No soy muy de pedir cosas al Año Nuevo, de hecho esta Nochevieja incluso prohibí a mis familiares que nos desearamos salud ante los lamentables resultados de los últimos años. Pero siempre me han hecho gracia los ejercicios periodísticos que juegan a predecir con deseos lo que ocurrirá en los próximos meses: desde la portada de L’Équipe anunciando con éxito el récord mundial de salto con pértiga de Renaud Lavillenie a un maravilloso spot de Eurosport hace un par de años que invitaba a los espectadores a soñar. Precisamente uno de esos deseos que aparecían en el anuncio es el primero que se me viene a la mente…
Que Toyota gane las 24 Horas de Le Mans
Lo de 2016 fue el colmo. A Toyota no le puede pasar nada más. Y ojo, que en parte los japoneses se lo buscan ante su trauma presupuestario post-F1 y su obsesión con no llevar un tercer coche a La Sarthe. Pero nadie, ni siquiera sus rivales, disfrutaron oyendo a Kazuki Nakajima desesperarse por radio por la avería en el conector del turbo de su TS050 a vuelta y media de ver la bandera a cuadros.
Que McLaren sea mínimamente competitiva
Recuerdo que en 2012 celebré ver a Fernando Alonso pelearse en las primeras carreras de la temporada con el Ferrari F2012. Era un coche casi inconducible, pero poco a poco fue siendo domado y dio para llegar con vida hasta la última carrera. No pido más que un McLaren-Honda que justifique que Fernando Alonso no ha perdido los últimos tres años. Aunque no gane el ansiado tercer título. Simplemente un mínimo rayo de esperanza para un equipo en llamas, algo que no sólo compense el sufrimiento de Alonso sino también permita ver lo mejor de Stoffel Vandoorne. Podría pedir por Red Bull o Ferrari, pero el cambio de reglamento técnico les da la oportunidad de atrapar a Mercedes. Lo de Woking requiere algo cercano a un milagro, así que ahí va mi energía positiva.
Que los nuevos World Rally Cars sean un éxito
No me gusta el nuevo reglamento técnico del Mundial de Rallyes 2017. No creo que fuera el camino a seguir. Más potencia, bien. Más aerodinámica y electrónica, ¿para qué? Pero una vez metidos en el lío, prefiero estar equivocado y que los World Rally Cars versión 2017 sean un éxito rotundo y que nadie eche de menos a Volkswagen. Unos coches espectaculares en imagen y tres marcas luchando por el título son más importantes que una mejora del formato de los rallyes o de la cobertura televisiva.
Que el Mundial de Turismos sobreviva
Pintan bastos. La salida de Citroën era previsible y hasta daba juego por permitir a privados acceder a volantes de primer nivel en 2017. Pero la marcha de Lada son tres coches menos en una parrilla ya justa y meter algunos TCR de relleno en la nueva categoría WTCC2 no suena nada bien. Los TC1 tienen ya pocos defensores, mas una bonita lucha entre Honda y Volvo de aquí hasta encontrar una solución de futuro en los próximos meses podría compensar gran parte de los males que acucian al WTCC.
Que veamos más lucha tecnológica en pista
La evolución de la Fórmula E es admirable y que haya campeonatos como el Electric GT Championship intentando asomar la cabeza es buena noticia, pese a que aún no me convence que esa aventura llegue a buen puerto. Pero para que el automovilismo deportivo sirva de plataforma de promoción de las energías alternativas es necesario que veamos lucha entre motores de combustión y eléctricos u otros carburantes. Ahora que el Mundial de Resistencia ha congelado su reglamento quizá sea la oportunidad de que otros certámenes arriesguen.
Que ‘los nuestros’ encuentren volante
2016 nos deja con un buen número de pilotos españoles sin volante para la temporada que ahora empieza. Nombres como Miguel Molina, Dani Juncadella, Roberto Merhi o Álex Palou merecen encontrar programas a tiempo completo donde sea. Porque todos sabemos que aunque vayamos a ver cualquier carrera de la que haya streaming en directo, siempre es más interesante si podemos seguir las andanzas de un compatriota.
Que mejore la salud de los circuitos nacionales
Ya que los Nacional de Rallyes van viento en popa, 2017 tiene que ser también el año en el que los circuitos españoles se animen con parrillas llenas. Ojalá la Fórmula 4 presente una parrilla digna y una proporción generosa de pilotos españoles en pista y que el TCR Ibérico ideado por V-Line y los lusos de Full Eventos sea la plataforma perfecta de promoción para que pilotos españoles hagan carrera en turismos, como con dificultades han logrado los hermanos Oriola o el brillante Óscar Nogués.
Fotos | Michelin (DPPI), Citroën Racing, F4 Spain (Porteiro Motorsport)
