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Control Stop. Un duelo que echaremos mucho de menos

Seis citas del Mundial y la sensación de que estamos prácticamente al principio. Con ocho citas por delante, seis de ellas sobre tierra, una mixta y el asfalto de Alemania, Sébastien Ogier retoma un liderato exiguo que tiene a tres pilotos en apenas 12 puntos y que sigue mostrándonos que los abandonos se pagan muy caros. Es ahí donde Ott Tänak ha sabido jugar sus cartas, siendo el único de los tres que no ha abandonado en ninguna de las seis pruebas disputadas hasta el momento, por lo que sacaba por partido del descuido de Ogier en Suecia y del ‘trompazo’ de Neuville en el estreno con buena nota del Rally de Chile.

Susto y gracias, porque lo que les pasó a Thierry Neuville y Nicolas Gilsoul este fin de semana en tierras andinas fue para hacerse mucho daño y vuelve a decir muchas cosas buenas de la seguridad de esta generación de World Rally Cars. Aunque el copiloto belga no tenía muchas ganas de subirse al coche el próximo viernes para los test pre-Portugal, la mejor noticia es que ambos resultaban ilesos, e incluso Gilsoul tuvo la rápida reacción de conseguir extinguir un conato de incendio con el Hyundai volcado. Se perdió el liderato, aunque quizás lo más importante es que Neuville no haya perdido en parte esa confianza que le acompañaba después de las dos victorias consecutivas.

El que no parece sufrir este mal es Ott Tänak. Después de encadenar una racha de malos resultados, especialmente en Córcega y Argentina, el estonio volvía a demostrar que actualmente dispone del conjunto más rápido y, de respetarle la fiabilidad, es en estos momentos el gran favorito al título de 2019. En Chile prácticamente cubrió todos los registros. Atacó cuando se encontró cómodo con el coche, se situó delante y aguantó la tímida respuesta de los rivales hasta que terminó por soltar al pelotón, casi como si de uno de esos escaladores se tratara.

A partir de ahí, gestión de ventaja, de neumáticos y «atacón» en la Power Stage. LA sensación que deja precisamente los hombres de Toyota es esa, de 10, aunque no es una novedad esta temporada en la que cada vez que pensamos en Tänak aparece esa palabra de superioridad en aquellos eventos en los que no ha estado acosado por los problemas de fiabilidad y los pinchazos. No, Ott este año no dispone de esa ventaja de tener la vitola de underdog, pero quizás tiene algo más poderoso: mucha confianza en sí mismo y en su capacidad para ganar a todos en cualquier momento y en cualquier lugar.

El otro gran triunfador del fin de semana es obviamente Sébastien Ogier. Si bien no hubo victoria para la pareja francesa seis veces Campeona del Mundo de Rallyes, el de Gap consiguió no solo asegurar la segunda plaza y salir líder de la general, sino que además ganó algo todavía más importante para su moral: vencer un mano a mano a Sébastien Loeb. Brillante batalla entre ambos una vez más, entre dos de los pilotos que abiertamente podemos decir que están en el olimpo de la historia del WRC. Como nota negativa para el de Citroën, obviamente hay algo que no termina de funcionar en el C3 WRC y no permite ir al 100% al hexacampeón.

Sébastien Loeb consiguió su primer podio con Hyundai Motorsport pero perdió este duelo, que por mucho que ambos digan frente a los micrófonos que no tiene mayor importancia, lo cierto es que ambos quieren ganar al otro. Tendrá otras dos opciones el alsaciano para quitarse la espinita este año, pero nos servía para recordar lo bonito que es ver a los dos Sébastien enfrentarse en los tramos y lo mucho que los echaremos de menos si finalmente a finales de 2020 si ambos deciden poner final a sus carreras deportivas en el WRC de forma simultánea. Los puntos conseguidos por Loeb y Daniel Elena el salvavidas para el equipo de Andrea Adamo que era testigo que después del podio en Argentina, muy convincente, aquí Andreas Mikkelsen volvía a dar claras muestras de falta de confianza.

El noruego lo achacaba a unas notas demasiado rápidas, algo que después de varios sustos durante el viernes le llevó a perder por completo todo el feeling con sus apuntes para el resto del rally. Portugal y Cerdeña serán posiblemente las últimas oportunidades para el noruego antes de que Adamo y Penasse vuelvan a plantearse bajarle del coche también en tierra y ampliar el calendario de unos Dani Sordo y Sébastien Loeb que sí están teniendo acomode en el Hyundai. Si había dudas sobre Alemania, este nuevo altibajo en la temporada de Mikkelsen le deja a los pies de los caballos.

Casi igual de decepcionante fue el rally de Esapekka Lappi. Batido por su compatriota y rival en WRC2, Teemu Suninen, EP sabía que no podía volver a sumar un abandono después de los de México y Argentina. El finés, al igual que Ogier, no tiene tomado por la mano el Citroën C3 WRC y el semitrompo en la Power Stage sigue evidenciando que la zaga del coche francés sigue sin ser todo lo predecible que necesitan los competidores. Buena actuación de Elfyn Evans, mientras que Teemu terminó menos a más y conseguía puntos muy importantes. En cuanto a Kris Meeke, su primer vuelco con Toyota terminó además con sanción, después de que los comisarios le castigaran con un minuto por no haber retirado el parabrisas dañado en un primer momento y esperar a hacerlo en una zona en la que ya no estaba permitido trabajar sobre el coche. Pierde de esta forma el punto en la Power Stage y su octava plaza y la novena.

En WRC2 y WRC 2 Pro, Kalle Rovanerä se encargó de enmendar ligeramente el inicio de campaña a pesar de que no llegó a estar demasiado convencido con su ritmo en ningún momento. Tampoco lo estuvo Mads Ostberg con los problemas técnicos en su Citroën C3 R5, mientras que Gus Greensmith tampoco tuvo su prueba más tranquila. Entre los privados, Takamoto Katsuta lograba su segunda victoria en WRC2, después de enfrentarse al local Alberto Heller y en una de sus actuaciones más sólidas del año, demostrando que los kilómetros con el World Rally Car le están ayudando.

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