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Carlos Sainz: 10º Dakar a sus espaldas y todavía con el mismo hambre de victoria

Carlos Sainz y Peugeot España decidían realizar un último evento en Madrid para que la prensa pudiera estar cerca del piloto madrileño antes de competir en una nueva edición del Dakar, precisamente la que marcará su décimo aniversario en la competición. A sus 54 años, Sainz no ha perdido ni un ápice de competitividad y ambición, tanto que, resulta casi un insulto cuestionarle cara a cara si piensa en la victoria respecto a 2017, él mismo lo ha demostrado, está en su mejor momento de forma.

No es sólo un decir, las pruebas físicas realizadas por el equipo Peugeot Sport así lo demuestran y, si hacemos caso al dicho, de que la edad es sólo un estado mental, Sainz sigue teniendo las ansias de victoria de un treintañero con toda la experiencia de un deportista que supera las tres décadas compitiendo. Afronta su tercer año con Peugeot con el tercer buggy distinto, el quinto que conduce él ya. El 3008 DKR no supone la misma revolución que supuso el 2008 DKR16, sin embargo, las mejoras en fiabilidad y en la geometría de suspensión delantera parecen que les aportará ese rendimiento que se le restará con el milímetro de brida que se le ha reducido.

Está claro que en la firma del león sigue preocupando y mucho esos dos milímetros que se la han sumado al V8 atmosférico de origen Lexus que llevará un año más las Toyota Hilux. Nasser ya demostró en Marruecos que era capaz de plantarles cara y batirles, y todo ello sin contar con esta mejora de potencia de la que hablamos. En el Dakar 2017 todos tendrán 38 mm de diámetro en la brida (Toyota tenía 36 y Peugeot 39 antes de la decisión tomada por la FIA). Al igual que Nani Roma, Sainz se ha empeñado endestacar en la rueda de prensa a la que ha asistido nuestro compañero, David Villareal, que la fiabilidad será vital, y en ese campo Peugeot recorrió mucho camino ya el año pasado a pesar del abandono del propio Sainz cuando estaba cerca del liderato.

Pero aún duele esa estimación de 70 u 80 CV que Peugeot Sport y el bicampeón del WRC aseguran que el 3008 DKR tendrá de desventaja con ese milímetro menos de brida respecto al propulsor sin turbo de Toyota. Es por ello que los ingenieros del equipo francés han trabajado en ganar algo de par a regímenes medios para marcar la diferencia con sus rivales. En Toyota por ejemplo nos aseguraron que esos 2 mm extra les permitían ganar potencia en alta, por lo que no les era del todo fácil explotar dicha ganancia.

Sainz se ha preparado a conciencia. Quiere ganar y está claro que poco importará hacer podio si no se consigue la victoria. Con una altitud media de 2.000 metros, los pilotos se han aclimatado como han podido durante su entrenamiento; máscara de hipoxia, tiendas de campaña que simulan la altitud, para acostumbrarse a dormir en las etapas sobre suelo boliviano… toda la preparación posible para repetir el triunfo conseguido en 2010. Poco le importa llevar un lustro fuera de las posiciones del podio (en 2011 acabó a espaldas de Nasser Al-Attiyah), mientras se siga viendo competitivo y divirtiéndose al volante seguirá decidiendo seguir un año más.

Sinceramente, llegar segundo, tercero o cuarto me da igual. Una vez que has ganado, sólo me hace ilusión ganar. Soy de los veteranos y me tengo que preparar más que nadie. Le tengo mucho respeto al Dakar. El año pasado me encontré bastante cómodo y fuimos muy rápidos, eso me anima a seguir. El seguir lo analizaremos a final de año, como siempre. Es lo que me gusta y me divierte, de no ser así no lo haría, nadie me obliga.

La altitud y los cambios técnicos no son la única clave para la edición 2017. Como ya advertimos hace unos días, la nueva normativa de GPS, mucho más restrictivo su uso cuando te acercas al WayPoint, hará que los copilotos tengan aún más peso en la carrera. En el caso de Sainz, ha mostrado una vez más su total confianza en Lucas Cruz, su mano derecha desde hace tiempo y con el que ganó el único Dakar de su palmarés.

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