En ocasiones recientes hemos escuchado al CEO de Renault, Luca de Meo, realizando comentarios sobre los Kei Car y su viabilidad en Europa. Los Kei Car son coches ligeros (literalmente es su significado en japonés), de tamaño reducido y una cilindrada no mayor a 0.66 litros así como una potencia de 64 caballos. De Meo cree que estos Kei Car, en definitiva la antítesis de los SUV, puede ser la clave para la sostenibilidad a largo plazo, comparando el futuro Renault Twingo EV (que a priori llegaría en 2026) con este concepto de coche muy japonés.
La antítesis de los SUV o repetir el éxito del Fiat 500
Tiempo atrás, De Meo afirmaba que no tenía sentido utilizar moles de 2,5 toneladas para mover a una persona por la ciudad, refiriéndose a los SUV con mecánica eléctrica o híbrida enchufable que encontramos en el mercado (también otros tipos de coche). Muchos de estos coches utilizados para usos urbanos miden también entre cuatro metros y medio y cinco metros de largo, con las complicaciones que ello conlleva en algunas ciudades europeas. Frente a ello, el Twingo se presenta como un coche urbano eléctrico de dimensiones escasas y peso mucho más reducido (Automotive News Europe)
De Meo quiere repetir el éxito que ya tuvo cuando estaba en Fiat y lanzó el Fiat 500 allá por 2007, un coche que ha resultado ser un éxito comercial que se mantiene, sin grandes cambios, a día de hoy tras más de tres lustros en el mercado. Conociendo el músculo de marketing que puede llegar a desplegar Renault, como hemos visto en los últimos meses en el caso del Renault 5, es plausible que vaya a funcionar. Con o sin la ayuda de Volkswagen, quienes se habrían desligado del proyecto en días recientes.
Más allá de algo rompedor o de jugar a contracorriente frente a los cada vez más pesados SUV, la cuestión del peso es realmente una problemática. Por un lado por motivos de sostenibilidad, ya que el peso de un vehículo está directamente relacionado con su consumo y sus emisiones. Por otro lado, por seguridad vial, ya que un coche más pesado tenderá a ser menos ágil, lo cual puede complicar las maniobras evasivas. También está el añadido de lo divertido al volante que puede llegar a ser un vehículo ligero sin necesidad de que tenga prestaciones de deportivo.
El concepto del Kei Car existe desde finales de la Segunda Guerra Mundial, sobreviviendo hasta día de hoy en Japón por varios motivos, entre ellos el precio, su practicidad, su encanto y, por supuesto, las ventajas fiscales de las que disfrutan en comparación con los turismos convencionales. El Suzuki Cappuccino, el Daihatsu Copen o el Suzuki Alto (más ‘familiar’ frente a los otros dos que presentan una línea más deportiva) son algunos de los Kei Cars más representativos, pudiendo ser el Copen la base para el futuro Toyota S-FR que finalmente podría ver la luz en el futuro tras diez años de espera.
Cuestiones de peso y precio
Como respuesta a la llegada de coches chinos que traten de atraer clientela con precios reducidos (caso de Leapmotor, traído por Stellantis al mercado europeo), De Meo considera que un coche ligero que consuma menos kW a los 100 que sus rivales puede ser la clave. En el peso, además del precio, es donde está llamado a marcar la diferencia frente a rivales no sólo procedentes de China, sino también de otros como el Citroën e-C3 o el de su propia casa, el Dacia Spring (EV que se fabrica precisamente en China).
Es cuanto menos una visión interesante, teniendo en cuenta cómo el peso, en lanzamientos recientes, ha quedado relevado a un lado. No sería la primera vez que esto ocurre: ya se hizo de la necesidad virtud para vender coches más pequeños para motorizar al grueso de la población en el siglo XX. Desde luego, Colin Chapman estaría orgulloso de las palabras de Luca de Meo…
