Si hay algún país que los petrolheads realmente envidiamos, ese es Estado Unidos, por su gran cultura automovilística, por su devoción a los clásicos, por ser posible encontrar en el más recóndito rincón una gran colección de coches o un superespecialista de un modelo concreto, pero sobre todo, por su laxa legislación que permite hacer cualquier modificación, y sin pasar por caja. Así pues, no es de extrañar que allí existan coches como este Chevrolet Corvette Stingray de 1965 que busca nuevo hogar.
El Stingray es uno de los Corvette más icónicos
La unidad que nos ocupa es un Corvette descapotable de segunda generación (C2) conocida como Stingray, obra del diseñador Larry Shinoa, de cuyo lápiz también salieron otros diseños como el del Ford Mustang Boss 302 de 1970 o la primera generación del Jeep Gran Cherokee. Así pues, este Stingray se caracterizaba por sus faros escamoteables, los paneles de la carrocería en fibra de vidrio y su suspensión trasera independiente de brazos superpuestos, rivalizando en la época con modelos europeos de la talla del Jaguar E-Type.
Centrándonos en el protagonista de nuestro artículo, decir que fue adquirido por su actual propietario en el año 2009, el cual lo sometió a un intenso proceso de restauración, pintando de nuevo la carrocería, renovando todos los cromados exteriores, además de instalar un nuevo parabrisas y sustituir la capota de lo lona. Sin embargo, lo más asombroso es que cuenta con un nuevo chasis tubular (aunque no conocemos a ciencia cierta si se trata de una profunda puesta al día, lo que a la postre contribuirá a un resultado casi idéntico).
Incorpora un V8 LS6 del Corvette C5 Z06
Pero como decíamos, tratándose de Estados Unidos su mecánica por podía dejarse de serie, por lo que el V8 original (el cual podría ser un 5,3 litros de 375 CV con inyección electrónica Rochester o el famoso «Big Block» de 6,5 litros) fue sustituido por el V8 LS6 procedente de un Corvette C5 Z06 que rinde 390 CV de stock. No obstante, a este 5,7 litros atmosférico se le ha dotado de un árbol de levas y cigüeñal modificado, así como de un radiador de aluminio sobredimensionado, estando asociado a un cambio manual Tremec de 5 relaciones y aun un diferencial de deslizamiento limitado. A esas modificaciones se le unen unas llantas forjadas de aluminio en 18 pulgadas, una suspensión regulable en altura que toma ciertos componentes del Corvette C5 para el eje delantero y del C4 para el trasero, al igual que el sistema de frenado, el cual ha confiado en Wilwood para la bomba.
En el interior de cuero negro nos encontramos dos asientos procedentes de un Pontiac Fiero, un aire acondicionado de estética vintage, al igual que el equipo estéreo Autosound perfectamente camuflado, así como un volante de madera montado en una columna de dirección con ajuste telescópico. ¿Su precio? En el momento de escribir estas líneas la puja más alta iba por 65.000 dórales.
Fuente: CARSCOOPS
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