Creo que hacía mucho tiempo que no presenciaba una entrada de un fabricante al WRC que generara tan pocas expectativas como la que realizará Toyota la próxima temporada. Incluso proyectos con menos garantías históricas como podían ser Suzuki o MINI (a través de Prodrive) trajeron consigo su considerable ración de hype. En el caso de una marca que ha ganado varios Campeonatos del Mundo de Rallyes (tres de pilotos y otros tres de fabricantes) la escasa información dada desde la confirmación de su regreso ha logrado el efecto precisamente contrario.
El ocultismo y secretismo con el que ha llevado Toyota el proyecto durante los últimos 12 meses ha hecho que se haya creado una especie de inquietud o desconfianza ante lo que en principio se trata de una formación oficial con todos sus pros y sus escasos contras. El no dar mayor información, te permite no dar pistas a los rivales sobre tu desarrollo, pero también abre la puerta a posible rumorología negativa, a que se diga que le faltan recursos humanos, que el coche es más un conglomerado de piezas de Lego o que no tienen aún motor.
Posiblemente estas preguntas no nos las haríamos si detrás del proyecto estuviera un preparador con más experiencia, como Prodrive o M-Sport, expertos en comenzar proyectos de este tipo y con los pasos muy marcados. Sin embargo, el que está al mando de la embarcación es Tommi Mäkinen y su equipo, una pequeña empresa finlandesa con apenas una veintena de trabajadores cuyos mayores proyectos hasta el momento ha sido la preparación de Subaru del Grupo N y la construcción del GT86 4×4 con el que el cuatro veces Campeón del Mundo terminó de convencer a Akio Toyoda, CEO de Toyota.
La confianza total que depositó el mandatario de la firma japonesa en Mäkinen se ha traducido en una serie de bandazos que han afectado también a la relación con TMG, la cual se ha visto incluso completamente fuera de la participación en un proyecto que ellos mismos comenzaron con la primera, y por el momento única, mula de pruebas del Yaris WRC. Muchos kilómetros de test y meses de trabajo después, Tommi decidía hacer borrón y cuenta nueva y partir de un folio en blanco para construir el World Rally Car de 2017.
Además de hacer una sede en Finlandia, lejos de las miradas de los curiosos y con los consiguientes problemas de logística, Mäkinen también ha decidido rodearse de compatriotas para afrontar las exigencias de prepararse para asaltar un programa en el Mundial. Mikko Hirvonen, Juho Hänninen, Jarmo Lehtinen son algunos de los nombres con acento nórdico sobre los que se está cimentando. Hombres con experiencia y sabedores de lo que son los rallyes, pero insuficiente de un punto de vista técnico.
Toda esta incertidumbre ha llevado a que le esté costando a Mäkinen encontrar un primer piloto para su equipo. En Mónaco estuvo presente intentando ‘tirar la caña’ a algunos de los pilotos en activo. Se le vio en la carpa de M-Sport e incluso desde Francia ya aseguran que trató de atar a Bryan Bouffier. Desde luego, y a pesar de destellos puntuales, el galo no es sobre el papel uno de esos superclases que deba llevar en volandas a una formación. No es el Carlos Sainz que hizo grande a Toyota hace más de dos décadas. Con Jari-Matti Latvala, Kris Meeke y Hayden Paddon atados hasta 2018 y Sébastien Ogier siendo un sueño inalcanzable, la lista de futuribles es muy limitada.
El último motivo de preocupación viene con el anuncio de la próxima rueda de prensa de Toyota GAZOO Racing el próximo 4 de febrero. En la lista de temas a tocar se encuentran desde el WEC hasta el Super GT, pasando por la participación en rallyes en Japón. Prácticamente se tocan todas las áreas de competición en las que participa Toyota, todas salvo una, su regreso al Mundial de Rallyes. Si alguno se pregunta a qué viene el titular después de todos estos datos y opinión pesimista, lo cierto es que el programa de Toyota en el WRC se parece a la teoría del gato de Schrödinger: no sabremos si el proyecto está vivo o muerto hasta que levantemos la caja, o lo que es lo mismo, hasta que los veamos competir en el Rallye de Monte-Carlo 2017. Por ahora no huele demasiado bien la cosa…
Confirmo que el equipo estará en el próximo Rallye de Monte-Carlo con tres Yaris WRC. El proyecto progresa. Para principios de abril se espera que el coche realice sus primeros test en varias ubicaciones europeas para obtener el máximo de experiencia en diferentes terrenos.
