La presentación del nuevo Mercedes Clase A está generando bastante revuelo, y es que aunque el Mercedes Clase A 2018 se presenta como uno de los mejores compactos del momento, la polémica en tanto al uso de motores Renault vuelve a ser uno de los principales focos de atención. Con el nuevo Clase A Mercedes ha estrenado importante novedades, sin embargo el uso de un más económico eje de torsión para el tren trasero ha generado la duda sobre si el Mercedes Clase A está basado en la misma plataforma que el Renault Mégane. Veamos qué hay de cierto en esto.
Lo primero que debemos señalar es que el uso de un eje de torsión no implica necesariamente un peor rendimiento que un esquema de suspensiones independientes, por lo menos no para la mayoría de usos. Dicho esto, el uso de un tren trasero basado en un eje de torsión responde principalmente a lo económico de esta solución y su equilibrio para ofrecer un buen rendimiento y un bajo impacto a nivel de espacio. Bueno, bonito y barato para que nos entendamos. Sin embargo, cuando hablamos del máximo nivel de rendimiento en una suspensión trasera, especialmente en configuraciones de altas prestaciones, el eje de torsión tiene sus evidentes limitaciones al condicionar el movimiento de una rueda con respecto a su contraria. Ahí sí que podemos llegar a echar en falta un esquema de suspensiones independientes, aunque tampoco viene mal recordar que el Renault Mégane R26.R con su eje de torsión ya demostró hace años que no conviene ningunear esta solución.
De este modo en Mercedes han decidido apostar por el eje de torsión para el Mercedes Clase A 2018 en sus versiones de acceso A200 y A180d. Las versiones más potentes como el A250 sí emplearán un esquema de ruedas traseras independientes. Aunque ya hemos comprobando que el Mercedes Clase A 2018 usará dos motores en colaboración con Renault-Nissan, los parecidos entre el Mercedes Clase A y cualquier otro modelo Renault se quedan ahí. La plataforma en la que se ha basado el nuevo Mercedes Clase A 2018 es propia y de nueva factura, diseñada para servir de base a todos los modelos de motor y tracción delantera de la marca y estando prevista su utilización en hasta 8 modelos diferentes de Mercedes: Mercedes CLA, Mercedes GLA, Mercedes Clase B y otras 5 carrocerías aún por descubrir. El Renault Mégane está basado en la plataforma modular CMF desarrollada por Renault-Nissan para sus modelos.
Pero ojo, el uso de un eje de torsión no es una solución inédita entre los fabricantes premium, ya que con la llegada del Audi A3 MY2016 una de las novedades que se introdujo fue el uso de un esquema de suspensiones trasero mediante eje de torsión tal y como ya empleaban Volkswagen Golf y SEAT León. El movimiento de Audi en ese momento se limitó a las versiones de acceso a la gama, algo que también cumplirá el Mercedes Clase A. Y justo aquí merece la pena reparar en cómo el uso de plataformas y motores compartidos entre SEAT, Skoda, Volkswagen y Audi no es algo necesariamente negativo. El acuerdo entre Mercedes y Renault-Nissan por lo pronto se limita a motorizaciones, vehículos industriales y aplicación de procesos, sin embargo es muy probable que en el futuro esta alianza vaya a más a tenor de los buenos resultados que repercute a ambas firmas. De hecho, si nos centramos en plataformas, debemos recordar que Renault-Nissan y Mercedes ya llegaron a un acuerdo para crear el Infiniti Q30 a partir del Mercedes GLA con mínimos cambios.
Mercedes Clase A 
