Hace unos días, las autoridades francesas entraban en la sede parisina de Renault, intentando recabar información acerca de un posible caso de falseamiento de emisiones en los vehículos del grupo francés. Todo quedó en una falsa alarma, que simplemente causó un momentáneo revés a la cotización en bolsa del gigante galo. Si se ha demostrado que no hubo fraude, ¿por qué 15.000 Renault Captur y Espace serán llamados a revisión por un nivel excesivo de emisiones de NOx? ¿Qué quiere el Ministerio de Medio Ambiente conseguir?
¿Qué es lo que ha ocurrido entonces con Renault?
Varios Renault fueron testados tanto en banco de laboratorio como en circulación, y se descubrió que su nivel de emisiones de NOx era excesivo en circulación. Sin embargo, todos los coches habían sido correctamente homologados y ninguno tenía un «defeat device» que variara la combustión al detectar que el coche está siendo sometido a un ciclo de homologación. El problema no es otro que el propio ciclo de homologación, que no refleja las condiciones reales de uso de un coche, actuando únicamente como medio comparativo.
Las investigaciones de las autoridades francesas se han centrado en los Renault Captur y los Renault Espace, cuyo nivel de emisiones detectado ha sido superior al homologado de forma notable. En ambos vehículos, los sistemas anticontaminación de los motores diésel son NOx-trap, trampas de NOx. Este sistema es más asequible y menos costoso para Renault que el sistema SCR de inyección de urea sobre los gases de escape. Sólo unas pocas marcas usan sistemas NOx-trap en sus motores diésel Euro6.
El problema de estos sistemas – similares a un filtro de partículas, pero con el objetivo de retener a los óxidos de nitrógeno – es que no son tan eficientes como los SCR en circulación. El resultado es que su nivel real de emisiones es muy superior al homologado, aún cumpliendo perfectamente en laboratorio sin trampa alguna. Francia exigirá a la Alianza Renault-Nissan que revisen hasta 15.000 nuevos Captur y Espace para verificar que sus sistemas anticontaminación funcionan de forma correcta y adecuada.
En 2017 comenzarán en Europa nuevas pruebas de emisiones en circulación, que prometen poner a pruebas de forma mucho más severa los sistemas anticontaminación de un coche. Aunque la votación de estas nuevas normas se ha aplazado recientemente, muchos fabricantes tendrán que ponerse las pilas en tiempo récord. Renault y Nissan quieren invertir hasta 50 millones de euros para pasar a la tecnología SCR sus motores diésel, especialmente los 1.5 dCi, que son los más vendidos con diferencia hasta el momento.
Francia también se encuentra investigando a Mercedes y a Ford a causa de niveles excesivos de emisiones en sus vehículos, pero aún no se conocen datos concluyentes acerca de dichas investigaciones.
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Renault Espace 
