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Gran Premio de Abu Dhabi 2010: Cuatro candidatos y una resolución inesperada

El Gran Premio de Abu Dhabi de 2010 fue una carrera histórica. La última de Bridgestone en la categoría reina -y por ende, la última antes de la llegada de Pirelli-, el último gran premio en el que tomó parte Robert Kubica y un fin de temporada apasionante con cuatro candidatos al título tras un año especialmente igualado. Fernando Alonso, Mark Webber, Sebastian Vettel y Lewis Hamilton llegaban a la última cita del año con opciones matemáticas de ganar, aunque el británico necesitaba un descalabro generalizado y ganar la carrera. La carrera prometía emociones fuertes… y estas llenaron un día espectacular.

La sesión clasificatoria trajo el primero de los puntos importantes de cara al desenlace del Campeonato del Mundo, con los cuatro candidatos entre los cinco primeros. El «infiltrado» era Jenson Button, que hasta la cita anterior había contado aún con opciones de defender con éxito el título del año anterior. Así, la pole position era para Sebastian Vettel con Lewis Hamilton segundo y Fernando Alonso tercero. Para Mark Webber, la presión empezaba a hacer mella en un fin de semana en el que jamás se sintió cómodo y solo pudo ser quinto. Evidentemente, la salida sería crucial.

Con quince puntos de ventaja sobre Vettel y veinticuatro sobre Hamilton, para Alonso el objetivo era el podio. El asturiano «solo» necesitaba defender su puesto de salida y en el peor de los casos un cuarto puesto le daría el título si la victoria era para Vettel. Junto a Hamilton, los dos habían estado en su propio mundo todo el fin de semana aunque de hecho, el hombre de McLaren podía resultar el mejor aliado para Alonso en su batalla. Mientras tanto, Webber partía por detrás del español, que además contaba con ocho puntos de ventaja. La situación era realmente favorable para el piloto de Ferrari.

Pero como decía Murray Walker, en la Fórmula 1 puede pasar de todo y a menudo eso es exactamente lo que sucede. A pesar de ser generalmente un piloto hábil en las salidas, Alonso falló en uno de los días más importantes y fue superado por Button, relegándole hasta una cuarta posición que aún era válida para ser campeón pero el camino de la carrera estaba a punto de cambiar por completo. Lo hizo cuando en el primer sector del trazado, Michael Schumacher trompeó su coche mientras intentaba a delantar a Nico Rosberg y acabó siendo embestido por Vitantonio Liuzzi. Esto propició no solo el abandono de ambos sino también la salida del coche de seguridad.

Seis pilotos en total pasaron por el carril de boxes para realizar sus cambios de neumáticos en la primera vuelta, con el coche de seguridad aún en pista. Entre ellos se encontraban Nico Rosberg, el otro español en concurso -Jaime Alguersuari- y Vitaly Petrov con uno de los Renault. Pronto llegaron las primeras paradas de los candidatos al título, con Webber y Alonso parando tras sendos «besos» con el muro. El asturiano consiguió volver por delante del australiano… pero por detrás del piloto que se convertiría en la pesadilla del día y probablemente del año -quien sabe si casi incluso para muchos, de toda la carrera deportiva del bicampeón-; Vitaly Petrov.

El piloto de Renault había acertado con la estrategia al parar en los primeros compases de carrera y con un buen ritmo de carrera, era lo suficientemente rápido como para que Alonso no pudiera adelantarle. Siendo justos, la defensa del ruso fue también férrea, batallando como si se jugara el título de campeón del mundo que en realidad buscaba el piloto que iba detrás suyo. Desde la vuelta 18 hasta la bandera de cuadros, Petrov consiguió mantener a raya a Alonso y Webber, que no consiguieron adelantarle mientras veían como sus opciones de campeonato se escapaban a menos que Vettel tuviera algún problema.

En cabeza, Vettel y Hamilton seguían en su mundo, con ambos sabiendo que sus únicas opciones -en especial para el segundo- pasaban por ganar la carrera. La clave del evento estaría en la estrategia de aquellos pilotos que se mantenían en pista con neumáticos muy usados tras parar los líderes. Así, toda la atención estaba puesta en Jenson Button y Robert Kubica -y en menor medida en Kamui Kobayashi-. Según dónde volvieran estos pilotos tras sus paradas, la carrera quedaría resuelta en una u otra dirección. Finalmente, Button salió de boxes tercero y Kubica quinto, justo por delante de su compañero de equipo. Esto dejaba a Fernando Alonso séptimo.

Para el líder de Ferrari, lo único válido habría sido que Vettel quedara fuera de carrera o llegar por sus propios medios hasta el cuarto puesto. Para ello habría tenido que adelantar a Petrov, Kubica y Rosberg. Para Alonso, todo se había torcido al tomar la decisión de centrarse en protegerse de los otros candidatos al título en lugar de pensar en la carrera en general. Alargar su parada había permitido a Rosberg y Petrov superarle tras cambiar neumáticos y eso le condenó. Finalmente, la victoria y el título fueron para Sebastian Vettel, convirtiéndose así en el campeón del mundo más joven de la historia de la Fórmula 1, mientras Lewis Hamilton y Jenson Button le acompañaron en el podio.

La frustración por lo ocurrido dejó una triste imagen con Alonso gesticulando a Petrov tras terminar la carrera, aún en la vuelta de honor, recriminando lo que esencialmente era la defensa de un piloto que tenía todo el derecho a proteger su posición. Por su parte, para Jaime Alguersuari el día fue algo mejor al obtener puntos por tercera vez en su primer año completo gracias al noveno puesto final. Lo que nadie sospechaba era que para Red Bull, acababa de empezar una era de dominio que les vería no solo ganar sino sobreponerse a los varios problemas con los que la escuadra se iría encontrando en años siguientes.

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