports o el Volkswagen Amarok. Todos ellas tienen un formato similar a la del Toyota Hilux y abarcan una amplia gama de precios y prestaciones dentro del formato pick-up.
Diseño exterior Toyota Hilux como pick-up
La Toyota Hilux se caracteriza por ofrecer una estética continuista y fácilmente reconocible dentro de su estirpe. Sus proporciones y cotas son las habituales en el segmento de las pick-up de tamaño medio, encontrando eso sí una imagen más actual y llamativa en el frontal tras su última revisión presentada en 2025.
Dentro de esta última actualización cabe destacar su crecimiento hasta los 5,32 metros de largo, así como la presencia de un frontal más agresivo con ópticas con tecnología LED o una parrilla frontal más protagonista, siguiendo así la línea de diseño vista en otros modelos de la marca como el RAV4.
Motores de la Toyota Hilux
La oferta mecánica disponible en la gama Hilux cuenta con una única opción mecánica diésel: un 2.8 de cuatro cilindros y 204 CV. Hablamos de un motor sobradamente contrastados en la marca para ofrecer un alto nivel de fiabilidad y empuje, garantizando un buen desempeño cuando se trata de transportar pesadas cargas en los peores escenarios posibles. Esta mecánica diésel está ahora asociada a un sistema de hibridación ligera de 48 voltios. La transmisión es siempre automática por convertidor de par de ocho relaciones.
La gran novedad es una versión 100% eléctrica, con 196 CV de potencia combinada y una batería de 59,2 kWh de capacidad. Tiene 240 km de autonomía, lo cual es un dato escaso, pero mantiene la capacidad de carga y arrastre de la versión diésel. La Toyota Hilux está basada en un chasis de largueros y cuenta con suspensión trasera de ballestas, caja reductora, bloqueo de diferencial trasero opcional y ausencia total de diferencial central.
Esta ausencia de diferencial central es la solución más simple y eficaz a la hora de enfrentarnos a terrenos difíciles con muy baja adherencia, como fuertes pendientes de tierra o nieve, pero a cambio nos impedirá circular sobre asfalto seco con la tracción 4×4 engranada, ya que las ruedas delanteras estarían obligadas a dar el mismo número de vueltas que las traseras, con lo que la transmisión acabaría rompiéndose.
La suspensión trasera de ballestas de la Hilux es óptima para soportar grandes cargas sin despeinarse y para circular por terrenos rotos con total facilidad, si bien no es lo más adecuado cuando hablamos de comportamiento en carretera, ya que tenderá a los rebotes sobre todo cuando circulemos sin carga. Cabe recordar que este es un vehículo de trabajo fundamentalmente, aunque también encontramos un enfoque lúdico que puede encajar a muchos compradores.
Diseño interior de la Toyota Hilux
La Toyota Hilux cuenta con versiones de cabina simple y cabina doble y con acabados que cada vez se alejan mas de la rudimentaria camioneta industrial, acercándose mas al de un SUV moderno y espacioso – algo que Toyota ha cuidado en sus últimas actualizaciones por ofrecer un nivel de equipamiento y tecnología acorde a los más modernos turismos o SUV. En sus versiones altas de gama es vehículo familiar de pleno derecho, puesto que su confort y aislamiento son similares a los de un turismo, si bien tendría dos importantes limitaciones.
La primera limitación clara como coche familiar es su longitud total, que supera holgadamente los 5 metros, con lo cual circular con un coche así por cualquier ciudad europea, se convierte en una pesadilla en el momento de entrar en un parking o simplemente circular o aparcar en calles estrechas.
El segundo punto crítico que muestra este vehículo industrial si intentamos utilizarlo como coche particular, sería su comportamiento algo crítico si queremos circular a ritmo alegre, ya que en asfalto estaremos obligados a emplear la tracción trasera. Esto, sumado a la suspensión de ballestas, condicina su dinñamica de conducción ofreciendo un comportamiento demasiado «vivo» si circulamos con poca o nula carga sobre el eje trasero.
























