El Nissan Juke es, posiblemente, el coche que inventó el segmento de los crossover pequeños. Cuando Nissan lo lanzó en 2010, rápidamente polarizó la opinión de todo el que lo veía. Era un coche con un diseño rompedor, y pese a tener lagunas claras en cuanto a habitabilidad, o calidades, se mantuvo durante años y años en la lista de los más vendidos. Hoy por hoy, hay casi 25 crossover pequeños en dura pugna por el favor de los clientes, y el Nissan Juke ha decidido reclamar de nuevo su trono. Ya hemos probado su segunda generación, y os vamos a contar todos sus secretos.
Así ha cambiado el Nissan Juke
La segunda generación del Nissan Juke está a un mundo de distancia de la primera generación. El primer cambio es que está construido sobre la plataforma modular CMF-B de la Alianza Renault-Nissan, una plataforma de última generación que comparte con el Renault Captur o el Nissan Micra. Esta plataforma está preparada para la hibridación y la electrificación, pero no para albergar un grupo motopropulsor 100% eléctrico. Otra clave del nuevo Nissan Juke es que ha crecido de forma considerable: ha pasado de los 4,14 metros a unos respetables 4,21 metros.
Por dimensiones, el Nissan Juke compite directamente con coches como el Hyundai Kona o el SEAT Arona. Este crecimiento de 8 centímetros no es tan importante como el aumento de 105 mm de su distancia entre ejes. Algo que se aprecia nada más ver el coche. Aunque las fotos no hacen justicia, el Nissan Juke es mucho más «coche» que la primera generación. Es más ancho y más alto que su predecesor, además de más largo. Sus llantas de hasta 19 pulgadas son las más grandes del segmento, y contribuyen a mantener una fuerte carga emocional en su diseño.
¿Es absurdo equipar unas llantas de 19″ en un coche de apenas 117 CV? Posiblemente, pero el Nissan Juke es un coche que entra por los ojos, y en ese juego, tiene madera de ganador. Las unidades que hemos podido probar estaban equipadas con un acabado bitono – existen 11 colores disponibles para la carrocería y 3 para el techo – y eran francamente pintonas. El diseño del Nissan Juke es claramente evolucionario. Los trazos del Nissan Juke original han sido simplemente actualizados al actual lenguaje de diseño de la marca japonesa.
Podría pensarse que no es un coche muy original, pero la realidad es que sigue teniendo un diseño muy llamativo y fresco. Si la receta funciona, ponla al día, no la cambies radicalmente. Me gusta la presencia del frontal, con la calandra en forma de uve en posición destacada y la clásica óptica partida – por cierto, la iluminación de todos los Nissan Juke es ahora 100% LED. Paso al interior, y ahí es donde puedo apreciar la mayor evolución con respecto a su primera generación. Tanto calidades como habitabilidad están a años luz del anterior Juke.
De hecho, el anterior Nissan Juke nació con unas calidades justas, y estaba claramente desfasado al final de su vida comercial. Tampoco tenía una buena ergonomía – el volante siquiera tenía ajuste telescópico – y su maletero era pequeño. En primer lugar, la postura de conducción sigue siendo siendo elevada, pero es mucho más natural – es similar a la del Nissan Qashqai. El volante no está tan inclinado y podemos ajustarlo en profundidad. La visibilidad trasera sigue estando condicionada por el diseño, pero me temo que eso no es una sorpresa.
Las calidades suponen un enorme salto adelante. Aunque la parte inferior del salpicadero y las puertas están hechas de plástico duro, su ajuste es muy bueno. Partes del salpicadero y el túnel central se pueden recubrir en cuero o Alcantara, aportando una nota de frescura y originalidad. De forma un tanto extraña, la parte más alejada del salpicadero es de plástico blando, mientras que la que tocamos, es más dura. Al igual que otros rivales, el Nissan Juke ha caído en la «moda» del «negro piano». Este plástico oscuro reviste parte de la consola y túnel central.
Esta superficie se ensucia muy fácilmente y se notan pronto las marcas de dedos y el polvo, pero hay que reconocer que es bonita… cuando está limpia. La instrumentación del Nissan Juke es analógica y por el momento, no puede ser 100% digital, al contrario que algunos rivales, como el SEAT Arona o el Volkswagen T-Cross. La consola central está presidida por la pantalla del sistema de infotainment, de ocho pulgadas y de serie a partir del acabado Acenta – es compatible tanto con Apple CarPlay como con Android Auto a partir de esta versión sencilla.
Es un coche con mucha conectividad. Incluso puede controlarse a través del asistente de Google Home. Si tenemos este «Amazon Alexa» de Google en casa, podemos preguntarle al coche qué presión tienen sus neumáticos o cuanta gasolina queda en el tanque. A través de una app podemos localizar el coche, hacer que encienda sus luces o abrirlo de forma remota. Podemos enviar destinos al coche, comprobar nuestro historial de conducción y consumos o programar una visita al taller. Su sistema de infotainment es capaz de actualizarse de forma remota.
Apple CarPlay y Android Auto serán gratuitos siempre, pero algunas funciones conectadas solo serán gratis durante los tres primeros años que seamos propietarios del coche – requerirán una suscripción de ahí en adelante. Más detalles que me gustan: la climatización tiene mandos físicos, y no se controla de forma digital mediante una pantalla táctil. Paso ahora a las plazas traseras, donde dispongo de 5,8 cm más para las rodillas y 1,1 cm más para la cabeza. Con el asiento delantero regulado para mi estatura (1,83 m), tengo espacio de sobra en todas las cotas.
