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¿Por qué el Mazda CX-3 puede ser una excelente opción si estas pensando en comprar un Toyota C-HR?

¿Cómo, qué has caído rendido ante el Toyota C-HR? Normal, lo entendemos. Su imagen rompedora sabe entrar muy bien por los ojos y su motor híbrido y el espacio interior, mayor del que inicialmente podríamos pensar, ayudan a convertir la compra pasional en una compra racional pero… ¿Qué, qué también te sientes tentado por el Mazda CX-3? También nos parece muy muy lógico, su dinámica nos a conquistado y en sin duda otro de los SUV más llamativos. No pertenecen al mismo segmento, pero… ¿por qué comprar un Mazda CX-3 en lugar de un Toyota C-HR?

Dejémoslo claro: no pertenecen al mismo segmento, pero el precio…

Ya te lo hemos contado en el artículo “El Toyota C-HR no es un B-SUV, no es un rival directo para el Mazda CX-3, aunque tendría todo el sentido del mundo que lo fuera”. A pesar de que inicialmente creíamos que el Toyota C-HR iba a ser un SUV del segmento B, algo que tenía mucha lógica existiendo ya el Toyota RAV4, finalmente se emplazó en el segmento C, proponiéndonos una alternativa más descarada al SEAT Ateca o al Nissan Qashqai.

Obviamente esto se traduce en unas dimensiones superiores a las del Mazda CX-3, pero claro, si te has decantado por el Toyota C-HR quizá no buscas la mejor habitabilidad del segmento, sino un diseño llamativo y ahí tiene mucho que decir el CX-3, algo que abordaremos en uno de los puntos siguientes.

¿Qué ocurre con el precio de estas dos alternativas?

El Toyota C-HR tiene actualmente un precio de partida de 24.250 euros de la mano de la única motorización disponible (el conjunto híbrido de 122 caballos) y el acabado Active, un acabado que ya incorpora llantas de aleación de 17 pulgadas, sensores de luz y lluvia, luces “inteligentes”, control de crucero adaptativo, alerta por cambio involuntario de carril, cámara de visión trasera, climatizador bizona, sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas, acceso y arranque con llave inteligente… es decir, una dotación de equipamiento muy generosa desde el nivel de acceso.

Por su parte el Mazda CX-3 tiene un precio de partida de 20.345 euros de la mano del acabado Style (acabado de acceso) y el motor gasolina de 120 caballos, una diferencia de precio que nos brinda la oportunidad en el Mazda de dar el salto al acabado más alto, el Luxury Premium o a motorizaciones superiores.

Un Mazda CX-3 Luxury Premium con el motor gasolina de 120 caballos parte desde 23.780 euros, 26.280 euros si lo preferimos con el motor gasolina de 150 caballos y con tracción total y nos ofrece, como equipamiento de serie, asientos en cuero blanco, climatizador, head-up display, sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, equipo de sonido Bose, cámara de visión trasera, llave inteligente, sensor de luz y lluvia, ópticas Full LED… es decir, parejo o ligeramente superior al acabado del Toyota C-HR Active.

La dinámica del Mazda CX-3 una de sus grandes bazas

El Toyota C-HR no se desenvuelve del todo más dinámicamente, aunque no llega al nivel del Mazda CX-3 que siempre que hemos tenido la oportunidad de probarlo nos ha brindado un excelente (dentro de los parámetros del segmento) tacto de conducción, con una configuración confortable y al mismo tiempo grata en el paso por curva.

Un sólo motor híbrido frente a un abanico más diverso:

Sí, el motor híbrido de 122 caballos del Toyota C-HR trabaja realmente bien en ciudad, es suave, muy suave y cada trayecto se convertirá en una competición intentando reducir el consumo, alargando los trayectos en modo eléctrico… e incluso esta mecánica resuelve bastante bien los trayectos interurbanos, penalizando ligeramente el confort en las aceleraciones por las reacciones de la caja de cambios CVT.

El Mazda CX-3 no es un ejemplo precisamente de gama muy variada, tampoco lo necesita, pero sí nos ofrece más donde elegir (y eso siempre es una buena noticia), encontrándonos con una opción diésel de 105 caballos y dos motores gasolina, de 120 y 150 caballos, destacando además la posibilidad de escoger entre un cambio manual o uno automático y entre una tracción total o una tracción 4X2.

Hablemos de diseño: el CX-3 no será tan llamativo como el C-HR, pero sí es uno de los SUV más atractivos

Sin duda si estas valorando comprar un Toyota C-HR el diseño ha jugado un papel determinante en esta decisión. El aspecto del Toyota C-HR está muy muy cuidado, se sale de los trazos del resto de la gama de Toyota, es pasional, con un frontal agresivo, con mucha fuerza, con esa caída del techo, ese alerón, todo ese músculo…

El Toyota C-HR sabe, muy bien, llamar la atención y sin duda Toyota ha hecho un gran trabajo. Su aspecto es más avanzado que el del Mazda CX-3, que a fin de cuentas se encarga de trasladar los trazos del resto de la gama de Mazda hasta el segmento B-SUV, pero esto no quita que el Mazda CX-3 sea feo, ni mucho menos, todo lo contrario.

Los marcados nervios, esa afilada mirada… el Mazda CX-3 es uno de los SUV más agraciados de su segmento y aunque quizá no pueda luchar de tú a tú con el Toyota C-HR en este campo no queda nada mal parado.

Tiene una peor habitabilidad sí, pero su interior cuenta con un buen diseño y buenos ajustes y calidades:

Derivado de su condición de SUV de segmento B nos encontramos, inevitablemente, con una habitabilidad interior peor en el CX-3, un aspecto en el que el Toyota C-HR sorprende teniendo en cuenta su aspecto. Sí, el acceso a las plazas traseras del Toyota es mejorable, como también lo es la visibilidad desde sus ventanillas posteriores, pero el C-HR cumple realmente bien.

En términos de diseño, de acabados… ambos nos ofrecen, desde dos perspectivas muy diferentes, un resultado muy bueno, con un aspecto más arriesgado en el caso del Toyota C-HR, con un despliegue ligeramente más amplio de cuero, de materiales blandos en el caso del CX-3 (contando con que estamos ante el acabado más alto claro).

¿Por qué comprar entonces un Mazda CX-3 en lugar de un Toyota C-HR? ¿Por qué elegir el C-HR en lugar del CX-3?

El Toyota C-HR, desde el segmento C, nos propone una mejor habitabilidad, un diseño más particular y el encanto adicional de la mecánica híbrida mientras que el Mazda CX-3, desde el segmento B, aboga por una mejor dinámica, más opciones mecánica y un diseño (exterior e interior) también bastante bien resuelto.

Económicamente la diferencia entre ambos nos permite acudir a un CX-3 más potente o mejor equipado aunque claro, no podemos perder de vista que pronto podremos compararlo con un nuevo Mazda CX-5 que sí rivaliza directamente, desde el mismo segmento, con el Toyota C-HR.

Vídeo destacado del Toyota C-HR

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Un crossover híbrido de diseño exótico y diferenciado que no dejará indiferente a nadie en esta segunda generación. La habitabilidad no está entre sus fuertes, sí las muchas posibilidades de equipamiento que lo sitúan a la cabeza de su segmento y la posibilidad de elegir la tracción total en las versiones con 196 CV.

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