Quizás a unos pocos les suene este deportivo que, aunque no lo parezca, ya tiene sus añitos. Fue en 1976 cuando, poco después de que un par de americanos compraran los derechos de Aston Martin, naciera el Lagonda y, posteriormente, la evolución que dió lugar al Bulldog.
Si por algo se caracteriza el Bulldog es por la cantidad de adelantos tecnológicos que incorporaba si tenemos en cuenta el momento en el que fue diseñado. En su carrocería de poco más de un metro de altura se situaban las puertas verticales de apertura electrónica y su interior estaba plagado de indicadores digitales, luces LED e incluso sensores táctiles.
El propulsor que equipaba el Bulldog no era “moco de pavo”. Tomando el gasolina V8 de 5.3 litros y 325 del Lagonda (su predecesor) y sumándole un doble sistema de turbo, alcanzaba los 700 Cv. La velocidad máxima teórica era de unos impresionantes 380 Km/h aunque una prueba oficial dejó la velocidad más alta en únicamente 305 Km/h.
Posteriores dueños le añadieron diferentes cambios como nueva tapicería para los asientos, cromados para cambios y pedales, doble techo solar, retrovisores exteriores y cámara de visión trasera.
Más imágenes del Aston Martin Bulldog:
Vía: motorauthority
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