Con todo, tres personas viajarían muy estrechas: es mejor que solo dos pasajeros vayan atrás. Los acabados de las puertas traseras son muy sencillos, pero parecen robustos y duraderos. Más allá de un USB, no hay concesiones al confort: ni aireadores ni tomas de corriente. El maletero tiene 422 litros de capacidad, 68 litros más que su predecesor. El maletero tiene formas regulares y la boca de carga es más ancha – 1.003 mm, 131 mm más que en el anterior. Ahora bien, la boca de carga está a más altura que la de otros rivales del segmento.
Por suerte, la superficie de carga se puede enrasar con la boca de carga, y podemos bajarla, accediendo a la capacidad completa del maletero. Los asientos se pueden abatir completamente, formando una superficie de carga plana. El Nissan Juke de segunda generación no puede equipar una rueda de repuesto, ni siquiera de forma opcional – nos tenemos que conformar con el clásico kit de reparación de pinchazos. Con todo, nos queda claro que el Nissan Juke es un coche mucho más práctico y racional a nivel de habitáculo, algo que se agradece.
Al volante del nuevo Nissan Juke: ¿nos emociona?
Antes de hablaros de nuestras impresiones dinámicas, hemos de hablaros de las mecánicas del Nissan Juke. O más bien debería decir mecánica: solo estará disponible, por el momento, con un motor de gasolina, un 1.0 DIG-T de tres cilindros y 117 CV de potencia. Este motor desarrolla hasta 200 Nm de par motor y se asocia a un cambio manual de seis relaciones, con opción a equipar un cambio de doble embrague y siete relaciones. En la presentación hemos podido probar ambas versiones. Por el momento no se han anunciado más mecánicas – de eso hablamos otro día.
Este motor posibilita un 0 a 100 km/h en 10,4 segundos, un dato correcto, y posible gracias a que el coche es 23 kg más ligero que el anterior Juke – empieza en apenas 1.182 kilos. Me pongo al volante de una versión automática y mi sensación es que el motor está lastrado por unos desarrollos largos, orientados a un consumo contenido. Si queremos una respuesta más viva hemos de hundir el pedal derecho y dejar que el pequeño tricilíndrico suba de vueltas. Fue entonces cuando decidí jugar con el selector de modos de conducción, abandonando el modo «Eco».
Tras jugar con el modo de conducción «Standard», he concluido que el modo de conducción más adecuado para conducir el Nissan Juke de forma ágil es el modo «Sport». El motor tiene una respuesta más viva e instantánea, y empuja con algo más fuerza. No es un coche de grandes prestaciones y se deben valorar con tiento los adelantamientos en carretera secundaria, pero tiene carácter suficiente para defenderse perfectamente en cualquier terreno. Fue entonces cuando decidí probar una unidad equipada con un cambio manual de seis relaciones.
En uno de mis tramos favoritos: la secundaria entre Castellet y Vilanova i la Geltrú, en la provincia de Barcelona. Un tramo revirado que de verdad sacó a relucir la enorme mejora que ha experimentado el chasis del Nissan Juke. Ahora vira mucho más plano y tiene un comportamiento noble, a la vez que ágil. El primer Juke era delicado a nivel dinámico, fruto de un centro de gravedad alto y una batalla demasiado corta. La dirección es comunicativa, y con un cambio manual, el propulsor se siente más voluntarioso, con una respuesta más rápida.
Sí, me he divertido, y bastante al volante del nuevo Nissan Juke. Sólo echo de menos un motor con más potencia o una hipotética versión NISMO… serán una auténtica delicia dinámica. A nivel de seguridad activa, todos los Juke equipan de serie un sistema de frenada autónoma, detección de señales de tráfico, asistente de mantenimiento de carril y un asistente de luces de carretera. Opcionalmente pueden equipar el sistema ProPILOT – un control de crucero adaptativo con funciones de mantenimiento/centrado en el carril, así como arranque y parada automáticos.
El sistema ProPILOT está reservado a los acabados más altos, siendo opcional en el acabado intermedio N-Connecta. También pueden equipar un sistema de alerta cruzada trasera o un sistema que girará por nosotros el volante si detecta que podemos impactar con un vehículo que viene en dirección contraria. Se confirman nuestras sospechas: el Nissan Juke ha pasado de ser un producto anticuado y con defectos, a convertirse por derecho propio en una de las mejores alternativas del segmento, tanto a nivel emocional como racional.
¿Cuánto cuesta el nuevo Nissan Juke?
El nuevo Nissan Juke ya está a la venta, y llegará a los concesionarios durante la segunda mitad de noviembre. Los precios del Nissan Juke arrancan en 19.900 euros para una versión Visia de acceso, con cambio manual. Este es el precio de tarifa, que se puede reducir hasta 16.250 euros con descuentos promocionales, entregando un coche al concesionario y financiando la compra. Personalmente, recomendamos la compra de al menos una versión Acenta: incluye la pantalla táctil de 8″ con Android Auto/Apple CarPlay, sensores de aparcamiento y llantas de 17 pulgadas.
El sobreprecio con respecto a una versión Acenta es de solo 950 euros. No obstante, la versión más recomendable es la equilibrada N-Connecta, que de forma opcional puede equipar el sistema ProPILOT y sin financiar un euro, sale por 19.500 euros en estos momentos. Si queremos un coche pintón con llantas de 19 pulgadas y acabado bitono hemos de optar por un acabado Tekna o un N-Design, pero ello elevará la factura de forma considerable. Y si somos unos caprichosos, existe una Premiere Edition, completamente «full-equip», limitada a sólamente 60 unidades.
Nissan Juke 
